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Cubiertas al descubierto

Ante la estampida de los precios en suelo argentino, no pocos usuarios acuden al mercado negro para cambiar los neumáticos de sus autos. Si no queda otro camino, este informe proporciona algunos tips para subir la guardia ante el peligro de comprar productos poco o nada fiables. Y deja en claro que lo más confiable es hacerlo en el país, en casas reconocidas.
 

Por El Litoral

Sabado, 08 de octubre de 2022 a las 01:00

José Luis Zampa

Cambiar los neumáticos del automóvil es una sana costumbre que los conductores más precavidos llevan a cabo una vez cumplidos entre 60.000 y 80.000 kilómetros con los mismos cauchos, o bien cuando han pasado más de tres años desde su colocación. Sin embargo, la crisis conspira contra las mejores tradiciones y forzosamente muchos usuarios responsables se ven impedidos de cumplir con esta práctica tan necesaria.
En los tiempos que corren, dados los precios dislocados que imperan producto de las fuerzas del mercado en medio del torrente inflacionario, el sencillo (pero cada vez más oneroso) acto de reemplazar las cuatro gomas se espació o directamente cayó en desuetudo, con lo cual se configuró el caldo de cultivo para alternativas más económicas, en ciertos casos reñidas con la ley, ya que implican acudir al mercado negro.
La decisión de comprar ruedas nuevas se transformó en una aventura para los temerarios que optan por material de contrabando. Si hasta hace algunos años la opción de cruzar a Paraguay para un paseo de compras incluía la posibilidad de calzar un nuevo juego de “zapatos” para el auto familiar, hoy el grueso de las transacciones se cumple en zona de frontera gracias a los intermediarios clandestinos.
Los “paseros” apelan a todo tipo de trucos para burlar los controles aduaneros y, como se ha visto en videos virales, cargamentos impresionantes surcan los ríos limítrofes en canoas, mientras que otros más ocurrentes (y menos escrupulosos) arman llantas con dos o tres neumáticos encimados para luego extraerlos mediante barretas metálicas que, literalmente, los tuercen como si de hojas de papel se tratasen.
Es justamente el tratamiento negligente que reciben los neumáticos ingresados subrpticiamente lo que los torna peligrosos para el comprador que decide colocarlos en su vehículo. ¿Por qué? Es simple: podremos constatar un dibujo perfecto, una fecha de fabricación reciente y todas las características de las cubiertas nuevas, pero no podremos determinar si fueron sometidas a exigencias y dobladuras contra natura, lo que produce una marca traumática en la malla de acero que forma parte de su estructura.
Un neumático mal almacenado, aplastado durante días o semanas en algún compartimiento oculto, torsionado por comerciantes clandestinos que jamás pensarán en la seguridad de sus incautos clientes, podría sufrir una fatiga prematura de materiales y romperse en el momento menos pensado, con todos los riesgos que devienen de un reventón a alta velocidad.


El objetivo de este informe no es pontificar desde la moralidad absurda. Si un auto necesita cubiertas y la economía de su dueño no está en condiciones de solventar los costos (astronómicos) que demanda la compra de cauchos nuevos en la Argentina, la opción de viajar a Paraguay es válida siempre que se tomen precauciones.
Una de ellas es revisar la fecha DOT (cuatro dígitos que indican la semana y el año en que fue fabricado). Si el neumático que estamos por comprar tiene más de tres años, quiere decir que estuvo “dormido” en un depósito, lo que puede derivar en una alteración de sus compuestos y en un rendimiento deficiente que puede ir desde el desgaste rápido de su banda de rodadura hasta el agrietamiento.
Si el objetivo es adquirir neumáticos en el vecino país, lo mejor será prescindir de los “paseros” y llegar hasta una casa oficial de alguna marca reconocida, donde monten las nuevas gomas y extiendan la garantía internacional que compañías como Michelin, Dunlop o Goodyear (por citar tres alternativas) proporcionan a sus clientes a nivel global.
Cabe señalar que dada la abismal diferencia de precios entre los portfolios argentinos y los mismos productos ofrecidos en Asunción, Encarnación o Ciudad del Este, la ventaja económica que se puede lograr haciendo el cambio en tierras guaraníes resulta conveniente aun cuando el propietario declare la operación en Aduana, para cumplir las normas vigentes mediante el correspondiente pago de la tasa impositiva.
Finalmente, hay que decirlo: en un auto se puede ahorrar en tapizado, en aceite, en refinamiento de la nafta y hasta en la calidad de la pintura, pero nunca se debe ahorrar en cubiertas, ya que son el único punto de contacto con el pavimento y su mal funcionamiento implica un peligro mortal. Siempre que se pueda, lo más saludable es comprar ruedas en el lugar de residencia, en una tienda reconocida. Será más caro, pero también más seguro. Después de todo, ¿cuánto vale la vida de nuestras familias?

Las marcas desconocidas

En razón de las trepadas de precios que se han producido en el rubro caucho durante los últimos años tanto en la Argentina como en países limítrofes ganan cuerpo ofertas de neumáticos fabricados en China. Las marcas que los identifican son desconocidas y la fiabilidad que demuestran una verdadera tómbola.

Una cubierta china puede costar la mitad que una de similares características elaborada por un fabricante reconocido. Y si de la oferta paraguaya se trata, el precio puede ser tan bajo que se torna increíble (en el más famoso sitio digital se venden cubiertas nuevas a 343.000 guaraníes, lo que convertido al cambio oficial da unos 8000 pesos). Por supuesto, la confiabilidad es cero.

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