La doctora Clara Belén Arrua, a cargo de la Unidad Fiscal de Monte Caseros confirmó que en el marco de la cusa por vejámenes a un cabo de la Policía de Corrientes, “ya hemos tomado todas las declaraciones” y “seguimos trabajando en la recolección de pruebas a fin de poder llevar el caso a un juicio”.
Dijo además que “nosotros en esta Fiscalía comenzamos a trabajar a partir de una denuncia”, que fuera formulada el 28 de marzo.
Añadió que en la jornada de este viernes “se realizó una medida de formulación de imputación, seguidamente se pidió una medida de coersión, la más gravosa, que fue avalada por el juez de Garantías el doctor -Eduardo- Alegre” y en relación con la causa “los dos imputados se encuentran en calidad de detenidos provisoriamente.
Entretanto seguimos con las investigaciones pertinentes del caso”, detalló en declaraciones a una rueda de prensa local.
Remarcó que “hubo una denuncia por vejámenes y en relación con el hecho se están tomando todas las medidas necesarias y tomando declaraciones a muchas personas. Los hechos ocurrieron en un destacamento del GTO -jurisdicción de la localidad de Juan Pujol- y ya fueron entrevistadas todas las personas, ya tenemos todos los datos y evidencias elevadas a la causa”, planteó.
Añadió además que “se continúa con el proceso de recolección de pruebas para que poder llevar a juicio el caso.
Quiero llevar la tranquilidad que estamos manejando el caso de manera concreta y trabajando muy bien con personas serias y trabajadoras dentro del ministerio público”.
Acerca de los imputados explicó que “se encuentran en situación de pasividad, por una medida tomada desde el Ministerio de Seguridad”, en tanto “la víctima está siendo asistida en todo el contexto”.
Con respecto a las posibles motivaciones para los vejámenes sostuvo que “no hay motivos, sino más bien fue el accionar, los actos cometidos en concreto por dos personas y no hubo ninguna motivación para el ataque”.
Acerca del avance del proceso, señaló que “ambos se abstuvieron en declarar”.
Iniciación
Por otra parte, el abogado querellante de la víctima Gustavo Briend, relató que los hechos se dieron en un contexto de una etapa de supuesta iniciación.
“Los policías dicen que se trató de una simple broma o un bautismo de fuego, pero la denuncia tiene detalles escabrosos que afectan inclusive la vida privada de la víctima”, explicó ante Fm Sudamericana.
Sobre los vejámenes detalló que “el cabo fue esposado y golpeado, le hicieron una toma de artes marciales, desde eso hasta llegar a hechos con connotaciones sexuales.
Era muy común una secuencia de tocarlo y apretarle los testículos, entendemos que no hay que minimizar porque recibió un tratamiento inhumano. Le decían que pida la baja, que él no puede ser policía”, enfatizó. En otro orden de cosas con respecto a las evidencias señaló que cuentan con un soporte fílmico para acreditar lo denunciado y los golpes están constatados por el médico.
(WA)
