El papa León XIV canonizó a Carlo Acutis, el primer santo millennial de la Iglesia Católica.
La misa, la primera de canonización del nuevo pontificado, se llevó adelante en la Plaza San Pedro ante 80.000 personas. Allí también se santificó a otra figura italiana popular, Pier Giorgio Frassati.
Acutis tenía 15 años cuando murió en 2006. Era considerado un genio de la computación que difundía la fe a través de la tecnología. Es por eso que se ganó el apodo de “el influencer de Dios”.
Durante la homilía, León dijo que ambos adolescentes crearon “obras maestras” de sus vidas al dedicarlas a Dios.
“El mayor riesgo en la vida es desperdiciarla fuera del plan de Dios”, resaltó y sobre los nuevos santos agregó: “Son una invitación para todos nosotros, especialmente para los jóvenes, a no malgastar nuestras vidas, sino a dirigirlas hacia arriba y convertirlas en obras maestras”.
Ambas ceremonias estaban programadas para principios de este año, pero fueron pospuestas tras la muerte del papa Francisco en abril. El pontífice había impulsado fervientemente la canonización de Carlo Acutis, convencido de que la Iglesia necesitaba a alguien como él para atraer a los jóvenes católicos a la fe mientras se abordaban las promesas y peligros de la era digital.
La vida del santo influencer
Acutis nació el 3 de mayo de 1991 en Londres en una familia no católica. Regresó a Milán poco después de su nacimiento y disfrutó de una infancia típica y feliz, aunque marcada por una fuerte devoción religiosa.
El chico estaba particularmente interesado en la informática y se dedicaba a leer libros sobre programación incluso siendo un nene. Se ganó el apodo de “el influencer de Dios” gracias a su principal legado tecnológico: un sitio web multilingüe que documenta los llamados milagros eucarísticos reconocidos por la Iglesia, un proyecto que completó en un momento en que el desarrollo de tales sitios era dominio de profesionales.
El ahora santo le dedicaba horas de oración a la Eucaristía cada día. La Iglesia Católica intentó promover la práctica de la adoración eucarística porque, según encuestas, la mayoría de los católicos no creen que Cristo esté físicamente presente en las hostias.
Pero a pesar de su vínculo con la tecnología, mantenía una moderación con las redes, por lo que su disciplina llamó la atención de la jerarquía católica.
En octubre de 2006, a los 15 años, Acutis cayó enfermo y rápidamente fue diagnosticado con leucemia aguda. En poco tiempo, el adolescente perdió la vida.
Tras ello, fue sepultado en Asís, conocida por su asociación con otro santo popular, San Francisco.
Actualmente, millones de personas visitan la tumba de Acutis y en los siguientes años, quienes acuden al lugar pueden ver el cuerpo en un féretro de vidrio, vestido con jeans, zapatillas Nike y una remera.
La imagen genera impacto por cómo se encuentra: parece como si estuviera durmiendo, e incluso han surgido preguntas sobre cómo su cuerpo se conservó tan bien, especialmente dado que partes de su corazón incluso han recorrido el mundo como reliquias.
TN