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/Ellitoral.com.ar/ Opinión

Las contradicciones de Massa

En 2018, Sergio Massa anunció un plan económico para salir de la crisis que afrontaba el país. Sorprende que hoy, el ministro de Economía no recurra a sus propuestas para contrarrestar la pésima actualidad. Su declaración la realizó cuando pocos días después de que el FMI aprobase el stand-by por casi 50.000 millones de dólares a favor de la Argentina. 

Aquel año, la economía se había desplomado por la terrible sequía y el alza de la tasa de interés de la Reserva Federal, que provocaron una corrida contra el peso, llevando su cotización de 20 a 40 pesos a fin de 2018. El riesgo país superó los 800 puntos, la inflación alcanzó el 47% y la pobreza el 33%.

Espantado por la situación del país, reunió a los mejores talentos del Frente Renovador y puso en negro sobre blanco las fórmulas renovadoras para salir de la crisis. En su diagnóstico, lo más grave era la inflación, ya que, en dos años, había superado el 100%, el dólar había subido el 280% y la Argentina era el país que más había devaluado su moneda en el mundo.

El equipo estelar se integraba con José Ignacio de Mendiguren (actual secretario de Industria y Desarrollo Productivo); Matías Tombolini (actual secretario de Comercio); Marco Lavagna (actual director del Indec) y el fallecido economista Aldo Pignanelli – los cuatro bajo la mirada tutelar de su decano, Roberto Lavagna.

Lo importante era enseñarle a Mauricio Macri cómo se podía frenar la inflación sin recurrir a las recetas del FMI. Y cómo se puede emitir dinero para reactivar sin preocuparse, siempre que los billetes se impriman con sentido nacional y popular.

Como primera medida, el menú proponía eliminar el IVA de la canasta básica de alimentos y aplicar la ley de góndolas para romper la cartelización de los sectores concentrados. Ni una palabra sobre déficit fiscal y emisión monetaria.

¿Por qué Massa no elimina el IVA ahora? Simplemente, porque no sirve para bajar los precios, ni ahora ni antes. Implica más déficit fiscal sin garantía de que la reducción se traslade al público. 

Como segunda medida, Massa y su equipo deslumbraron con otra idea tan sorprendente como innovadora: mantener el subsidio a las tarifas, ajustándolas con el salario. Si hubiese sido una excelente medida entonces, ¿por qué no la aplica hoy en lugar de aumentarlas en forma segmentada?.

Para demostrar al macrismo que la economía no es solo comercio y finanzas, De Mendiguren afiló su lápiz y agregó dos medidas de apoyo a las pymes: la suspensión de ejecuciones de la Afip por 180 días y créditos a cinco años a tasa fija subsidiada por el Banco Central. 

¿Pensaba Massa en 2018, seriamente, que movería el amperímetro de las pyme suspendiendo ejecuciones durante 180 días? ¿No se le ocurrió eliminar impuestos distorsivos, como al cheque, ingresos brutos y las abusivas tasas municipales?

En cuanto a los créditos a cinco años, ¿qué empresa querría endeudarse con inflación creciente, tipo de cambio manoseado e importaciones digitadas? Massa sabía y sabe que los créditos blandos, cuando no hay confianza, se desvían a la especulación financiera y no a la producción. 

Sin embargo, por su pacto con Cristina Kirchner para privilegiar su impunidad, no puede hablar de reformas estructurales de ningún tipo. Si en 2018 diagnosticó que el problema era la inflación, en 2023 agacha su cabeza y sigue emitiendo sin freno para que ella no le baje el pulgar.

En 2018, Massa proponía “flotación administrada” del tipo de cambio o crawling peg, para evitar atrasos cambiarios y saltos devaluatorios. En 2023, utiliza el dólar como ancla de cartón en una economía a la deriva, sacudida por los huracanes perversos que genera la brecha cambiaria. Apenas a flote con dólares mendigados al FMI que aumentarán la deuda externa.

En 2018, Massa pedía restricciones al ingreso de capitales, como el modelo chileno de “estacionamiento financiero” para ahuyentar golondrinas. En 2023, con la salida masiva a través de todos los medios disponibles, ni gorriones ingresan a la Argentina. 

Si hay alguna consistencia entre su plan de 2018 y su gestión de 2023 es la sistemática negativa a reconocer que, sin reformas que toquen los intereses creados durante 80 años de peronismo, la inflación no cederá ni el país jamás saldrá a flote. Una verdadera lástima para quien insiste en hacernos creer que tomó la renovación como bandera superadora.

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