En 16 meses del inicio del programa de reconversión productiva, la Municipalidad de Corrientes cerrará su segundo año con más de 170 familias que apostaron a un nuevo proyecto laboral, propio y con un ingreso más estable. A la vez, se rescató a centenares de equinos que hoy pastan libres y sanos en campos de protección.
Lo que comenzó como un registro en planillas hoy es una política pública que pone el foco en las personas. Son familias que dejaron atrás la actividad de carreros y son protagonistas de un proyecto más digno, más seguro y con mejores perspectivas económicas.
Historias de emprendimientos familiares
Leandro, tiene más de 30 años, es del barrio San Roque Oeste y vive con su esposa y cuatro hijos. Aún recuerda las extensas jornadas en las que, junto a sus caballos, recorría la ciudad recolectando cartón. Hoy, en el mismo espacio donde antes guardaba el carro, funciona su pequeña pollería familiar.
“Es otro ritmo, otra vida”, señala ya en su nueva actividad. Cambió el trabajo y el tiempo con sus hijos, la rutina diaria y la esperanza de crecer con un emprendimiento propio.
Otro caso similar es el de Máximo, quien después de sufrir un ACV ya no pudo continuar con los fletes que hacía desde su barrio Villa Raquel. Con el acompañamiento municipal, dejó atrás el esfuerzo físico que recaía sobre él y sus caballos, y hoy está dando los primeros pasos en su hamburguesería familiar. Su esposa y su hija lo acompañan en un proyecto que, hasta hace poco, parecía imposible.
Como ellos, Gustavo -que pasó del mallón al carro y ahora al comercio- también eligió transformar su vida. Tras décadas dedicadas a la pesca y luego al reciclado con carros, decidió entregar (y salvar) a sus dos equinos para abrir un local de venta de bebidas. “Es empezar de nuevo, pero con una verdadera oportunidad”, reconoce mientras acomoda unas botellas en el fondo de su comercio.
Recuperación y bienestar
Estas historias representan solo una parte del impacto del programa municipal de Reconversión Productiva para el sector, que en 16 meses alcanzó cifras increíbles. Pero, detrás de cada caso, hay un mismo punto de partida: el deseo de un futuro con mejores condiciones laborales, un ingreso más estable y, al mismo tiempo, un compromiso con el bienestar animal.
El programa para ex carreros logró que las familias adheridas puedan iniciar diversos emprendimientos gastronómicos, mientras que otros van a reforzar sus oficios de jardinería, pintura, albañilería y gomería, entre otros.
Así, un total de 172 familias aceptaron entregar sus carros y caballos y reconvertirse en una actividad completamente distinta a la que realizaban.
De esta manera, se impactó directamente a más de 380 personas que componen el grupo familiar del carrero o la carrera.
Eran familias que se dedicaban a las tareas de reciclaje juntando cartón, plástico, aluminio, etcétera; como también a la limpieza de terrenos o finales de obra, realización de fletes de arena y ladrillo, retiro de escombros, ramas, restos de obras, mudanzas, entre otras actividades.
Recuperación de equinos
Por otro lado, según los datos aportados por el área municipal encargada, se determinó que en que va la ejecución del programa, un total de 346 equinos fueron entregados voluntariamente por excarreros y 384 caballos, que se encontraban en condiciones de maltrato animal o por el vencimiento de plazo de retiro, fueron recuperados. Por ello, un total de 730 equinos fueron recuperados.
Cabe destacar que en todos los casos los caballos recibieron atención veterinaria, curación de heridas o enfermedades como también fueron desparasitados y vacunados y en algunos casos se procedió a la castración de machos y a una alimentación adecuada.
Los mismos fueron enviados a campos en condiciones de bienestar en las localidades de San Luis del Palmar, Loreto, San Cosme, Empedrado, Santa Rosa, San Roque y Pasó Quintana - San Isidro.