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/Ellitoral.com.ar/ Opinión

Hola, Grandote, te seguimos extrañando

Se cumplen hoy dos años de la muerte de Hugo Collinet, un miembro de la familia del diario El Litoral que supo trascender su función para convertirse en un emblema.

Los años transcurridos de su partida generaron una circunstancia extraña, por esas cosas que tiene la vida y sus vueltas.

Los 24 meses que pasaron en su ausencia aquilataron aún más el peso simbólico que Hugo tenía, no solo como integrante de este diario, sino como hombre de los que saben por suelas gastadas y mirada chuza.

En el obituario que Eduardo Ledesma le dedicó al producirse su deceso escribió: “Collinet (también así se lo llamaba) fue por años largos el alter ego del director propietario del diario El Litoral, Carlos Romero Feris: fue su gerente, pero también su secretario. Su confidente. Fue su amigo y asesor. Fue su maestro. Muchas veces su médico (vaya ironía), otras tantas su farmacéutico. Ultimamente su psicólogo. Todo eso era Hugo para Carlos. Todo eso y un poco más”.

Y lo recordaba por su particular forma de ser.

“Dentro del diario El Litoral estaba oficializado que Hugo Collinet hablaba en ‘charadas’: en charadas o ‘adivín adivinanza’, esa suerte de pasatiempo que consiste en adivinar una palabra mediante una indicación que hay sobre su significado. Hugo balbuceaba algunas palabras y había que interpretar lo que quería decir. A veces era la fija de alguna yegua (porque amaba los caballos de carrera); a veces una línea editorial o la confidencia que alguien le acercó relacionada con asuntos de alta política. Todo podía caber en sus medias-palabras. Todo: desde el devenir de la economía planetaria hasta el precio de las plumas o los canutillos. Hugo era publicista, aparte de otras tantas cosas. Además de empleado bancario o maestro de escuela, por ejemplo. Pero fue sobre su profesión de publicista que indagó hasta el final de sus días. De allí tenía la manía de simplificar todo hasta límites impensados”.

Hugo se murió en vísperas de dos elecciones clave, las Paso y las Presidenciales de 2019. No había sorteo que no ganara en la redoblona de la política y sus pronósticos. En estas elecciones hubiera salido airoso otra vez y esa voz se extraña.

Mientras, se hace ejercicio lo enseñado y celebración haber compartido el cacho de vida que nos permitió estar juntos. Hasta siempre, Grandote.

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