Esta personalidad que vamos a intentar describir en todos sus rasgos, requiere también, al igual que él, “investigar, preguntar, sentir musicalmente las descripciones como si fuéramos un integrante más de la orquesta que alguna vez, felizmente, puso en marcha don Herminio Giménez. Vamos todos al conjuro de leer, aprender, sorprendernos y emocionarnos cuando descubramos en muchos pasajes: “El porqué del Chamamé, su origen, sus connotaciones y entender que sus melodías y versos, con un rosario de amores, de olvidos, de desencuentros y de éxitos.
Mano a mano con Enrique Piñeyro nos enorgullece poder decir, “soy su amigo”. Y será él quien nos contará cosas hermosas cobre la historia de nuestro Chamamé. Este diálogo sucedió en junio del 2013 en su casa de la ciudad de corrientes.
EAP: “Estoy trabajando en la búsqueda e investigación sobre la música tradicional correntina. Música que abarca el desarrollo y evolución a través del tiempo, y eso me ha llevado mucho tiempo, más de 40 años que estoy en este trabajo. Rescatar por un lado y recopilar por otro todas las instancias que tiene este enorme universo que es nuestra música correntina. Hablar de la palabra Chamamé, con sus variantes rítmicas porque si bien el Chamamé es el que marca el rumbo, está también el valseado correntino, el Raguido Doble y está también la “zaranda afro americana” que entonaron los descendientes afro que hubieron muchos en nuestro Corrientes.
Chamameceada: “A mí en general cuando se habla de chamameceada en Corrientes, se está refiriendo a todos nuestros ritmos. Cuando se habla de música chamamecera también y cuando se habla de región chamamecera también se incluye a todas las formas de ejecución de canto de danzas y es una vivencia que viene de los guaraníticos que habitaban nuestra tierra. Mi trabajo lo inicio en la década de 1960 y para 1980, ya tenía 20 años de estudio y recopilación, y recorrida casi toda la provincia. Lo hice muchas veces acompañado de otros grupos que se sumaban en la misma búsqueda, sobre todo de músicos ya fallecidos.”
EAP: “También estaban los que se fueron a Buenos aires, como “los pioneros del chamamé” que no volvieron, y otros sí, triunfaron y regresaron. El caso de Coco Marola que nunca quiso quedarse en Buenos Aires, vivió siempre en corrientes y viajaba a dar recitales, bailes y otros que sí, se afincaron en la Capital”.
El Maestro, Profesor y Catedrático - EAP: “Yo fui maestro de Escuela, luego Profesor de Filosofía y Ciencia de la Educación y Psicología social. Con cuatro hijos tenía que trabajar pues, no podía andar en esa bohemia de andar detrás de los músicos, buscar las biografías de ellos, sus vidas, expresar y asimilar esa magia que tiene la música con los bailarines.
EAP: “Nací en Monte Caseros, donde se habían radicado mis padres, que eran de Caá Catí, pero con tres años se volvieron y yo con 3 años hice lo que compusieron Albérico Mansilla y Romero Maciel, de Caá Catí a Mburucuyá. Nos radicamos todos en ese pueblo que terminó siendo el encanto de mi vida chamamecera”. Allí vivía Eustaquio Miño con su familia, y tenía allí una Pista de Baile, al aire libre y la llamaban “La Querencia”. Suhijo que es músico vivió siempre al lado y hoy la mantiene a “La Querencia” como un legado, como un museo. Y esa pista la administraba Eustaquio, estamos hablando de 1930, 1940, no habían otros lugares donde organizar bailes populares. Era para gente que venía del campo, y que no podían acceder a las pistas sociales bailables. Entonces las “Pistas de Baile” en los pueblos eran sostenidas por los mismos músicos. Y Eustaquio invitaba a muchos conjuntos de famosos, como ser Tránsito Coco Marola, un primo de Salvador Miqueri llamado “Tito”, que fue parte del famoso dúo Vera Lucero. Ellos interpretan el chamamé romántico y cadencioso de Mburucuyá.”
Cañada Fragosa - “Como decimos los correntinos con lo escaso, lo poco y lo rico. Como dijera Chapo y Miño: Por la cañada Fragosa mi potrillo “Mala Junta” era de menta famoso y bueno de punta a punta. Era noble el parejero en la cancha, mano a mano y muy guapo y baqueano para cruzar el estero.”
Cañada Fragosa era un lugar que debía pasar para llegar a su amor, a su guaina, a su mujer enamorada. Su caballo, su fiel amigo que lo conduce hasta ese pago.
Nuestra música en sus cuatro ritmos tiene elementos instrumentales, guaraníticos en primer lugar. Las flautas, hechas de tacuaras, cinco pentatónica, con cinco notas, y algunas que eran de producción muy antiguas, de sonido onomatopéyicos por un lado con las vocesen los cánticos, que eran sagrados, y también con el Bastón de Ritmo, que era el “Tapeapú”, que era un a tacuara de grosor ancho, que se usaban para hacerla como bastón de ritmo, sobre la tierra apisonaban, para que sonara como percusión básica, mientras que el “Mimbú” que eran las flautas, elaboraban una instrumentación básica. Y lo que va a ser el “Mbaracá”, que con el tiempo se deforma y será “la maraca”, que es la sonaja ritual, que es un mate, llamado en Corrientes “Porongo”, que se lo utiliza con un mango que se le pega. Es importante decirlo, que son los dos instrumentos sagrados de los guaraníes. Porque fueron ambos aceptados por Franciscanos como por Jesuitas. Estas congregaciones formaban escuelas de música tanto en Yapeyú, como en La Cruz y otras reducciones.
“Esa cuestión de raza, de música y de instrumentos, es lo que genera después una rítmica muy importante para crear y generar lo que va a ser nuestra música y danza chamamecera.” Como los instrumentos que hubieron a partir de los años 1840, acordeón de una hilera de teclas y de cuatro en la mano izquierda le van a dar un sonido que será el futuro, más las voces de cantos gregorianos y los cantos sagrados en guaraní. El “Ñemboe” que es cantar, y al mismo tiempo puedo cantar y rezar.
El Chamamé tiene un origen plural, es la confluencia entre lo hispano y el guaraní. Como decía el padre Zini "hay chamamé que te refrescan el alma”. Asi le pregunté a Isaco Abitbol, como compuso La Calandra, yo pensando en el “pájaro” y el en dos o tres palabras me dio a entender que nace como un poema de amor, fue para la única mujer que amé en mi vida. Quien después fue su esposa. Las emociones que se reproducen en el chamamé son diversas. Canta en él a lo romántico, triste, nostálgico, a la alegría y también a ciertos sentimientos ya que cada músico formula una expresividad particular. Otro puede ser los del dúo Verón Palacio, un dúo con acordeón y guitarra, que han integrado el conjunto de don Tránsito Coco Marola. Luego se separan y triunfan con el dúo con gran éxito, conjunto muy interesante desde el punto de vista de la temática fueron “Los Sanroqueños”, dos hermanos de San Roque que con guitarra y bandoneón traducían rasgos de Coco Marola, pensarla, o verla o traducirla musicalmente como fue gestada, diseñada y cómo evolucionó después.
Pichuco e Isaco – Me acuerdo cuando salió en el diario Clarín un reportaje a Aníbal Troilo “Pichuco” el bandoneón de Buenos Aires, en el cual le preguntaban si él conocía al bandoneonista correntino Isaco Abitbol, y respondió: “Si hay correntino (y el periodista le corta diciéndole) toca muy bien el tango) y Troilo continúa diciendo: No, ese correntino toca el chamamé y se llama Isaco Abitbol, y es de Corrientes, uno de los mejores bandoneonista y creador de temas chamameceros. Yo quisiera tocar como él. Eso cundió entre los amigos de Troilo, y el famoso Ernesto Baffa se sienta un día con Isaco y componen un chamamé juntos que se llama Taragüí Coe (Amanecer en Corrientes). Es un tema de avanzada y está grabado únicamente por Isaco Abitbol en dos versiones de bandoneón y guitarra.
Saludos Musical – Los conjuntos al subir al escenario tenían antes de empezar una presentación de un minuto, muy breve, lo hacía Ernesto Montiel, lo hacía Coco Marola. Y esto dice el autor de esta página, yo lo presencié en Curuzú en el Club Belgrano viendo al conjunto de Abelardo Di Mota, que hacían unos compases del chamamé “Madrecita”.
Eso también se repetía dice Piñeyro, como anunciando que era su penúltimo tema y que antes del final del show habría una “yapa”. Eso se fue dejando, y por supuesto las actuaciones eran de una o dos horas.
Tarragó padre e hijo - El famoso chamamé “Don Gualberto” se lo dedica el Rey del chamamé a un gran bandoneonista que integro su conjunto, Gualberto Panozo de Curuzú Cuatiá, quien siendo muy joven le enseñó a tocar a su hijo Antonio Tarragó Ros. Otro chamamé al estilo Tarragosero era el tema “El Tirabuzón” y otro tema famoso es “A Curuzú Cuatiá”. Tarragó padre tiene grabado más de 600 temas musicales y fue llamado en Odeón “El Rey del Chamamé”. Así como fue llamado Juan Darienzo, El Rey del Tango. Un compositor prolífico y con un estilo tradicional que lo mantuvo siempre.
Kilómetro 11 – “Yo creo que el carácter de Kilómetro once está en la modalidad y la rítmica. El autor don Tránsito Coco Marola lo compuso de una manera romántica y nostálgica. Estaba dedicado a una mujer amada, a la que no la olvida y la recuerda siempre y que para no enloquecer de amor, lo hace de esa manera”. Hay versiones rápidas y alegres y otra reposada y romántica. Al igual que en español y en guaraní refleja que es por un amor perdido. La palabra “anique enderesaray” (No te vayas a olvidar de mí).
La importancia de Tránsito Coco Marola en el chamamé es como un “peleador” de su estilo tanto en temas instrumentales como cantados. La importancia y protagonismo que tiene hasta hoy don Tránsito en nuestra música es su creatividad e innovación constante. Es lo que lo hace el “taita” del Chamamé.
Antonio Tarragó Ros - “Lo mismo pasa con Antonio, el hijo del Rey, un incesante creador. Un hombre que ha traducido Corrientes en distintas instancias y distintas maneras, buscando mil caminos y vertientes. Es un traductor de lo que es Corrientes a través de distintas maneras. Es un permanente digo porque no cesa en encontrar nuevas vertientes para incluir el chamamé, incluir el rasguido doble y otras rítmicas con esencia, como diría don Atahualpa, no cantes si no tiene fundamento.
Enrique Antonio Piñeyro: Nació en monte Caseros el 28 de agosto de 1937. De familia oriunda de General Paz, a los tres años regresaron a su Caá Catí, Se radicó en Corrientes para estudiar magisterio, perfeccionándose posteriormente hasta recibir el título Profesor superior en Filosofía y Ciencias de la Educación. En el año 1970 se perfecciona en el Gabinete de Investigaciones Folclóricas de la Universidad del Nordeste. Para la tesis correspondiente eligió al artista Tránsito Coco Marola. Siempre lo tiene presente a Osvaldo Sosa Cordero.
Hasta la fecha, año 2014 en que fue nuestra charla, ha editado 15 libros sobre esta temática. Hoy más vigente, intelectual y sabio junto a su familia disfruta de los recuerdos imborrables y piensa que le ha quedado en el tintero.
Gracias Maestro - De nuestra charla, lo que expongo hoy, es tan sólo un 50%. Sin duda nadie sabe más que vos y te agradezco en nombre de millones de chamameceros.
Merece el pueblo de Corrientes tener un “maestro” como vos. Necesitan miles de correntinos saber verdaderamente como surge esta sublime armonía musical que sintetiza en sus canciones, lo que reza en nuestra bandera de Corrientes Patria Libertad Constitución.