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/Ellitoral.com.ar/ Sociedad

La triste historia de la embarazada correntina que fue asesinada antes de dar a luz

El caso fue resuelto luego del cruce de datos con archivos históricos. Otros miembros de la familia de la mujer también fueron perseguidos. 

Abuelas de Plaza de Mayo comunicó ayer la resolución del caso de la correntina Dora Elena Vargas, que tenia 24 años y fue asesinada por la última dictadura militar. 

Este y otros tres casos similares, de embarazadas que fueron asesinadas antes de dar a luz, fueron resueltos a partir de la puesta en común de información con el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) y el poder judicial. Con ellos llegaron al número de 137 casos resueltos.

Dora Elena nació el 20 de mayo de 1953 en Saladas, provincia de Corrientes. Era estudiante de Veterinaria en la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).

De acuerdo con los archivos por la memoria, Dora cursaba un embarazo de entre 3 y 5 meses. 

Ella y su compañero, Juan Carlos Sofía, militaban en la columna sur de la organización Montoneros. Se conocieron allí, formaron pareja y ella quedó embarazada.

La joven, de 24 años, fue secuestrada el 12 de noviembre de 1977 en San Francisco Solano, partido de Quilmes, en la vía pública. La última vez que la pareja se vio fue en el único control médico que llegaron a hacer por el embarazo, en el Hospital Finochietto de Sarandí.

Luego de ese encuentro, Juan Carlos viajó a las localidades bonaerenses de Lincoln y San Andrés de Giles, en busca de un lugar más tranquilo para la familia. Pero, en esos días, Dora acudió a una “cita cantada” y fue capturada.

Juan Carlos falleció en mayo de este año. Siempre la buscó y también al hijo o hija que esperaban, hasta que supo que su compañera fue asesinada el día del operativo. Una comparación dactiloscópica entre las huellas impresas de un prontuario policial perteneciente a una persona no identificada y las impresiones decadactilares de Dora del Registro Nacional de las Personas, determinó que se trataba de la misma mujer, según detallaron ayer.

El prontuario del que se extrajeron las huellas correspondía a una ficha del 12 de noviembre de 1977 (día del secuestro de Dora), enviada por la Comisaría 2da. de Quilmes (Bernal), con intervención del Área Militar 111, debido a la muerte de su titular. Con esta información se decidió dar por cerrado el caso e informar a las familias Vargas y Sofía.

Toda la familia Vargas fue perseguida. Su hermana Olimpia Vargas, también permaneció secuestrada con su marido, aunque ambos sobrevivieron, al igual que su padre, que también estuvo preso. El hermano menor de Dora, Juan Ramón, fue desaparecido junto con su esposa, Dora Beatriz Noriega, también embarazada.

Abuenas de Plaza de Mayo precisó que al sobrino de Dora y Juan Carlos lo siguen buscando.

Para el conjunto de investigadores, el caso de Dora Elena Vargas, fue más complejo que los otros tres informados ayer, puesto que no fue a través de restos óseos, sino de pericias en las que el cruce de datos de archivos, prontuarios policiales y datos de contexto permitieron concluir que su muerte se produjo antes de la fecha probable de parto.

Los tiempos de los trámites judiciales, más el impacto emocional que significa para las familias afrontar la noticia sobre el destino final de sus seres queridos, hacen que todo este proceso haya tomado años.

Espantoso final

"Lamentablemente, no es la primera vez que debemos concluir una búsqueda con este espantoso final. A lo largo de estos casi 46 años de lucha dimos por cerrados 15 casos de mujeres asesinadas antes de dar a luz y hoy debemos sumar a esa lista cuatro más", señaló ayer Abuelas de Plaza de Mayo en un comunicado.

Son casos que han llevado años de investigación, trámites y reconstrucción, también tiempo de asimilación por parte de las familias que, en muchos casos han decidido hacer el duelo en la intimidad.

"El terrorismo de Estado cometió los crímenes más horrendos: desapariciones forzadas, secuestros, torturas, asesinatos, delitos sexuales. Los genocidas arrojaron personas vivas al mar, mantuvieron con vida a mujeres embarazadas hasta dar a luz para quedarse con sus bebés y luego asesinarlas. También acribillaron a mujeres embarazadas, algunas con panzas incipientes, como los casos de Dora Elena Vargas, Olga Liliana Vaccarini e Hilda Margarita Farías. Y otras con panzas más notorias, como Liliana Beatriz Girardi, embarazada de seis meses", manifestaron en el comunicado.

Las identificaciones de estas cuatro mujeres han sido producto de investigaciones documentales, exhumación de fosas comunes, comparación de huellas dactiloscópicas y decadactilares, entre otras pericias realizadas por diversas instituciones y organismos que trabajan para reconstruir lo que ocurrió con los y las desaparecidas víctimas de la dictadura, ya que los genocidas siguen callando tras más de 40 años.

Los restos de Liliana Vaccarini, Hilda Margarita Farías y Liliana Beatriz Girardi fueron identificados por el EAAF en 2022, 2019 y 2012, respectivamente. 

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