¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

PUBLICIDAD

Oteando el horizonte

Toda comparación supera la realidad. Por estos días, donde se revive el “patrioterismo”, es ver repetir errores del pasado. Todos contra todos.

Sabado, 16 de agosto de 2025 a las 22:53

Como en un vuelo de drones, mirando de arriba se tiene un panorama casi completo de lo que pasa acá abajo.
Es como un boceto previo a la obra de indagación, que permitirá leer el paisaje tal cual, casi a ras del suelo con los datos preliminares preparados y predispuestos a conocer más de cerca.
El tango, esa música porteña que demarca el cono sur, como toda música de pueblo, se permite registrar en sus apuntes la naturaleza de las cosas que se suceden.
En sus protestas poéticas puntualiza las fallas del hombre conviviendo, permitiendo saber, conocer, por ende extender casi como una denuncia su realidad, volcándolas en muchos ritmos con tal que genere el conocimiento, se propale, y en particular el tango por su esencia de pueblo está acostumbrado a las “mentiritas”, como lo expresaba Yupanqui, argumentos diversos criticando las consecuencias a que nos lleva la historia política.
Un ejemplo palpable, los aconteceres que marcan todos los preparativos para la contienda electoral de estos días; “poder aunque la vida me cueste”, por él nada es suficiente.
Dicen los estudiosos que ya en 1890 hubieron unos que otros tangos con denuncias sociales. Pero el que irrumpe y se torna repertorio de baile y dicho popular, el compuesto por María Aguilar Porrás con letra de Enrique Cadícamo en 1932, “Al Mundo le Falta un Tornillo”coincidente con la mishiadura del año 30 que revolucionó al mundo, que en un ejemplo escueto pero claro remarca:
“Al mundo le falta un tornillo. / Hoy se vive de prepo y se duerme apurao / y la chiva hasta a Cristo le han  afeitao…/ Hoy se lleva a empeñar al amigo más fiel, / nadie invita a morfar… / todo el mundo en el riel. / Al mundo le falta un tornillo”/  ¡ Qué venga un mecánico ¡ Pa´ver si lo puede arreglar. “
Como vemos las vacaciones de los principios acentuaba la falta total de valores, la economía por el suelo y los precios los más alto posible a ver si un “conchavo es capáz de sostenerlo”. El primero que lo cantó fue Carlos Gardel grabando para el sello discográfico Odeón. Rápidamente se convirtió en boom por el acierto de su crítica, todas reales nada inventando, tomadas en directo de la realidad.
En 1935 copa la parada otro símbolo argentino eternizado por el “Cambalache” de Enríque Santos Discépolo, cantado en su estreno por la “Negra” Sofía Bozán.
Medio igual que ahora en la incertidumbre de muchos, especialmente los de abajo, los que siempre las pagan en beneficios del todo, con una marca que es revolución de la gestión gobernante en que la micro no puede vender porque la gente encontró el remedio: no comprar comiendo menos.
Porque no olvidemos que detrás de todo está la gente de a pie. Y los ajustes hacen daño en la forma despiadada en que se cumplen. Es por ello que hoy los titulares periodísticos se han convertido en entretenimiento diario porque lo dicen expresando con sabiduría, al igual que el tango la verdad sin tapujos.
Uno, firmado por Luciana Vázquez para “La Nación”: “Milei les habla con el corazón de la macro y le contestan con el bolsillo.” La dolorosa dicotomía entre macro y micro, mientras una celebra el triunfo frente a la inflación, la micro no se da por enterada.
El desborde ha ocupado el centro de la escena nacional, superando todo lo imaginado, con una nueva manera de expresión estrenada por el Presidente, en que las malas palabras forman parte del trato educado; hoy se diserta a las puteadas, y el que no las cumple es una traidora o un traidor donde no existen amigos ni parientes.
La desconfianza es tal que unos a otros, los candidatos de última hora para sacrificarse en aras, reparten sus tarjetas, total candidato que se pierde sirve para suplantar tomando de la cola voluntarios que por la Patria, son capaces de cualquier cosa.
Es notable cómo se ha perdido la meta. Es como decíamos en principio, en tomas de drones se tiene un mejor panorama, pero mucho más en vuelo bajo casi rasante.
Estos días previos condenados a los que Dios quiera, superan por amplio margen lo previsto, nunca imaginado pero intuido por discursos cada vez más alienantes, díscolos, siempre insultando al oponente sin admitir crítica alguna.
Es notable cómo al cabo de la historia el panorama ligeramente potable ejercido en diversas circunstancias, ha sido desbordado por la batalla cultural como si la ira, la incultura alimenten algo positivo.
Basta observar los mensajes, los reportajes, las opiniones, con actitudes de mucho populismo aunque criticado y negado. En luchas superadas de aquí para allá como una veneración al pasado que no puso ser.

Otear el horizonte tiene esa ventaja, ver y sufrir la realidad en carne propia y en primer plano, cuyas consecuencias hacen daño.


Basta con tomar alguna frase de los contendientes apropiados por los medios, para tomarlo con pinza advirtiendo consecuencias no calculadas. Corresponde a la cosecha de la expresidente, Cristina Kirchner que no ahorra adjetivos.
Sino al pan pan, directo a los bifes: “Tenés que estar loco o ser un gran mentiroso para decirle a los argentinos que los salarios le ganaron a la inflación.” Rematando contundentemente: “Te van a sacar con chaleco de fuerza.”
Y, en su último mensaje, revivió la figura del Primer Ministro Inglés durante la Segunda Guerra Mundial, Wiston Churchill desde la Cámara de los Comunes en los albores de la contienda contra Alemania, alentó a sus connacionales.
“No tengo nada que ofrecer sino, sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor.” Cuya reducción de texto a solamente 4 palabras popularizó el lema que les forjó el triunfo:
“Sangre, sudor y lágrimas”, repetidas por el Presidente. Esperemos que no más, con el ajuste inhumano tenemos bastante, cuando quien más lo sufre es la gente que le pone el hombro, los que asumen sostener la base de la pirámide de una sociedad cansada de todo y de todos.
Otear el horizonte tiene esa ventaja, ver y sufrir la realidad en carne propia y en primer plano, cuyas consecuencias hacen daño.

Últimas noticias

PUBLICIDAD