En principio fue el pionero de la radiofonía, y luego el encargado de poner en el aire esa “maquinita video parlante”, con que las noticias y las telenovelas, lo identifican con la “tele argentina”.
Don Jaime Yankelevich, al comando de la Cadena Azul y blanca de emisoras Argentinas, en que LR3 Radio Belgrano era cabecera nacional, como así de Canal 7 de Buenos Aires en su flamante apertura.
Ese 17 de octubre de 1951, un locutor de contextura más bien endeble, locuaz, simpático, chiquito, de muy baja estatura, pero de voz clara, transparente vendedora, estridente, pero de dicción justa, que al ser de tono medio, el mensaje cobraba vuelo.
La misma que cuando lo escuchó Yankelevich lo invitó a formar parte de Radio Belgrano, y como sucedió con la televisión apareciendo frente a cámara por primera vez, e inaugurando la televisión en blanco y negro.
Esa fuerte voz, esa pequeña figura, conformó la imagen más recurrida por los hogares, cuando Guillermo Brizuela Méndez decía “en vivo”, presentaciones de programas, comerciales, o integrando los elencos más populares como un artista más, que lo fue también.
El proviene de esa primera tanda de nombres que las familias argentinas los adoptó, cuando a la par incursionaban: Fito Salinas, Augusto Bonardo; Guillermo Cervantes Luro; Isabelita Marconi; Antonio Carrizo; Orlando Marconi; Héctor Coire como presentador y actor; Carlos DÁgostino, periodista, locutor, conductor televisivo en “Odol Pregunta”, voz de “Sucesos Argentinos”; Emilio Ariño locutor, periodista, animador, actor, y Director de Televisión; Paloma Efrom “Blakie”, cantante de jazz, pianista, periodista, productora; Pinky; Cacho Fontana, etc.
Guillermo Brizuela Méndez, nació en General Pirán, provincia de Buenos Aires; comienza su historia como hombre de radio y televisión en Radio LU9 de Mar del Plata, en el año 1946.
Descolló en las radios más importantes de Buenos Aires, destacándose casi mayoritariamente en televisión, donde la creatividad en crecimiento permanente lo hizo un integrante más de los brillantes ciclos puestos en pantalla.
Hizo teatro, cine y televisión, de este último medio Guillermo Brizuela Méndez, podemos decir que formó parte de un interminable desfile de grandes programas, que llegaban frescos, saludables al ávido auditorio de los hogares argentinos.
Guillermo Brizuela Méndez nació con la Televisión Argentina, a puro espectáculo y voz para eternamente recordar.
“Tropicana Club”, con Beba Bidart, Ángel Eleta y Osvaldo Miranda. “La Familia Gesa”, con Dringue Farías, Tato Bores, Virginia Luque, Gloria Leyland y Nelly Prince. “Ahí, viene el circo”, con Nelly Prince. “La Feria de la Alegría”, con Colomba y Margarita Padín. “Porcelandia”, con Jorge Porcel. “Matrimonios y algo más”, “El Mundo de Calculín”. “Trece Match”, “El Gran Canje”, “El Gran Baile”, con Johny Allon. “Supermingo”, con Juan Carlos Altavista y Marcos Zucker. “La Familia Benvenuto”, con Guillermo Francella y Gogó Andreu. “Los Campanelli”, etc.
Siempre tuvo aspiraciones para frecuentar amén de locutor, presentador, también poder participar como actor en películas de un pujante, entonces, cine nacional, que sus ansias también le permitieron cubrir.
Es así que su filmografía, es vasta lo cual habla de sus expresas intenciones de recorrer también, esa buena parte del espectáculo. Guillermo Brizuela Méndez también estuvo en el séptimo arte con su aporte artístico; lo podemos recordar en:
“Los hijos de López”, “La Guerra de los Sostenes”, “Yo tengo fe”, “Escándalo en la familia”, “Las procesión”, “Luces de candilejas”, “Pobre pero honrado”, “Vida nocturna”, “Detective”, “Sábados a la noche”, “Venga a bailar el rock”.
Para LR1 Radio El mundo de Buenos Aires, produjo el ciclo radial “El Mundo del Chamamé”, para el cual fue nominado para el “Martín Fierro.
Uno puede concluir la tarea polifacética que los profesionales de entonces desarrollaban; todos querían ser Gardel en ese nuevo y revolucionario medio, excelentes locutores, animadores y periodistas que se daban maña para desenvolverse en condiciones óptimas con un fluir creativo de programas, que asombraban por su brillo y excelentes puestas.
Era un medio que movilizaba el aporte imprescindible de la publicidad, volcadas mayoritariamente a solventar ese sueño de llevar “el cine a casa.” Los productos de marcas de primerísima mano, se desesperaban por el auspicio de brillantes ciclos que eran una catapulta para el éxito y la demanda de venta asegurada.
La Televisión fue una revolución que al principio lo tuvo únicamente Buenos Aires, para lo cual numerosas revistas del espectáculo llevaban sus crónicas sobre ella a todo el país.
La popularidad de locutores, presentadores, animadores y hasta productores se hizo tan notoria como de los mismos actores, animando charlas que siempre estaban teñidas de la televisión cuyos rumores siempre pegaban fuerte en el quehacer de la gente.
Fanáticos televidentes que aprendieron adorar a sus ídolos, a personas tan influyentes como la del “negro” Brizuela Méndez que hizo “mella” de afecto al gran auditorio argentino.
Guillermo Brizuela Méndez nació con la Televisión Argentina, a puro espectáculo y voz para eternamente recordar.