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/Ellitoral.com.ar/ Ciudad

Por seguridad, las remiseras tienen mucha demanda pero hay poca oferta

De las 10 empresas consultadas por El Litoral, solo dos cuentan con trabajadoras al volante y, en ambas compañías, son escasas. El servicio es cada vez más solicitado, en especial a la noche y por usuarias. 

En un contexto de aumento de situaciones de acoso, el transporte en la ciudad encontró una nueva demanda: mujeres al volante de un remis. Sin embargo, la oferta en Corrientes aun es poca.

Si bien no hay un registro de conductoras en la ciudad, El Litoral relevó las empresas que se dedican al transporte de pasajeros y de 10 compañías consultadas, solo dos cuentan con trabajadoras al volante, mientras que la mayor parte de las mujeres se encuentra en el área administrativa y son operadoras.

La firma que cuenta con más mujeres choferes tiene nueve en total. En la siguiente, son solo tres. 

Los pedidos específicos por ellas se realizan a través de la base central, pero en algunos casos sus clientas se transforman en pasajeras habituales y se comunican directamente a sus teléfonos personales.

En estas dos empresas,  las remiseras son requeridas especialmente por chicas jóvenes en horas de la noche y la madrugada y, por otra parte, por padres y madres que necesitan el servicio para transportar a sus hijos a la escuela.

En las agencias de remises que no cuentan con servicio de transporte a cargo de mujeres, admitieron, hay requerimientos, pero sin respuesta. De acuerdo con lo explicado por un operador, “hay una cuestión de mayor confianza, particularmente por parte de otras mujeres y de padres que temen por sus chicos”.

Acoso e inseguridad

Durante la mañana del viernes se viralizó una denuncia informal en Twitter, que habla de un conductor de una remisería local, a quien una joven señaló por tomar un camino contrario al indicado y, pese a los reclamos angustiados, siguió alejándola de su domicilio en su vehículo.

Si bien la situación no pasó a mayores, ya que, según lo relatado, la joven pudo llamar la atención de uniformados en un control policial y el auto fue detenido, la gravedad del hecho puso en foco el problema que representa para las mujeres trasladarse en un contexto en que una mujer muere cada 29 horas en el país, en situaciones de violencia de género.

A esta denuncia se le sumaron otras mujeres que expresaron haber vivido situaciones similares con remiseros de la misma compañía. También ganó espacio el miedo que sienten las jóvenes a la hora de circular solas en la ciudad y las estrategias que se ven obligadas a tomar cuando lo hacen: enviar la ubicación en tiempo real a amigas y amigos, el número de patente del auto al que suben o fingir conversaciones en las que indican que alguien ya las está esperando fuera de sus domicilios.

Como efecto secundario a la viralización del caso, algunas usuarios compartieron contactos de conductoras mujeres que ofrecen el servicio en algunas empresas o de manera privada.

Este es el caso de Magdalena Amarilla, cuyo celular fue compartido por su hija. 

En diálogo con El Litoral, la mujer expresó que trabaja hace cuatro años para una empresa pero tiene sus clientas fijas, en su mayoría chicas jóvenes, mujeres mayores o padres con niños, que se comunican directamente con ella.

Antes de la pandemia, sus viajes más habituales eran durante los fines de semana, para transportar jóvenes a boliches y luego buscarlas. Comentó que, si bien es más requerida a la noche, también son muchas las chicas que piden su servicio durante el día.

Magdalena indicó que, como remisera, no está exenta de peligros. “Tomo mis recaudos, este tipo de trabajo te expone: no alzo personas en la calle, tengo sistema de GPS, solamente voy a pedidos de la empresa o de clientes que conozco, ando con las puertas trabadas y también tengo un gas pimienta”, explicó.

“Por suerte las malas situaciones que viví fueron pocas”, expresó y relató que una vez, un hombre borracho se ubicó en el asiento de acompañante e intentó tocarle las piernas. Fue auxiliada por un colega, luego de pedir ayuda en código por la radio.

Y sobre la denuncia viralizada en Twitter lamentó “mucho el mal momento que pasó esta chica”.

“Trabajo y vivo de esto, pero sobre todo, pienso en que soy mamá y soy abuela, entonces yo las cuido, espero que entren a sus casas, nunca las dejo a la deriva”. 

(ME)

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