El Tribunal Oral Penal Nº 2 de Corrientes condenó a un hombre a veinte años de prisión por haber abusado sexualmente de tres menores, entre ellos, su hija de 8 años, en una vivienda situada en el asentamiento del barrio Caridi de la capital correntina.
Se trata de Luis Antonio Rivero, de 40 años, quien fue hallado culpable de los delitos de abuso sexual con acceso carnal en la modalidad de delito continuado y abuso sexual simple. El debate se inició a mediados de diciembre y ayer se llevaron a cabo los alegatos.
El fiscal Gustavo Schmitt solicitó un pena de 30 años de prisión, aclarando que los hechos estaban más que probados.
La defensa, en tanto, solicitó la absolución y la pena de 8 años de prisión por el delito de abuso simple en el caso de ser condenado.
Al momento de dictar sentencia, el tribunal consideró que no se pudo probar el abuso de dos de las cinco víctimas, ya que ambas no declararon en la causa.
El Tribunal Oral Penal Nº 2 estuvo conformado por los jueces Ariel Azcona, Juan José Cochia y Román Facundo Esquivel. En tanto que en representación del Ministerio Público se encuentra el fiscal Gustavo Schmitt.
De acuerdo con la investigación, el caso fue denunciado el 23 de agosto de 2018 en la División de Delitos Sexuales por un hermano del acusado.
En su relato contó que una maestra particular concurría a su domicilio para darle clases de apoyo a su hija. Fue entonces que, en una de las clases, la niña se animó a contarle a la docente la pesadilla que vivía hace tiempo. Precisó a su padre que cuando asistían a la casa de su tío —que vive cerca porque se trata de una familia amplia que reside en el asentamiento del barrio Caridi—, él la sometía y que varios de sus primitos también fueron violados.
En un operativo policial aprehendieron a Rivero, que luego fue alojado en la Unidad Penal Nº 6 y lo procesaron.
Al profundizar la pesquisa, se pudo determinar que los abusos fueron cometidos desde el 2017 al 2021.
Las víctimas fueron su hija de 8 años, tres sobrinas de la misma edad y un sobrino de 9.
Todos los niños declararon en Cámara Gesell y todos coincidieron en sus relatos en la modalidad empleada por el acusado. Los abusos siempre se cometían cuando se quedaban al cuidado de Rivero. Las víctimas debieron recibir atención psicológica para poder sobreponerse al calvario vivido.
(NG)