Entre los guerreros curuzucuateños que llegaron a destacarse en la brega diaria de la provincia, empujados por las necesidades de la época y por su patriotismo, se destaca Manuel Vicente Ramírez, descripto fielmente en su biografía por el Doctor Roberto Martínez Grossi. Corrientes, “la primera en el sacrificio y la última para la recompensa”, lo contó desde inicios del Siglo XIX siempre en lucha tras lucha como la figura simpática y voluntariosa de un mestizo guaraní que por sus servicios llegaría a General de la Nación con sobrados méritos.
Nació en la Villa de nuestra Señora del Pilar de Curuzú Cuatiá. Ramírez Chico, tal cual su apodo en relación a su físico pequeño, era hijo de Juan Baltazar Ramírez y Margarita Romero. Su padre fue Juez Comisionado del sur provincial en tiempos de la colonia, y era hijo del Capitán Juan Ramírez y Leonarda Añazco. El capitán Juan Ramírez era hijo de Gaspar Ramírez y Marta Martín. En tanto la madre de Ramírez Chico, Margarita Romero, pertenecía a una familia de arraigo en la capital provincial, aunque ella, al igual que sus nueve hermanos, se radicaron en San Roque primero y más tarde en la Villa de Curuzú Cuatiá.
Tanto la provincia así como el Cabildo indígena de Yapeyú, enviaron conjuntamente un contingente para la defensa de Montevideo durante la segunda invasión inglesa de 1807. Allí fue Ramírez Chico gustoso de cabalgar junto a sus comprovincianos.
Con motivo de la toma por asalto de la Plaza de Montevideo por los ingleses durante la 2ª invasión al Río de la Plata, el 3 de febrero de 1807, cayó prisionero. Lo liberaron luego de la rendición de Whitelocke.
Al llegar a la Villa de Curuzú el general y abogado Manuel Belgrano el 7 de noviembre de 1810 en horas de la tarde, le llama la atención cuando el contingente de la Comandancia local se presenta ante él, un mozo impulsivo que hace caracolear su caballo y blande con gran agilidad su lanza. Al preguntarle Belgrano al Comandante de la Villa José Andrés Casco quién era ese fogoso joven, éste le respondió: “es Ramírez Chico”.
Fue uno de los primeros voluntarios que se incorporaron con entusiasmo al Ejército Expedicionario al Paraguay. Supo ganar la admiración y la confianza del Jefe porteño. Participó de las acciones de Campichuelo, Paraguarí y Tacuarí y del repaso apresurado del Alto Paraná. Él lo hace a nado prendido a la cola de su caballo. En Candelaria, Belgrano reorganizó su ejército incorporando a 300 soldados y oficiales enviados desde Corrientes. Allí Ramírez fue entablando amistad con esos futuros jefes que serían sus camaradas en acciones posteriores, hasta su vejez gloriosa.
Cumpliendo nuevas instrucciones de la Junta de Gobierno de Buenos Aires, dejan Candelaria y costeando el Río Uruguay bajan hacia la Banda Oriental, lo que le da a Belgrano la ocasión de conocer Mandisoví, la población que había fundado el 17 de noviembre de 1810 desde Curuzú Cuatiá. Al pasar el pequeño ejército a la altura de la futura Paso de los Libres, Ramírez Chico no pide permiso para llegarse de un galope a su pago de Curuzú a ver a su familia y amistades. Su temperamento hizo que continuara imperturbable la marcha sin ceder al llamado del terruño.
Sustituido Belgrano por el Gral. José Rondeau, sigue Ramírez participando en todas las acciones del Sitio de Montevideo. No solicita volverse. Lo que le interesa es pelear y estar en los campamentos, durmiendo a la luz de las estrellas, a la intemperie, churrasqueando y mateando junto a sus camaradas, escuchando cuentos de fogón o llegándose a la cita de alguna buscona que rondaba el vivac.
Levantado el asedio en octubre de 1811, a raíz del acuerdo ajustado con el realista general español Elío, continuó sirviendo a las órdenes del caudillo José Gervasio Artígas, en clase de Cabo, participando de dos choques con las fuerzas portuguesas que habían invadido la provincia oriental. Siguió actuando junto a Artigas durante toda la campaña. Es ascendido a Sargento por los relevantes méritos de sus guapezas.
Repuesta la autoridad legal, el Tte. Manuel Vicente Ramírez fue destinado a la escuadrilla que se organizó a las órdenes de Pedro Campbell, el que le otorgó el grado de Capitán. En el Combate del puerto de Corrientes contra una escuadrilla paraguaya, le otorgan el ascenso a Sargento Mayor por su buen desempeño. Se halló en el combate sostenido contra la escuadra de Buenos Aires, mandada por Ángel Hubac, en las bocas del Colastiné, Santa Fe. En el curso de la acción, Ramírez fue gravemente herido y cayó prisionero. Pero una vez repuesto logra evadirse y sirvió nuevamente en la escuadrilla del irlandés Campbell, hallándose en varios combates contra la escuadrilla del Gral. Francisco (Pancho) Ramírez. El último frente a Esquina.
El 22 de enero de 1820 se consumía en las nacientes del Río Tacuarembó el postrer esfuerzo de los artiguistas contra los invasores portugueses. Las tropas del general Abreu, gobernador de Río Grande, destrozaron a los escuadrones de Artígas tras encarnizada lucha. Manuel Vicente Ramírez cruza a nado el Río Uruguay con el resto de la tropa que acompañaban al Protector.
A todo esto, con el liderazgo de Pedro Ferré en Corrientes las tropas veteranas y la Guardia Cívica al mando de los Coroneles Nicolás de Atienza y Juan José Fernández Blanco, deponen al Gobernador interino, el entrerriano Evaristo Carriego, el 12 de octubre de 1821 sin disparar un solo tiro.
Al enterarse en Paraná los Comandantes Lucio Mansilla de Entre Ríos, Estanislao López de Santa Fe y Matías Zapiola de Buenos Aires; no sólo aprobaron, sino que con salvas de artillería, dianas triunfales, campanas al vuelo de los templos y el pueblo reunido en la Plaza celebraron jubilosamente la liberación de Corrientes y la proclamación de su autonomía. Era el triunfo de Pedro Ferré y su amigo León Esquivel. Asume ese glorioso 12 de octubre como primer gobernador constitucional el Coronel Juan José Fernández Blanco. Desde Paraná el Comandante Manuel Vicente Ramírez pasa a la provincia de Buenos Aires en noviembre de 1823, a las órdenes del Tte. Cnel. Andrés Morel, conjuntamente con su Escuadrón de Dragones, y son incorporados al de Húsares en clase de auxiliares. Fueron destinados a la Frontera Sur con asiento en el Fortín Kakel o Caquel. Hizo la expedición al desierto que dirigió el general Martín Rodríguez en 1824, llegando hasta Bahía Blanca. Al regreso queda de guarnición en el mismo fortín. Cuando Juan Lavalle organiza su luego célebre Regimiento de Coraceros, Ramírez figura desde mayo de 1825 agregado al 2° escuadrón del mismo y desde noviembre pasó al 1er. Escuadrón.
En los cuatro años que permaneció en la frontera asistió al Combate de Cañada del Vecino y a otros muchos encuentros que tuvieron lugar contra los salvajes. El Gobierno de Buenos Aires le reconoció la antigüedad de aquellos servicios el 7 de septiembre de 1826, con la jerarquía de Sargento Mayor del Regimiento 13 de Caballería, cuerpo del cual fue nombrado Comandante, o sea Teniente Coronel del 2° escuadrón. En cumplimiento de tal designación recibió orden de pasar al Estado Oriental a formar parte del Ejército Nacional que se hallaba en operaciones contra los imperialistas portugueses. El 17 de febrero de 1827 pasó al Regimiento 7° de Caballería a comandar el 2° escuadrón del mismo. Acompañó al Cnel. Federico Rauch en la expedición al norte de la Sierra de la Ventana. Después de esta campaña, el 21 de marzo de 1828 pasó a la ciudad de Buenos Aires y fue enviado en comisión a la provincia de Corrientes. El 26 de noviembre de 1827, el Gobernador de Corrientes Pedro Ferré, lo convocó para “la defensa del territorio provincial en la guerra con el Imperio del Brasil”.
En 1834 fue nombrado conjuntamente con el Cnel. Manuel de Olazábal y el Cnel. Tiburcio Rolón para redactar un reglamento de táctica militar. En 1835 es nombrado por el Gobernador Ferré, Comandante de las milicias acantonadas en Curuzú Cuatiá, para resguardar la Frontera Sur de la provincia. Fue ascendido por estos méritos a Coronel Mayor.
A fines de febrero de 1839 marcha Ramírez Chico hacia el Paraje El Chañar a incorporarse al grueso del Ejército del gobernador Berón de Astrada que terminó en la trágica y gloriosa batalla de Pago Largo.
Cuando se entera que el Gral. Juan Lavalle estaba organizando un Segundo Ejército Libertador Correntino se presenta en el Rincón del Ombú. Luego se incorpora en 1841 al Ejército de Reserva que organizó el “Manco” Paz y triunfa en la batalla de Caá Guazú.
Participa en 1843 junto a Joaquín Madariaga en la recuperación de la Provincia en la batalla de Laguna Brava. Ramírez Chico no integró el contingente correntino que pasó a Entre Ríos para formar el Ejército Grande que voltearía al Tirano Rosas en Caseros. Ya contaba la avanzada edad de 70 años. Durante su retiro a la vida privada, conserva el cargo de Comandante General de Armas de la Provincia que le otorgara el Gobernador José Pampin en 1862.
Al invadir los paraguayos la provincia y estallar la Guerra de la Triple Alianza, el Jefe supremo de todas las fuerzas aliadas, el Gral. Bartolomé Mitre, Presidente de la Nación, le dio el alta en el Ejército Nacional, el 23 de abril de 1865, en la clase de Brigadier General, haciéndolo revistar en la Plana Mayor.
De esa época es el daguerrotipo que se conserva de su estampa, vestido con el uniforme de su grado militar, su cabeza cubierta por un ostentoso sombrero bicornio (semejante al que usaba San Martín); sentado, con su diestra dentro de su chaqueta y la siniestra sosteniendo la espada con empuñadura de oro.
Incorporado al Ejército en operaciones se halló en el Combate de Yatay en las afueras de la actual Paso de los Libres, en la toma de Uruguayana el 18 de agosto de 1865; y luego acompañó a las fuerzas aliadas hasta Paso de la Patria donde dio su última ofrenda guerrera. Su avanzada edad no le permitió continuar la campaña. Falleció en su Curuzú natal el 11 de diciembre de 1866 a los 86 años. No alcanzó a saborear el encuentro con los jefes victoriosos del Paraguay. Había contraído matrimonio religioso católico con doña Tránsito Vargas o Bargas, que lo sobrevivió.