Esta semana arranca, con la exposición de ministros, el debate de la Ley Ómnibus de Javier Milei en la Cámara de Diputados. A pesar de que hay más de 600 artículos -que legislan sobre economía, salud, educación y justicia, entre otros temas- el oficialismo presiona para que se discuta y vote en tres semanas. La oposición se muestra cooperativa pero negocia con Martín Menem para que ordenen prioridades y saquen temas: los impasables y los negociables son el eje de la pulseada.
El martes, miércoles y jueves están previstas jornadas informativas, de hasta 11 horas de corrido, con la participación de funcionarios -algunos por zoom- que todavía no fueron definidos en el plenario de tres comisiones: Presupuesto, Asuntos Constitucionales y Legislación General.
Para adelantar tiempos le pidieron a los legisladores que manden preguntas a una casilla de mail, pero los diputados piden que les confirmen los oradores para poder saber sobre cuál de todos los temas preguntar. También analizan fijar tiempos, como ocurre en las sesiones en el recinto, para evitar discursos largos. "Si no, se cortará el micrófono", aseguran.
El libertario Nicolás Mayoraz, presidente de la comisión de Asuntos, planteó, también, semana completa de trabajo: "Acá sabemos que la costumbre es trabajar de martes a jueves y nosotros vamos a tratar de trabajar de lunes a viernes". Es que esos días generalmente quedan bloqueados por la logística de los legisladores del interior.
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