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Tecnocrisis: quiebras, despidos y controles obsoletos

Por Gabriel Zurdo*Publicado en Infobae

Las ganancias de FTX aumentaron 1000 % en 2021, un increíble crecimiento de la plataforma de intercambio de divisas en el contexto alcista del momento, con un valor de 40.000 millones de dólares, siendo fundada tres años atrás.

FTX afirmó que sus resultados financieros de 2021 habían sido auditados por Armanino, una de las 20 firmas de contabilidad más grandes de los Estados Unidos por ingresos, y Prager Metis, que se presenta como la primera práctica contable en abrir una sede en el metaverso. Su colapso pone bajo escrutinio a los auditores y a los organismos de control y fiscalización.

El año pasado, el fundador de FTX, Sam Bankman-Fried, calificó a la auditoría de sus resultados financieros como un hito, pero las cuentas no se hicieron públicas y los nombres de los auditores no surgieron hasta la quiebra del último viernes.

La firma declaró más de 130 empresas afiliadas en todo el mundo y valoró sus activos entre USD 10 mil millones y USD 50 mil millones, con una estimación similar para sus pasivos. Definitivamente, la quiebra de FTX es uno de los casos más resonantes de los últimos años: tiene más de 100.000 acreedores, y determinar a quién se le debe qué, llevará mucho tiempo, dado que las criptomonedas no tienen protección por ley y todo indica que un rescate parece inviable. La confianza en el respaldo financiero de la empresa, provocó un éxodo masivo de usuarios de su plataforma, lo que produjo una importante crisis de liquidez.

Binance es el mayor Exchange de Crypto, con un volumen diario estimado en USD 20.000 millones. Esta intentó un rescate, pero fue impedido por un agujero financiero estimado en unos USD 8.000 millones que, según el The Wall Street Journal, prestó el dinero a su firma de inversiones, Alameda Research, que ahora debe a la plataforma unos 10.000 millones de dólares.

En días previos, FTX anunció que vendería todas sus tenencias de FTT, su token nativo, con el que se recompensa a los usuarios por permanecer y operar en la plataforma, lo que evidenciaba una gran fragilidad ante cambios en su precio. FTT terminó colapsando también. Cotizaba en 24 dólares y pocos días después llegó a venderse a USD 2,50, un desplome del 90 % en apenas 48 horas. Esto se reflejó en el valor total de mercado de las criptomonedas, cuya capitalización llegó a caer casi un 15%, al pasar de USD 974.000 millones a USD 820.000 millones. El Bitcoin caía a su nivel más bajo en dos años y otros activos digitales estaban también en baja.

En simultáneo, la misma semana, el Grupo Meta anunció e inició el despido de 11 mil empleados, 13 % de su fuerza laboral, muchos de ellos afectados por la caída de sus visas de trabajo. Meta contaba con 87 mil empleados en todo el mundo en sus diferentes plataformas. Su balance arroja pobrísimos rendimientos trimestrales, con caída de su volumen de negocios, ganancias y un estancamiento en el número de usuarios. Esto acentuó la caída de la acción de la empresa, que perdió en total más del 70 % desde el comienzo del año.

Como si fuera un efecto contagio, Twitter, bajo la dirección de Musk, despidió a casi la mitad de su plantilla y a todo el Top Management. Por otro lado, Amazon congeló las contrataciones y otros jugadores de la industria, como Snapchat, Lyft, Stripe, etc., anunciaron despidos.

No deja de sorprender la improvisación y lo negligente de las decisiones. Aunque parezca increíble, Twitter acaba de “errar” en la implementación de un nuevo método de verificación de cuenta paga. Gran cantidad de usuarios fueron víctima de suplantación de identidad facilitada por la suscripción Twitter Blue. Cualquier usuario podía comprar la tilde azul sin solicitar verificación de identidad a quien estaba del otro lado, y los usuarios comenzaron a comprar las cuentas verificadas, haciéndose pasar por personajes públicos o reconocidas empresas.

La cuenta “clon” de Donald Trump también tuiteó, y el efecto colateral fue inmediato: la proliferación de fake news, uno de los argumentos centrales que Elon Musk esgrimió para explicar la compra de Twitter. En estas horas Twitter decidió suspender la opción de Twitter Blue por no poder controlar la seguidilla de cuentas falsas.

Todo indicaría que esta no es la única, ni la última crisis, y probablemente ocurran con mayor impacto sobre las personas y sus vidas atravesadas por la tecnología.

* Especialista en ciberseguridad, riesgo tecnológico y de negocios.

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