¿Totalmente eléctricos? Las intenciones de eliminar los autos a nafta se desinflan

Especial para El Litoral

La agenda 2030 de la Unión Europea impone por acuerdo de naciones que a partir de ese año y a los efectos de disminuir emisiones contaminantes las industrias automotrices del continente dejen de producir motores térmicos, de manera que los vehículos cero kilómetro -según reza esta teoría- deberán ser totalmente eléctricos dentro de apenas 6 años.

¿Es posible este salto a la alimentación eléctrica en tan corto lapso? ¿Es realmente limpia la generación de electricidad? En un diálogo vía Facebook este cronista consultó con el hombre que más sabe de técnica automotriz en la Argentina, el famoso ingeniero Alberto Garibaldi, quien puso en duda la factibilidad de dicha meta.

La consulta fue la siguiente: ¿Podría ser que las metas 2030 en la industria automotriz europea (cuyos países miembros se comprometen a no producir motores térmicos) hayan seguido criterios fundamentalistas que deberían ser revisados? ¿La opción nafta sintética que fabrica Porsche en Punta Arena, Chile, le parece una alternativa de equilibrio para no abandonar las tecnologías de combustión interna?

La sabiduría del ingeniero Garibaldi se hizo notar en su respuesta, que a continuación reproducimos: “Me temo que los deseos de la Comunidad Europea para el 2030 son exactamente eso, deseos, pero la realidad será otra. Los países europeos están lejos, muy lejos de generar energía eléctrica suficiente como para remplazar los motores térmicos. Tal como Ud. lo menciona el advenimiento de nuevos combustibles puede revertir o al menos equilibrar el tipo de motores. Saludos y un excelente 2024”.

Palabra autorizada mediante, esta columna se atreve a postular un vaticinio para los investigadores e inversores para que tomen nota de la importancia que habrán de adquirir en un corto plazo los combustibles no fósiles que funcionan como si procedieran del petróleo. Esto implica mantener la producción de automóviles con impulsores a explosión (y conservar en actividad el inmenso parque rodante que actualmente mueve al mundo en calles y autopistas) sin necesidad de afrontar el gran déficit de las tecnologías eléctricas que es la capacidad de generación.

Antes ya sucedía, pero a partir de la guerra entre Rusia y Ucrania (lo que derivó en el bloqueo de los suministros de gas por parte de Moscú, que cerraron los grifos de la compañía rusa Gasprom), la utilización del carbón para producir electricidad en Europa occidental se incrementó notoriamente. Naciones como Alemania, Polonia y República Checa queman lignito, una especie de carbón mineral de los más contaminantes que existen.

La necesidad tiene cara de hereje dice el refrán que se cumple con todo el rigor de la realidad a partir de la invasión de Rusia a los territorios ucranianos de Donetsk y Lugansk. Las emanaciones contaminantes que este cambio produjo echan por tierra las metas ecológicas autoimpuestas por los países firmantes de la agenda 2030, que de continuar produciendo autos y motos eléctricas solamente incurrirán en una transferencia de contaminación, ya que lo que no emane de los escapes de los automóviles saldrá de las calderas que actualmente abastecen de fluido eléctrico a buena parte de la UE.

El camino pareciera ser el que comenzó a desarrollar Porsche (del grupo Volkswagen) en su planta de combustibles alternativos del sur de Chile. Allí, en Punta Arena, la icónica marca alemana fabrica gasolina sin petróleo capaz de mover a cualquier vehículo de combustión interna con emanaciones neutras.

¿Por qué emanaciones neutras? Porque el insumo que los desarrolladores de esta nueva nafta no fósil utilizan es el dióxido de carbono que se encuentra en el medio ambiente. Y el residuo que exudan los motores alimentados por este combustible ecológico es exactamente la misma cantidad de CO2 que se utilizó para su producción.

Por el momento, dada la complejidad que implica el proceso de destilación de esta nafta alternativa de “carbono neutro”, el proyecto se encuentra en fase experimental, pero una compañía europea llamada Zero Petroleum dio el primer paso hacia la comercialización con bidones de 20 litros utilizados por la Royal Air Force. Los resultados son alentadores y solamente habrá que acomodar los precios, ya que el litro de esta gasolina neutra supera actualmente los 2.000 euros.

Faltan algunos años para que la agenda 2030 de la UE comience a regir, pero todo indica que será necesaria una reconfiguración no solamente por la dificultad para la generación de electricidad sino por otro problema que en su momento deberá ser abordado en profundidad: la amortización y el final de la vita útil de las baterías de litio utilizadas por los autos eléctricos.

El punto es que a los ocho años de haber sido fabricado, un eléctrico necesita de una batería nueva, cuyo valor supera el 50 por ciento de la cotización del vehículo. De continuar con la actual tendencia hacia la electrificación total, habrá desguaces con modelos nuevos arrojados a la compactadora por la inviabilidad económica que implica reemplazar sus fuentes de energía.