El Juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia de Mercedes, en Corrientes, dictó una sentencia de adopción de integración con una modalidad poco habitual: en lugar de limitarse a la notificación formal a los abogados, decidió comunicar la resolución directamente a la niña involucrada, mediante una carta personal y un Diploma de Familia.
La iniciativa fue impulsada por el juez Marcos Mosca Tressens, junto a secretarias y personal del juzgado, con el objetivo de que la niña pudiera comprender, de manera clara y afectiva, una decisión que impacta de forma directa en su identidad.
El derecho a entender una decisión que cambia la vida
Desde el juzgado explicaron que la propuesta surgió a partir de una reflexión central: cómo reciben los niños las decisiones judiciales que modifican su historia personal. Bajo esa premisa, el equipo resolvió transformar el lenguaje técnico del expediente en palabras accesibles y cercanas, acordes a la edad de la niña.
La resolución judicial hizo lugar a una adopción de integración, figura legal que no borra la historia previa, sino que amplía el marco de protección y pertenencia.
Una historia de familia
“Sofía”, de 9 años, creció junto a su madre, “Laura”, y la pareja de esta, “Pedro”, quien asumió el rol paterno desde el cuidado cotidiano. Con la llegada de un hermano menor, la niña expresó ante el juzgado su deseo de llevar el mismo apellido que su familia, inquietud que fue escuchada durante el proceso.
La adopción reconoce ese vínculo afectivo y convive con el recuerdo de su padre biológico fallecido, sin reemplazarlo.
La notificación: una carta dirigida a la infancia
El momento más significativo fue la notificación de la sentencia. En lugar de un documento formal, “Sofía” recibió una carta escrita especialmente para ella, donde se le explicó el contenido del fallo en un lenguaje claro y respetuoso.
En uno de los pasajes, el juez le comunicó que su deseo había sido escuchado y que, desde ese momento, el apellido de su papá y su hermano también sería el suyo.
Un diploma como recuerdo simbólico
Junto con la carta, el juzgado entregó un Diploma de Familia, un reconocimiento simbólico que destaca los valores que unen a ese hogar: amor, compromiso, respeto y cuidado.
El diploma fue pensado como un recuerdo permanente de ese momento.
Acceso a la justicia con perspectiva de niñez
Desde el Poder Judicial señalaron que la experiencia busca acercar la justicia a los niños y niñas, garantizando no solo su derecho a ser escuchados, sino también a comprender lo que se decide sobre su identidad.
Con este fallo, la Justicia de Mercedes reafirmó que el interés superior del niño no se limita a una fórmula legal, sino que se construye en prácticas concretas, con empatía y lenguaje claro.