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El enamoramiento

Uno no se enamora cuando quiere, sino cuando surge la oportunidad. Nadie dice: “El mes que viene me voy a enamorar”. El enamoramiento aparece de repente y es una respuesta psicobiológica. Enamorado significa, literalmente, “ciego”. La persona idealiza al otro y cree que es maravilloso, extraordinario, perfecto. Incluso sus defectos son virtudes. Por ejemplo, siempre llega tarde, pero lo hace con elegancia.  

Por Bernardo Stamateas

Colaboración Especial

Esto es así porque, cuando nos enamoramos, uno está inundado de dopamina y de oxitocina y ve al otro como “el ideal maravilloso”, como “la media naranja que completa mi vida”. La realidad es que el enamoramiento es (y se trata de una definición un poco negativa) una mentira consensuada. ¿Qué quiere decir esto? Que la persona enamorada exagera sus virtudes y oculta sus defectos. Ambos lo hacen y saben que lo están haciendo, pero… ¡viva el enamoramiento!

El enamoramiento alcanza su pico máximo entre los sietes y los nueve meses aproximadamente, para luego ir declinando lentamente y, en algunos casos, dar paso al amor. El enamoramiento es la pasión, el combustible, el eros que aparece al comienzo de la relación. Por esa razón, nunca deberíamos apresurarnos y esperar, por lo menos, aproximadamente un año antes de formalizar la relación o decidir convivir. 

¿Por qué digo esto? Porque, cuando uno está enamorado, no ve con claridad. Nos sucede a todos. El amor va surgiendo de a poco, si es que surge, y es el que sí ve al otro tal cual es y lo acepta con virtudes y defectos. ¿Qué es lo que ve el amor? Lo que no veía el enamoramiento. Ahora se dan en paralelo el enamoramiento que es la pasión, el misterio, lo nuevo, la novedad, y el amor que es “cuidar al otro cuidadosamente”, valga la redundancia. 

El amor es negociación. Es decir. “Veo nuestras diferencias, pero igual me gustás y te acepto, y juntos armamos el cerebro de pareja”. Una pareja saludable siempre cuida el enamoramiento, que con el tiempo tiende a desaparecer y, al mismo tiempo, alimenta el amor. Amor y enamoramiento no pueden faltar para que la relación se mantenga viva. Muchas personas viven de enamoramiento en enamoramiento, porque, en cuanto este declina, rompen la relación y buscan una nueva compañía. 

A muchas parejas jóvenes les resulta fácil enamorarse, pero muy difícil armar el cerebro de pareja. El amor no es solo enamoramiento; es además compromiso, responsabilidad, un ida y vuelta permanente. Y a muchas parejas de años les sucede que solo viven en el amor y se cuidan mutuamente; pero han perdido la chispa, la pasión, el eros. 

El amor se alimenta del misterio. Cuando dos personas recién se conocen, al principio, suelen hablar horas y horas y todo es un descubrimiento constante. Pero, cuando ya no hay nada nuevo por descubrir, si no se alimenta conscientemente, se corre el riesgo de experimentar la muerte de la pasión. Todos los días, ambos miembros de la pareja deberían proponerse crecer, mejorar y buscar la novedad. ¿Para qué? Para crecer. Al fin de cuentas, de eso se trata la vida en pareja. 

 

Bernardo Stamateas

Instagram @berstamateas

facebook/bernardostamateas

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