Una familia de apicultores se dedica a buscar colmenas a domicilio. En un período de 4 meses juntaron 25 colmenas de abejas en diferentes viviendas de la ciudad de Corrientes. El emprendimiento familiar comenzó hace 5 años y ya cuentan con 35 núcleos ubicados en los barrios Laguna Brava y Riachuelo.
El trabajo de la familia Reyes consiste en atrapar panales en espacios domésticos y trasladarlos a los apiarios que se encuentran en los barrios Laguna Brava y Riachuelo, alejados del espacio urbano. Allí las abejas reciben tratamientos nutricionales y las preservan con el fin de que reproduzcan la miel, para el consumo personal, y el polen, que sirve para otros cultivos y las flores.
En el periodo de agosto a diciembre, las colmenas comienzan a retirarse a las zonas urbanas y se asientan en entretechos, lonas, postes, árboles y ventanales donde pueden presentar un riesgo para la especie. La preservación de los insectos en lugares seguros es sumamente importante para que cumplan su ciclo reproductivo.
Matias Reyes, apicultor y estudiante de Ciencias Veterinarias, dijo a El Litoral que “mucha gente tenía colmenas en sus casas y no tenía a quién llamar. Cuando no significa un peligro, nosotros no la retiramos”.
Ante la alta demanda de pedidos, los apicultores realizaron una amplia labor para poder retirar de los domicilios en los casos en que las abejas podían representar un peligro. Esto sucede cuando se encuentran en sectores próximos o dentro de las viviendas.
“Llevaba un traje más para que la gente se pusiera y pudiera apreciar de cerca a las abejas. Me da una alegría que las personas tomen conciencia de que no hay que matarlas, porque reconocen que son importantes”, expresó Reyes a El Litoral.
La temporada de abejas abarca desde fines de agosto hasta diciembre, que es cuando la colmena marca el paso del invierno y entra en primavera. En este período, se realiza el proceso fisiológico de “enjambrazón”, durante el cual el enjambre se reproduce y crece tanto que las abejas reinas no pueden subsistir porque hay nuevos ejemplares. De esta manera, los insectos migran con la mitad de las abejas para poder reproducirse en otros lugares.
(VT)