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/Ellitoral.com.ar/ Sociedad

Evalúan cómo funciona la resistencia inmunológica en casos de leishmaniasis visceral

Muestra de nódulo linfoide de canino con leishmaniasis.

El estudiante de la Carrera de Veterinaria de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne), Fernando Alegre Brunel, accedió a una Beca de Estímulo a las Vocaciones Científicas del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), proponiendo avanzar en el conocimiento de la leishmaniasis visceral canina. Se trata de una enfermedad producida por el parásito Leishmania infantum, cuyo reservorio son los perros y solo tiene cura clínica pero no parasitológica.

Concretamente, Alegre Brunel buscará corroborar la respuesta inmunológica de los perros a la enfermedad, su resistencia natural y, consecuentemente, su posible tratamiento. La nueva información a obtener y que hasta el momento se desconocía, será la de cuantificar la respuesta del animal con los distintos síntomas que manifiesta la parasitosis. De esa manera se brindará una herramienta a los profesionales para su tratamiento.

El proyecto con el que lleva adelante la beca se denomina “Relación entre cantidad de Linfocitos Th1 en muestras citológicas de nódulos linfoides y síntomas presentes en caninos infectados con Leishmania sp”. El trabajo es dirigido por la doctora María Silvia Catuogno y codirigido por el doctor Alexis Burna.

El investigador buscará demostrar que los animales naturalmente infectados con Leishmania sp. presentarían menos síntomas en la medida de que se observe una población de Linfocitos Th1 mayor (encargados de la inmunidad celular y efectiva frente a este parásito).

El estudio se realiza con muestras obtenidas de 20 caninos infectados con Leishmania sp. que son evaluados previamente en busca de síntomas compatibles con leishmaniasis. Los datos se anotarán en planillas destinadas a cada animal.

La transmisión de la enfermedad a otros perros y a las personas se da por la picadura de un insecto volador muy pequeño (Lutzomyia longipalpis, parecido a un mosquito) que previamente ha ingerido sangre de un perro infectado con los parásitos. Al ser picados y convertirse en reservorio del parásito, la enfermedad se disemina exponencialmente transformándose en un grave problema sanitario.

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