Ángela Torres está transitando un gran momento profesional. Desde formar parte de Nadie dice Nada, programa central de Luzu TV, a llenar un Gran Rex y retomar su camino en la música.
En una entrevista con Infobae, la joven artista abrió su corazón, decidió mirar hacia atrás sin filtros y poner en palabras uno de los procesos más difíciles de su vida. Con honestidad, reconoció que crecer bajo la mirada pública la llevó a perder el rumbo de su propia identidad.
“Me costó mucho entender quién era yo. Terminé construyendo una personalidad en base a la mirada de los otros”, confesó. Esa exposición, según relata, llegó demasiado temprano: “Estuve muy expuesta desde muy chica, en un momento donde tendría que haber estado haciendo otras cosas”.
La artista recordó que durante años transitó espacios que no la representaban del todo, algo que terminó afectándola profundamente. “Dejé de reconocerme a mí misma. Mis amigos me decían cosas sobre mi personalidad y yo no me encontraba en esas palabras”, contó. Esa situación la llevó a dar un paso clave y comenzar terapia. “Fue un antes y un después en mi vida", comentó.
Consultada sobre qué trabajo no volvería a hacer, Torres fue contundente: su paso por ShowMatch. “No sabía dónde me estaba metiendo. Tenía 17 y pensé que me iban a tener piedad. Pues no”, dijo. Aseguró que algunos comentarios y situaciones de aquella época aún hoy los trabaja en terapia, marcados por una televisión mucho más cruda que la actual.
Uno de los temas que más la dañó fue el trato hacia su cuerpo. “Tengo mucho mambo alimenticio y desorden con todo eso. Desde muy chica se habló de mi cuerpo públicamente y me hizo sentir muy vulnerable”, expresó.
El episodio más doloroso lo recuerda con claridad: estando sola en su casa, encendió la televisión y vio cómo en la mesa de Mirtha Legrand se burlaban de su apariencia. “Decían que era gordita y enana y que no era estilizada. Eso me lastimó muchísimo, y más a los 17 años", dijo.
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