Una noche de profunda devoción en el Santuario de la Virgen de Itatí se transformó en un espectáculo de luz y fe inquebrantable. La procesión en honor a la patrona de Corrientes se llevó a cabo con fervor. Sin embargo, las adversas condiciones climáticas sí obligaron este miércoles a suspender el tradicional acompañamiento de antorchas en el exterior de la Basílica y se trasladó dentro del templo.
La protagonista inesperada de la noche fue la propia Basílica, que se iluminó de manera espectacular desde su interior que emocionó a todos los presentes. Los fieles, congregados en el templo, fueron testigos de las antorchas dentro del santuario cobraba una intensidad inusitada, como si la propia fe de los peregrinos encendiera cada rincón.
Un gesto de fe que iluminó la noche
Este "milagro de luz" fue en parte, el resultado de una generosa donación que, aunque pensada para iluminar el camino de la procesión, terminó bañando de resplandor el interior del Santuario. La familia Flores, del barrio Güemes de Corrientes Capital y perteneciente a la comunidad Inmaculado Corazón de María, había realizado una invaluable contribución de 1000 farolitos y pañuelitos destinados originalmente a la procesión de antorchas.
La procesión bajo el resplandor interior
A pesar de la suspensión de las antorchas en el exterior de la Basílica, la procesión de la Virgen se llevó a cabo con gran emotividad. Los cantos y las oraciones resonaron bajo el brillo de las miles de luces, creando un ambiente de recogimiento y gratitud. La donación de la familia Flores, un ejemplo palpable de devoción y generosidad, no solo demostró su compromiso inquebrantable con María de Itatí, sino que también fue el catalizador de un momento inolvidable.
La noche en Itatí, marcada por el infortunio del temporal que impidió el uso de las antorchas, se transformó en una experiencia única, demostrando que la fe tiene la capacidad de adaptarse y manifestarse de las maneras más inesperadas.
Con información de Noticias Itateñas
