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/Ellitoral.com.ar/ Sociedad

Quedó a un paso del juicio el cazador que mató a un puma y subió las fotos a Facebook

Un cazador furtivo tenía nueve ciervos en cautiverio y exhibía 25 cabezas con astas como trofeos. La Justicia de una localidad de la provincia lo procesó. 

La Justicia de Corrientes procesó a un cazador furtivo de la localidad de Sauce que, en octubre del 2020, mató a un puma y compartió el registro fotográfico del hecho en Facebook, para promocionarse y captar clientes como guía de caza.

Tras un allanamiento en la casa del hombre, realizado el año pasado, las autoridades también encontraron nueve ciervos axis en cautiverio y 25 cabezas con astas que exhibía como trofeos en una de las habitaciones de su domicilio.

El hombre fue procesado por el Juzgado de Instrucción y Correccional de Mercedes, por los delitos de caza y depredación de fauna silvestre prohibida, en infracción a los artículos 25 y 27 de la Ley 22.421 (Ley Nacional de Conservación de la Fauna).

Intervinieron en las investigaciones la Fiscalía Especializada en Delitos Rurales y Ambientales, la Policía Rural e Islas y Ambiental Rural (Priar) de Sauce y la Unidad Fiscal para la Investigación de Delitos contra el Medio Ambiente (Ufima) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Gracias a las pesquisas, se pudo comprobar que Ramón Isidro Ramírez cometió los delitos de infracción al artículo 25 de la Ley 22.421 (“el que cazare animales de la fauna silvestre cuya captura o comercialización estén prohibidas o vedadas por la autoridad jurisdiccional de aplicación”), calificado por realizarse con tres personas, ropas mimetizadas como arte de caza y la utilización de armas de fuego y depredación de la fauna silvestre mediante la captura en cautiverio y almacenamiento, comercialización de productos y subproductos provenientes de especies prohibidas.

El hombre cometió varios delitos por los cuales la Justicia lo imputó: en primer lugar, la caza de un puma, una especie protegida, sucedida entre el 1 y el 8 de marzo del 2019 en la zona rural de Sauce.

Además, el hombre poseía varias armas de fuego registradas para la actividad cinegética sin la licencia correspondiente y, en una de las habitaciones de su domicilio, tenía un ambiente destinado a exhibir cabezas con astas de 25 ciervos, a modo de trofeo.

Por último, en la parte trasera de la propiedad se halló un corral de 50 por 100 metros, con malla metálica perimetral de 1,80 metros de alto, en el que mantenía cautivos nueve ciervos axis, tres machos adultos con astas y seis hembras.

Si bien el juez de Instrucción y Correccional, Martín Vega, dictó la prisión preventiva también le concedió la excarcelación bajo caución juratoria.

El antecedente porteño

Un cazador furtivo fue condenado a tres años de prisión condicional y al pago de una multa por haber matado a un puma dentro de la Reserva Natural El Destino de Magdalena.

Según el fallo, en octubre del 2015 el cazador, identificado como Ramiro Remorini, ingresó a la reserva con un fusil con silenciador, que es un arma de fuego de uso civil prohibida para la caza, y para el que no contaba con licencia de portación ni autorización para entrar a la reserva.

El hecho se hizo público cuando el imputado subió fotografías con el animal muerto a su cuenta en la red social Facebook, que fueron viralizadas y difundidas por diversos medios de comunicación, en las que se indicaba que habían sido tomadas en la reserva natural de Magdalena.

En las fotos se observaba a Remorini con ropa de camuflaje, sosteniendo el fusil y parado al lado de un puma muerto, colgado de un árbol.

Cuota alimentaria

El dueño de un campo hirió gravemente a una puma con una trampa, debieron amputarle una pata y ahora debe pagar una “cuota alimentaria” de por vida.

El hecho sucedió a mediados de mayo del 2020, cuando el productor agropecuario Sergio Neubauer puso enormes trampas alrededor de su campo, según dijo, para “proteger” a sus vacas de posibles ataques de jabalíes (la cacería está liberada). Justo por allí, en el Parque Nacional Lihué Calel, pasaba Unelén, una pequeña puma que hasta ese momento vivía en su hábitat natural. Quedó atrapada entre los grandes dientes oxidados de la trampa de la que instintivamente intentó, sin éxito, escaparse.

Unelén, así la llaman desde el rescate, debió ser intervenida de inmediato debido a la seriedad de las lesiones: su pata delantera derecha quedó hecha pedazos y no hubo otra alternativa más que amputarla. Ese acto de crueldad de la que fue víctima no pasó inadvertido para la Justicia pampeana y, por primera vez, un caso de violencia en perjuicio de un animal de la fauna silvestre, delito penal tipificado en Argentina por la ley 22.421, tuvo un resarcimiento económico y el productor deberá abonar una cuota para su manutención mientras la puma viva, lo que se estima será entre 15 a 20 años. 

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