La tensión geopolítica en el Caribe sumó un nuevo capítulo este lunes, luego de que Trinidad y Tobago confirmara que permitirá a Estados Unidos operar con aeronaves militares en sus aeropuertos durante las próximas semanas. La decisión se da en medio del fuerte deterioro de las relaciones entre Washington y Caracas, y reavivó el conflicto diplomático en una región estratégica por su cercanía con Venezuela.
A través de un comunicado oficial, la cancillería del país insular informó que, en el marco de acuerdos de cooperación bilateral, se concedieron permisos para que aviones militares estadounidenses utilicen sus terminales aéreas. Según el texto, se trata de movimientos vinculados al abastecimiento y a la rotación habitual de personal, sin objetivos ofensivos.
Trinidad y Tobago se encuentra a apenas 11 kilómetros de la costa venezolana en su punto más cercano, un dato que potencia el impacto político de la medida. Desde hace meses, Estados Unidos reforzó su presencia militar en el Caribe bajo el argumento de combatir el narcotráfico, una explicación que el Gobierno de Nicolás Maduro rechaza de plano.
Caracas sostiene que ese despliegue forma parte de una estrategia más amplia orientada a desestabilizar a su administración y avanzar sobre sus recursos energéticos. La crisis escaló aún más la semana pasada, cuando autoridades estadounidenses confiscaron un buque que trasladaba crudo venezolano, una acción inédita hasta el momento.
En ese contexto, el Gobierno venezolano apuntó directamente contra Trinidad y Tobago, al que acusó de haber colaborado en la incautación del cargamento. Según un mensaje difundido por la vicepresidenta Delcy Rodríguez, el episodio constituye una violación del derecho internacional y de los principios que garantizan la libre navegación y el comercio.
Desde Puerto España, en tanto, la primera ministra Kamla Persad-Bissessar —considerada cercana a la Casa Blanca y en funciones desde mayo— negó cualquier participación en acciones hostiles contra Venezuela. También remarcó que Estados Unidos nunca solicitó utilizar el territorio trinitense como plataforma para un eventual ataque.
En los últimos meses, la cooperación militar entre Trinidad y Tobago y Washington se hizo más visible. A fines de octubre arribó al país el buque de guerra USS Gravely, mientras que entre el 16 y el 21 de noviembre se desarrollaron maniobras conjuntas con marines estadounidenses, algunos de los cuales aún permanecen en el archipiélago. Además, Estados Unidos instaló un sistema de radar en el nuevo aeropuerto de Tobago, que por ahora no se encuentra en funcionamiento.
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