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/Ellitoral.com.ar/ Sociedad

En su mensaje de Navidad, Stanovnik agradeció los rezos y pidió por los enfermos

Luego de estar cinco meses ausente por su salud, durante la jornada festiva el arzobispo de la provincia, monseñor Andrés Stanovnik, habló de su experiencia y señaló que su fuerza es consecuencia de la “fortaleza de fe del pueblo”. 

Durante la mañana de Navidad, cerca de las 9.20, las puertas del Arzobispado se abrieron para recibir a la feligresía de diferentes organizaciones que se acercaron para compartir esta celebración junto al obispo monseñor Andrés Stanovnik. 

Tras escuchar las salutaciones, el arzobispo habló abiertamente de la enfermedad que sobrellevó y, sorprendió a todos cuando pronunció que “para mí fue una experiencia extraordinaria, realmente la agradezco. La adversidad no es una desgracia”. 

Además, relacionó su vivencia con un punto clave de la Navidad, diciendo: “Jesús asumió nuestra adversidad, cargando sobre sí mismo la más extrema de las experiencias que es la muerte.  El pesebre es el primer gesto de amor, de una confianza total que tuvo en el ser humano. A pesar de todo (Dios), tuvo la confianza de ponerse en nuestro el lugar y correr todos nuestros riesgos. Esto solamente lo puede hacer el que ama al otro más que a su propia vida”.

Desde hace décadas que el saludo de Navidad se realiza en la sede del Arzobispado, pero tal como pudo observar El Litoral, el encuentro de ayer tuvo un matiz diferente por dos motivos. Por un lado, por el esperado regreso del obispo, que se reincorporó completamente tras cinco meses de recuperación por la cirugía oncológica que se realizó en Buenos Aires. Por otro lado, porque en su mensaje se reflejó un profundo agradecimiento a la comunidad por los rezos y realizó un pedido de oración por los enfermos.

“La fortaleza del pastor es consecuencia de la fortaleza de fe de su pueblo. Eso experimenté durante estos cinco meses en el hogar sacerdotal donde viví, junto a unos 40 sacerdotes con cuadros diversos algunos ambulatorios (como yo) y otros residentes mayores. Allí mis compañeros me preguntaron si estaba contento de volver. Y la verdad es que a mí me dio la impresión de que nunca me fui porque los sentí muy cerca en la oración expresada de tantas maneras”, expresó monseñor a los presentes.

Dicho esto, agradeció nuevamente las oraciones e informó que todavía le queda un proceso más amplio de recuperación, pero añadió: “Esta adversidad no es una desgracia. Todo depende de cómo uno se para frente a la situación. Durante estos cinco meses viví experiencias muy fuertes”. Para ejemplificar, recordó el testimonio de un sacerdote que durante su servicio pastoral unió en matrimonio a varias parejas. “Él me decía que ahora comprendía la frase, ‘te quiero para toda la vida, tanto en la salud como en la enfermedad’. ¿Se dan cuenta? Uno se da cuenta ahora del significado de esas palabras y sinceramente les agradezco”, enunció el obispo a los presentes.

“La otra experiencia, que a mí me pareció un ejemplo extraordinario, fue el de José. Un sacerdote que a los 40 años tuvo un ACV que lo dejó prácticamente paralizado. No sabía si se iba a poder recuperar pero de a poco lo hizo, y hoy ese hombre está de pie. Pero lo que me llama la atención es que uno siempre lo ve contento. Evidentemente es un hombre que supo enfrentar y pararse delante de la adversidad. Esto es una virtud humana. Aún sin fe se puede hacer esto, pero la fe nos da una dimensión extraordinaria”, manifestó Stanovnik.

Una vez que narró las dos experiencias, explicó el sentido espiritual de las mismas señalando: “Jesús asumió nuestra adversidad, cargando sobre sí mismo, la más extrema de las experiencias que es la muerte. Lo hizo sin reaccionar mal contra aquellos que lo crucificaron”. Además, agregó que “por eso el pesebre es ternura, alegría y despierta tantas cosas hermosas en el corazón. Es necesario completar la mirada desde la cruz, con la muerte la resurrección y la eucaristía. Ese es el proceso impresionante de la fortaleza, de la humildad de Dios. Ese es el camino de todo ser humano”.

Inclusión

En estos tiempos de celebración, el arzobispo de la provincia, remarcó: “No hay hasta hoy en las culturas de la humanidad una sabiduría tan inclusiva, no hay sabiduría mayor y profundamente humana como la que propone Jesús. Nosotros somos creyentes y llamados a ser testigos de esto. Jesús nos invitó a colaborar con él para construir la historia. Con esto le deseo una santa y feliz Navidad”.

Antes de cerrar, recordó a los enfermos y pidió rezos por ellos. “Cuando uno pasa por un período de enfermedad, uno puede ponerse en el lugar de otro. Quisiera recordar a Marisa de los scouts que está tratando de recuperarse de una enfermedad difícil, y también a Marita. Las recordamos y las acompañamos también con nuestra oración y el deseo de que puedan recuperarse cuanto antes”, sintetizó.

 

“Digamos no a la pirotecnia, también en fiestas patronales”

En el marco del saludo de Navidad, el arzobispo de la provincia, monseñor Andrés Stanovnik, aprovechó la ocasión para expresar el impacto negativo de la pirotecnia.

“Digamos no a la pirotécnica. Nosotros, desde las parroquias, desde hace un par de años que estamos pidiendo por favor que abandonemos esta práctica no sólo en Navidad y Año Nuevo, sino también en las fiestas patronales. Es un ministerio que se suprimió”, señaló el obispo. Para cerrar, enunció: “¿Ustedes escucharon lo que fue anoche? Qué necios somos. La pirotecnia hace daño no sólo a animales, también a los humanos, sobre todo a los chicos con autismo. Ojalá que nosotros nos convirtamos en misioneros de este bien común”.

 

“Celebrando a la vida” cumplirá su primer año

El grupo Celebrando a la Vida, que lleva adelante un espacio de contención para mamás y papás que se encuentra en la dulce espera, cumplirán su primer aniversario. La celebración de este acontecimiento se realizará este sábado, a las 18, en la capilla San Ramón Nonato.

En ese sentido, desde la arquidiócesis señalaron que las actividades son coordinadas por la Comisión de Prevención en Salud, que realiza encuentros mensuales con padres y profesionales de la salud de diversas especialidades que ofrecen consultorías de forma voluntaria y gratuita para las madres. 

La capilla San Ramón se encuentra en calle Quinquela Martín y Storni.

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Mañana de encuentros, baile y celebración

Como todos los años, los laicos de diferentes movimientos y organizaciones se acercaron hasta la sede del Arzobispado con el objetivo de brindar su saludo de Navidad al obispo, Andrés Stanovnik. 
En esta oportunidad, los representantes de las comunidades prepararon diferentes mensajes de agradecimiento, testimonios y expresiones artísticas que dieron el marco festivo. “En el pesebre nos encontramos con María, madre del pueblo y esperanza nuestra. Por ella hoy ha nacido la alegría y nos encontramos con Jesús. Gracias monseñor por ser un gran pastor y maestro”, expresó Leticia Gutiérrez de la Legión de María. 
Además, haciendo referencia al pesebre, la referente de la pastoral de cárcel, Blanca Veliz señaló: “Los invito a mirar a Jesús. A pensar en la soledad de María y Jesús, y el hecho de que ellos no estaban solos sino que estaban junto con el Señor. Así están hoy los hermanos privados de la libertad, encerrados y aparentemente solos, pero realmente acompañados por Dios. Muchas personas los juzgan sin saber por lo que ellos pasan. Por eso también queremos agradecer al arzobispo, que siempre nos acompañó, nunca vamos a olvidar su predisposición”. Para cerrar, el grupo de ballet Divino Niño Jesús, orientado a la inclusión e integración de personas con discapacidad, ofrecieron un show folclórico.