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Con respaldo popular y poder político, Juan Pablo Valdés juró como gobernador

Se convirtió en el mandatario número 60 desde la organización constitucional de Corrientes ocurrida en 1821. El gobernador saliente se fué diciendo hasta luego, conservando la autoridad política local. La UCR, que gestiona la provincia desde 2001, anotó su séptimo gobierno consecutivo

Miércoles, 10 de diciembre de 2025 a las 23:44

Por Eduardo Ledesma
Con el aval que le dio el 52% de los correntinos y correntinas que acudieron a las urnas el pasado 31 de agosto, y a sus 42 años, Juan Pablo Valdés juró hoy por Dios y la Patria y asumió formalmente como el nuevo gobernador de Corrientes, el más jóven desde el retorno de la democracia.
Ante la Asamblea Legislativa, acompañado de su familia y de una nutrida militancia, trazó sus objetivos de gestión: el Plan Participativo 2030, que incluye una profundización de los ejes de modernización, desarrollo e inclusión que guió el camino de su hermano, el mandatario saliente, quién lo observaba desde su flamante banca de senador provincial.
Dijo que sus ejes serán la creación de empleo, la capacitación de jóvenes y adultos para el trabajo de estos tiempos, la modernización y digitalización del Estado y el apoyo a los que menos tienen o pueden.
También prometió crecimiento con órden y equilibrio fiscal, una orientación municipalista, y llevar bien en alto el legado de la gestión que acaba de terminar. “Tu legado será el norte de mi gestión”, le dijo a su hermano.
Agradeció la confianza depositada en él por los que lo votaron y dijo que trabajará el doble para ganarse la confianza de los que no lo hicieron.
Posteriormente, ya en el patio de Casa de Gobierno, recibió los atributos de mando de manos de su hermano mayor (banda de la Sastrería Militar y bastón de cedro con empuñadura de plata y oro). Gustavo lo invistió, ayudado por la madre de ambos, como sucesor y el gobernador número 60 de la historia constitucional de Corrientes, iniciada en 1821. Es la primera vez, además, que se registra este traspaso fraternal.
Luego de la formalidad, Gustavo Valdés tomó la palabra, hizo un repaso por su gestión, por sus logros, habló de lo que falta, hizo algunos reclamos -sobre todo al Gobierno Nacional por obras y recursos, aunque sin mencionar nunca a Javier Milei-, y cerró diciendo “hasta luego”, porque según aseguró, seguirá trabajando desde su nuevo rol, para tratar de cumplir con las demandas de los correntinos.
En primera fila escuchaban autoridades locales, nacionales y del Paraguay, además de los gobernadores de Santa Fe, Maximiliano Pullaro; de Misiones, Hugo Passalacqua y de Chaco, Leandro Zdero; además de la vicegobernadora de Entre Ríos, Alicia Aluani.
Juan Pablo Valdés cerró la ceremonia parafraseando el discurso dado en la Legislatura, trazando nuevos ejes y prometiendo esfuerzo cotidiano “para estar a la altura de la responsabilidad y el honor” que implica guiar los destinos de la provincia. “Voy a trabajar todos los días para estar a la altura del legado de transformación que dejaste. Gracias Gustavo”, dijo nuevamente, y recibió una ovación y el saludo de sus familiares y de su compañero de fórmula. 

Camino al poder
El hasta ayer intendente de Ituzaingó y candidato de la Unión Cívica Radical, reemplazó en el Ejecutivo provincial a su hermano Gustavo Adolfo Valdés, quien deja el poder después de 8 años con una imagen positiva que ronda el 70%. 
Gustavo fue el arquitecto de la candidatura de su hermano y gestor de su victoria. Pero ayer mismo, ya en conjunto, dieron una muestra de poder político contundente con el recambio de autoridades en la Cámara de Diputados, tejiendo un acuerdo político con el peronismo y sus aliados para no sólo remover a las autoridades del cuerpo, sino también para sancionar deslealtades y anudar 27 sobre 30 voluntades, un número largamente holgado al umbral de los dos tercios necesarios para aprobar esos cambios, pero que de persistir servirá también para avanzar con normas clave, por caso las económicas.
Más aún: ese golpe dado este martes en el marco de la sesión preparatoria de Diputados (aún pese al rezongo y denuncia de nulidad de los afectados) constituye una fortaleza política puertas adentro y puertas afuera de la provincia, porque además de ordenar la administración interna y las pretensiones políticas vernáculas, envía mensajes al corazón del poder nacional, ya que de los tres legisladores que quedaron fuera del convite, dos fueron ni más ni menos que el representante local de La Libertad Avanza, Ricardo Leconte (h), y el ahora extitular de la Cámara baja local, Pedro Cassani, que pagó cara su salida a los portazos del frente gobernante para pasarse a las filas del mileismo, tributandole al Presidente la banca de Federico Tournier, el diputado que ingresó al Congreso como reemplazo de Alfredo Vallejos, exdiputado nacional de la UCR y ahora ministro de Seguridad provincial.
Esas acciones, más otras que cosecharon críticas incluso de sus excorreligionarios del partido ELI, relegaron a Cassani a un rol de diputado raso, luego de dirigir el cuerpo colegiado por 16 años consecutivos desde 2009. 
El acuerdo de este histórico dirigente liberal primero con Ricardo Colombi y luego con Gustavo Valdés, se quebró del todo en el último año por apetencias que algunos operadores políticos calificaron de personales y desmedidas, por lo que no fueron correspondidas. 
Los desacuerdos fueron escalando hasta el punto de no retorno, y el martes tuvo su sanción definitiva. Cassani dejó el sillón principal de Diputados y el oficialismo hasta le arrebató piezas muy caras a su administración, pues con mayoría suficiente echó hasta los secretarios del cuerpo, en especial la secretaria parlamentaria, Evelyn Karsten, quien en agosto había renegado de su afiliación al Partido Nuevo de su tío el exgobernador Raúl “Tato” Romero Feris (aliado a los Valdés) para pasarse a las filas de Javier y Karina Milei, y de ese modo acompañar la aventura del diputado Lisandro Almirón. Ambos conformaron la fórmula libertaria en Corrientes que apenas cosechó el 9% de los votos.
La demostración de fuerza de los hermanos Valdés también alcanzó a Gustavo Canteros, un dirigente filoperonista que supo ser el vicegobernador primero de Colombi y luego del propio Gustavo Valdés, pero que decidió alejarse para competir por la intendencia capitalina contra el candidato designado por el oficialismo de hace 8 años, Eduardo Tassano, quien a su vez dejó de ser el intendente de la Capital para convertirse por unanimidad en el nuevo presidente de Diputados, espacio que el radicalismo no tuvo nunca desde que gobierna la provincia, es decir, desde 2001.
Canteros, que se abstuvo de votar el cambio de los secretarios en Diputados porque ese acto le pareció más una amonestación política a los libertarios, mostró gestos adustos durante la Asamblea Legislativa. Tampoco cambió la cara ante el frío saludo de Gustavo Valdés, con quien no habla hace tiempo. Pero ante la requisitoria de este diario, un operador del oficialismo dijo que las relaciones con el ex socio podrían descongelarse paulatinamente. “Hablamos con todos, y Canteros no es la excepción”, aseguró.

La jura
Juan Pablo Valdés y su compañero de fórmula, Pedro Braillard Poccard, juraron como gobernador y vice. Juan Pablo por primera vez; Pedro, que fue gobernador en 1997, fue dos veces vicegobernador y hoy rompió su propio récord al asumir formalmente por tercera vez la Presidencia del Senado, en calidad de compañero de fórmula del ituzaingueño.
La jura se realizó en el marco de la Asamblea Legislativa provincial que de paso abrió el período extraordinario convocado por el Poder Ejecutivo para el tratamiento del Presupuesto 2026. 
Con ese acto, además, quedó confirmada la continuidad institucional en la provincia. Todo un récord, pues anotó al séptimo gobierno radical consecutivo, algo que no registra antecedentes para el radicalismo ni para el arco político local, acostumbrado hasta la última crisis política y social que terminó en 2001, a una sucesión intermitente e interminable de intervenciones federales.

Quién es Juan Pablo Valdés
Juan Pablo Valdés era hasta ayer el intendente de Ituzaingó, municipio próspero y fronterizo con la República del Paraguay, que aloja en su éjido la represa binacional Yacyretá. Le dieron la chance de construir su candidatura y él aprovechó el convite recorriendo la provincia. En los meses previos a la elección de agosto, según todos los encuestadores que el oficialismo contrató y escuchó, Juan Pablo creció en conocimiento e intención de voto, superando a varios candidatos con volumen político dentro de la alianza.
Las fuertes objeciones iniciales fueron cediendo con el tiempo y la candidatura terminó consolidándose sobre bases objetivas, por caso las encuestas que manejó el oficialismo, pero también aquellas encargadas por la oposición e incluso por el gobierno nacional, que ubicaban a Juan Pablo Valdés como el dirigente con mejor intención de voto dentro del espacio gobernante, ayudado por la marca electoral del gobierno provincial y el apellido.
Pero él decidió asumir el desafío de construir su candidatura por mérito propio. “Soy candidato no solo porque soy el hermano de Gustavo, sino también porque mido. Si no midiera, me correrían a escobazos”, dijo. “A mí me dieron la posibilidad de trabajar y yo trabajé”, añadió en tono enfático. “Y tengo el apoyo de los intendentes, que es fundamental”.
Juan Pablo es amigo de muchos intendentes, jóvenes como él, la mayoría de los cuales fueron por y ganaron su reelección. Muchos estuvieron en el acto de asunción y fue una postal distintiva. Nunca antes un gobernador juró arropado por tanto poder territorial, porque nunca antes, tampoco, un candidato a la gobernación ganó en todos los municipios de la provincia cómo él.
Nacido el 25 de agosto de 1983 en Ituzaingó, Corrientes, Juan Pablo Valdés tiene 42 años. Está casado y tiene dos hijos. Cursó la escuela primaria en la Escuela Nº 495 Provincia de La Rioja y se formó como guardiamarina de reserva en el Liceo Naval Militar Almirante Storni, en Posadas, Misiones. Tiene estudios en Derecho. Actualmente está en etapa de tesis de una licenciatura en Ciencias Políticas y de Gobierno.
Su vida laboral comenzó en la empresa familiar dedicada a la extracción y comercialización de arena, donde trabajó desde 2003. Por la crisis económica de aquellos años, tuvo que dejar los estudios y abocarse por completo a esa actividad hasta 2015, cuando decidió fundar su propia empresa arenera. Desde entonces, trabajó charteando barcos areneros en Misiones, y luego expandió su actividad empresarial a Chaco, Formosa, Corrientes y San Nicolás, siempre guiado por la visión de negocios heredada de su padre y por una fuerte vocación emprendedora.
En 2021 se presentó como candidato a intendente de Ituzaingó, ciudad que define como su “refugio”. Ganó con el 64 por ciento de los votos y se convirtió en jefe comunal. 
Hoy asumió el gobierno provincial con 42 años y 107 días, lo que lo convierte en el gobernador más jóven del período democrático reciente, desplazando a “Pocho” Romero Feris, quién asumió con 42 años y 288 días en 1983; y en el segundo más joven de la historia provincial. El primero fue Juan Ramón Vidal, quien falsificó documentos para poder asumir como gobernador de Corrientes en 1886. Vidal tenía apenas 26 años, y no los 31 que demandaba la Constitución. (Publicado en La Nación)

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