Por Juan Carlos Raffo
Corría el año 1839... y Rosas ordenaba el ataque Corrientes. El gobernador de Entre Ríos, Pascual Echagüe, estaba al frente de las tropas, y le había remitido al gobernador de Buenos Aires abundante documentación que probaba las alianzas y sus posibilidades de éxito en la lucha.
Rosas le envió hombres y armas a Echagüe y ordenó al general uruguayo Eugenio Garzón, uno de los defensores de Paysandú, que se pusiera al frente de la infantería federal bajo las órdenes del gobernador de Entre Ríos.
Pero a pesar de todas estas medidas no buscó la ofensiva, frenando la impaciencia de Echagüe. Rosas tenía aún esperanza de que Berón de Astrada se retractara y rompiera su compromiso con los uruguayos y franceses.
En unos días más Rosas le volvería a escribir a Echagüe, diciéndole prácticamente que se apodere de todo cuanto encuentre a su paso en Corrientes.
Era prácticamente una autorización para el saqueo.
Echagüe, antes de partir para Corrientes, lanzó una proclama para exaltar el espíritu de sus hombres.