Dra. Silvia Zarza
Abogada UNNE
Especialista en derecho previsional
Planificación patrimonial y sucesoria
En la provincia de Corrientes, donde la actividad ganadera es pilar de nuestra economía y tradición, el futuro de las familias y sus explotaciones comerciales a menudo se ve amenazado por la falta de una planificación adecuada.
Es común, en general y en particular en la explotación agropecuaria ver a diario cómo la omisión de estas estrategias puede generar conflictos familiares, desvalorizar el patrimonio y, lo que es crucial, comprometer la tranquilidad económica del fundador y la continuidad del negocio.
Muchas veces entre el “patrón” y los peones de mayor confianza, hay acuerdos de palabra que solo ellos conocen, esos acuerdos pueden pasar y ser respetados de padres a hijos, pero cuando alguno de ellos desaparece ¿Qué pasa? ¿cómo aseguramos que se respete la voluntad del dueño?
La creencia de que "la sucesión es un problema para después" es un error costoso. Para los empresarios ganaderos, cuya principal fuente de riqueza y sustento, para él y su familia, está ligada a la tierra y la hacienda, esta falta de previsión, muchas veces, impacta directamente en su planificación jubilatoria o simplemente en la calidad de su vida futura. Muchos fundadores dependen de su explotación para asegurar una vejez digna, ya que la jubilación pública a menudo no es suficiente para mantener el nivel de vida deseado.
El Desafío de la Sucesión en la Ganadería: Más Allá de los Papeles
Cuando un propietario o productor ganadero fallece sin un plan claro, la explotación entra en un limbo legal y operativo. Aquí es donde surge el primer gran "dolor de cabeza": la continuidad de la actividad. La hacienda no espera trámites judiciales; necesita ser alimentada, cuidada y manejada día a día.
A menudo, no todos los herederos forzosos son participes de la actividad o les gusta involucrarse con el campo.
Para evitar la paralización del negocio, es fundamental la designación de un administrador provisorio de la sucesión. Esta figura, que puede ser un familiar idóneo o un tercero, es clave para mantener el "giro comercial". Sus facultades, supervisadas por el juez, incluyen desde la compra de alimento y medicamentos hasta la venta de animales para cubrir gastos operativos. Es una medida de urgencia que evita pérdidas significativas y asegura que la hacienda siga generando valor.
Otro punto crítico es la gestión de las marcas y señales del ganado. Aunque los herederos sean los nuevos dueños, la titularidad de estas no se transfiere automáticamente. Se requiere la Declaratoria de Herederos y una orden judicial para inscribirlas a nombre de los nuevos titulares ante el organismo provincial competente. Mientras tanto, el administrador es quien debe gestionar las guías de traslado y demás documentación necesaria para la movilización y comercialización del ganado.
La Indivisión Forzosa: Un Escudo para la Empresa Familiar
Un temor común es que la muerte del fundador fragmente la explotación. Aquí cobra relevancia la indivisión forzosa. El Código Civil y Comercial de la Nación (Art. 2330 y ss.) permite, ya sea por testamento del fundador o por acuerdo de los herederos, que el establecimiento ganadero se mantenga indiviso por plazos de hasta diez años (renovables), o incluso hasta que todos los herederos alcancen la mayoría de edad. Esto es vital para preservar la unidad económica del negocio, evitando que la liquidación forzosa de activos desvalorice la empresa. Incluso el cónyuge supérstite o un heredero que haya participado activamente puede oponerse a la división para proteger la fuente de su sustento.
La Intersección Vital: Jubilación y Sucesión
La planificación jubilatoria de un productor ganadero no puede desligarse de la sucesoria. Si el fundador depende de los réditos de su campo para vivir en su retiro, la continuidad y rentabilidad del negocio son su "fondo de jubilación". Un conflicto sucesorio, una valuación imprecisa de la hacienda o la imposibilidad de vender parte del negocio por falta de un sucesor claro, impactan directamente en su calidad de vida futura.
En la mayoría de los casos han hecho importantes pagos como autónomos y responsable inscriptos, y en una gran cantidad de casos han manejado importantes suma de dinero durante la vida activa, sin planificar adecuadamente el retiro, o el supuesto de caer en una incapacidad tal que no les permitan tomar decisiones importantes y vitales sobre sí mismo.
Para una planificación integral, es fundamental:
Establecer un Protocolo Familiar: Aunque no reemplaza la sucesión legal, este acuerdo interno de la familia empresaria fija reglas claras para la gestión, la participación de nuevas generaciones y, fundamentalmente, la transición de la propiedad. Puede establecer fechas de retiro para el fundador, su rol post-jubilación (ej. asesor), y cómo se financiará su retiro (dividendos, compra de acciones por la empresa o los herederos).
Testamento Alinearlo con el Plan: El testamento es la herramienta legal para materializar la voluntad del fundador, respetando siempre la legítima de los herederos forzosos. Puede asegurar la indivisión de la empresa y destinar la porción disponible para favorecer la continuidad del negocio en manos de los herederos más idóneos.
Pactos de Herencia Futura (Art. 1010 CCC): Para explotaciones productivas, nuestro Código permite acuerdos sobre la herencia futura que busquen mantener la unidad de gestión. Estos, enmarcados en la ley, pueden ser de gran ayuda para ordenar la transmisión en vida.
Formar, capacitar, incluir, a las generaciones futuras es fundamental para que se cumpla adecuadamente con la voluntad del fundador y para que la actividad económica no se resquebraje ante la muerte del mismo.
En la actualidad existen muchas herramientas para evitar la liquidación y desmembramiento de la empresa, muchas de ellas no impiden la realización de un juicio sucesorio, pero lo hace más ágil, menos traumático y más ordenado de modo tal de no sumar a la angustia de la pérdida de un ser querido, el dolor de la perdida de aquello que tanto lo costó conseguir.
En Corrientes, donde el ganado es parte de nuestra identidad y sustento, la planificación sucesoria y jubilatoria no es un lujo, sino una necesidad imperiosa. Es el acto de amor más grande que un fundador puede dejar a su familia: asegurar su bienestar, la continuidad de la empresa que construyó con tanto esfuerzo y, por supuesto, su propia tranquilidad en los años venideros. La planificación y la prevención es igual a blindar el futuro de la familia y su legado productivo.