Por Ricardo G. Leconte y Ricardo “Caito” Leconte (h)
Especial para El Litoral
El doctor Mauricio Yadarola (1) al incorporarse a la Academia Nacional de Ciencias Económicas, presentó un trabajo que tituló “Democracia y Demagogia - Repercusiones económicas”, que publicó Víctor Zabalía, editor, el 14 de enero de 1960.
Contiene valiosos conceptos sobre el tema de palpitante actualidad para entender la crisis que vivimos en el país. Con más razón luego del reprochable atentado a la vicepresidente de la Nación que merece nuestro repudio y el de todos, sin vacilación. Por la gracia de Dios la agresión fracasó.
Sorprende que desde el oficialismo —desde el Presidente de la República y sus seguidores—, en vez de convocar a la paz, la tolerancia y a la seguridad de la Constitución nacional y de la ley, haya intentado utilizar este hecho como una herramienta de ataque a quienes no piensen como ellos y siembre nuevas expresiones de odio, intolerancia e irracionalidad.
Más que nunca son valiosos los conceptos del doctor Yadarola para afrontar con éxito el desafío que tenemos todos. Y así enseña:
1- Demagogia. Sobre ella dice: “Pareciera que la democracia, por ser la fórmula de la libertad y de la defensa de la personalidad humana, despertase el odio de los incapaces de elevarse al sitial de sus virtudes, y la codicia hipócrita de los ambiciosos: de estos fermentos antidemocráticos surgieron la demagogia y los regímenes totalitarios que destruyeron la democracia y anularon al hombre”.
En apoyo de este concepto está la opinión de Ortega y Gasset, que dice: “La demagogia es una forma de degeneración intelectual”.
Y ampliando los ejemplos de este autor sobre las movilizaciones de los demagogos, afirma: “En los mítines que la escasez provoca suelen las masas buscar pan, y el medio que emplean suele ser destruir las panaderías”.
Para el doctor Yadarola el otro elemento externo de la demagogia está dado por la figura del “líder”, “elemento esencial también a toda forma de totalitarismo”. El líder es aquí el gran demagogo, síntesis de los más deleznables artificios y maquinaciones para conquistar el poder y conservarse en él”. Y agrega: “La masa no sabe qué hacer de la libertad y espera siempre del ‘líder’, como gran taumaturgo, la solución de su vida”.
Destaca además, con cita de Guido de Ruggiero que el “líder” impone a la masa la doctrina de los mitos dinámicos, de la violencia regeneradora, del activismo como fin en sí mismo.
En suma, concluye el doctor Yadarola: “La demagogia exalta el mito de las masas, explota su credibilidad en el valor de las promesas del ‘líder’ (o ‘la líder’ diríamos hoy) y estimula sus pasiones más bajas hasta despertar el odio a todo lo que no es ella misma”.
Parece desarrollar una crónica de la Argentina de nuestros días…
2- Democracia. Precisa el autor: “Allí donde el gobierno se organiza sobre la base de dos principios fundamentales: libertad e igualdad, allí existe la democracia. La democracia no es solo una fórmula política para organizar el gobierno, sino un modelo de ser de la conciencia dirigido a crear un sistema de vida en libertad y con justicia”.
Y precisa aún más: “La democracia producto de la razón, se dirige a comprender al hombre, interpretar sus deseos, aspiraciones y exigencias, favorecer el desarrollo pleno de su personalidad y organizar el gobierno de tal manera que esas aspiraciones y exigencias, en cuanto legítimas, puedan ser satisfechas; a su vez exigir al hombre el cumplimiento de sus deberes de solidaridad social y humanas, desarrollando el sentido de responsabilidad”.
Y finalmente sentencia: “A los mitos de la demagogia la democracia opone los ideales de la razón. Ideales de libertad y de justicia, de seguridad contra la pobreza y la opresión”.
3- Órganos de la democracia: Para completar este análisis de esta realidad, el doctor Yadarola clasifica en tres grandes grupos los organismos de la democracia:
a) Como organización del Estado: un Ejecutivo con limitaciones, un parlamente representativo que permite la defensa y debate de todos los temas y construye las soluciones posibles. Y un Poder Judicial independiente que es garantía para todos, como lo fija la Constitución nacional. Solo lo atacan los corruptos y los totalitarios.
b) Como sistema político: los partidos políticos, la prensa y la opinión pública. Los partidos políticos son esenciales a una democracia. “Ellos son los canales al través de los cuales circula la opinión política del pueblo”. Y agrega luego: “La democracia, por el órgano de los partidos políticos, despierta en el hombre su amor a la libertad y a la verdad; su fe en la justicia, su sentido humano, su vocación por los grandes ideales de solidaridad y cooperación”. Y critica lo que es su deformación hoy frecuente: “Hablo de los partidos políticos en su cabal acepción, no de las organizaciones amorfas o sectarias que con ese nombre agrupan a los individuos bajo el señuelo de una idea y que, en vez de llevarlos por el camino de su realización, los utilizan al servicio de especulaciones personales de los directores de la empresa”.
En cuanto a la prensa, define: “Solo con prensa libre, y cuando se dice prensa libre se dice prensa responsable y con libre y directo acceso a las fuentes de la información, puede funcionar el sistema democrático… La prensa es el gran instrumento de expresión de ideas e ideales en una democracia; freno a los desbordes del poder; control de la conducta de los gobernantes, y fiscal que acusa las desviaciones institucionales”.
Para bien de la Argentina de nuestros días, tenemos prensa libre, y ojalá que así sea siempre.
La opinión pública: esta tiene importancia fundamental en la democracia. “Formarla sobre la base de los hechos que se ponen históricamente, apreciarlos con la verdad objetiva, es poner al servicio de la democracia la fuerza de convicción y de expresión necesaria a su grandeza y a su prestigio”.
Por suerte, en nuestro país, una sólida opinión pública repudia la mentira, la corrupción y el autoritarismo que varios sectores intentan imponernos. Eficiente herramienta para la esperanza.
Cierre final del trabajo:
Dice el doctor Yadarola para concluir su trabajo: “Fue mi vocación por la libertad y mi convicción de que solo en la democracia la libertad se realiza. Y fue también el deseo de alentar en los hombres de
pensamiento argentino una permanente disposición mental para la defensa de la democracia”.
Una lección inolvidable y un desafío para todos… hoy más que nunca.
(1) El Dr. Mauricio Yadarola nació en Córdoba el 17 de julio de 1895. Abogado. Fue titular de la cátedra de Derecho Comercial en la Universidad de Córdoba y su vicerrector.
Militante activo de la Unión Cívica Radical, en 1948 fue electo diputado nacional por Córdoba junto a Arturo Illia y Miguel Ángel Zabala Ortiz.
Integró el “Bloque de los 44” de la UCR de opositor al peronismo.
Fue embajador en EE.UU. y miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas.
Falleció el 16 de mayo de 1960 a los 64 años.