Ese es el acuerdo general rubricado, lacrado y asegurado por los números que esta noche, a las 20, la nueva mayoría estratégica del deliberativo impondrá en el recinto, cumpliendo así la disposición más férrea que el nuevismo encargó a sus ediles y aliados: el relevo inexorable de Aurelio “Tibucho” Díaz de la presidencia del deliberativo.
La oposición, aun sin definición en cuanto al papel que jugará, se reunirá esta mañana para definir su estrategia. Por el momento no descartan nada y eso abarca un abanico de posibilidades tan grande que va desde el voto al candidato oficial hasta la no asistencia a la sesión.
Otras de las incógnitas, que reside en el propio Aurelio Díaz quedó, al cierre de esta edición, aún sin resolverse. No se sabe cuál será su proceder y ello alienta un sinnúmero de dudas que, hay que decirlo, sólo irán decreciendo con el correr de las horas. O esta mañana, después de las 9, horario que habría dispuesto el legislador para atender a la prensa y evacuar todo tipo de incertidumbres.
En el Panu aún esperan que el actual presidente abandone su posición de intransigencia y acate la orden escrita emanada desde el Comité Capital. No hacerlo, que traducido significa no votar por Moliné, lo dejaría al ex director del Mercado Central en condición de ser sancionado por el partido.
Todo puede pasar, o nada. Por eso tal vez los quince concejales optaron por esperar hasta las 20, horario en que las puertas del recinto de sesiones del HCD deberían abrirse para dar inicio a la sesión y empezar a definir este asunto de las autoridades que deviene importante por los acontecimientos futuros y no justamente por el nuevo orden interno.