Especial para El Litoral
Director del Club de la Libertad
El problema es que ese desconocimiento o incomprensión de lo que llamamos república proviene de la mayoría de los integrantes de una de las instituciones liminares en nuestro sistema constitucional.
Lo que deberíamos hacerle entender a estos senadores es lo siguiente: el sistema republicano se basa en la existencia de tres poderes que se controlan mutuamente y equilibran de esta manera su poder. El Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, que conforman la estructura de nuestro sistema republicano de gobierno.
Dicho esto, conviene recordar que el mencionado sistema no se agota en esta descripción formal; se asienta primariamente en el ejercicio de la soberanía del pueblo, y esto solo puede cumplirse cuando la ciudadanía tiene acceso a la más amplia información, cuando se puede conocer las opiniones de todos los interesados sobre algún tema de interés general, o particular, en un contexto amplio y diverso.
A esa libertad de información y opinión, nuestra Constitución Nacional la denomina libertad de prensa y le brinda una protección estratégica, habida cuenta de su importancia en el juego de dichas instituciones.
Llegamos ahora al punto de inicio. Un grupo de resentidos legisladores, o de legisladores que acompañan a algún resentido, pretenden pasar por alto el sistema que nos garantiza vivir en libertad, tal cual como lo conocemos y queremos seguir ejerciéndolo. La base histórica de la Argentina nos recuerda que desde mayo de 1810 “el pueblo quiere saber de qué se trata”.
Aunque algunos quieran hacerse los distraídos, o quieran encubrir distraídamente a alguien, conviene insistirles en que sin libertad de prensa no habrá libertad, y sin libertad tampoco tendremos república.
Debemos hacérselo entender entonces. De todas las maneras posibles.
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