Cabe destacar que este documento, elaborado por el Instituto de Investigación Social de la CTA, tuvo como objeto de estudio la infantilización de la pobreza. Asimismo, en uno de los párrafos del informe los trabajadores indicaron que “los datos son aberrantes ya que configuran la situación de un país donde casi la mitad de la población es pobre y donde la mitad de éstos son pibes”, enfatizaron.
Otro dato vergonzoso y lamentable en este escrito formulado por esta entidad gremial, indica que la franja de correntinos menores de 18 que se encuentran en estado de indigencia es del 41,1 por ciento. Nuevamente ocupando los primeros puestos, el segundo más precisamente, precedido por Santiago del Estero con 42,8 por ciento y antecediendo a Chaco con 38,3. Con estos guarismos, Corrientes tienen 196.199 menores indigentes, es decir, personas que diariamente no reciben la alimentación básica necesaria para vivir.
Cabe señalar que estos datos se refieren al segundo semestre del 2004, el último disponible cuando la central de trabajadores se dispuso a realizar el trabajo. en este sentido, los autores explicaron que “es sabido que el Indec sigue trabajando la medición de la EPH (Encuesta Permanente de Hogares) en base a la información proporcionada por la encuesta de gastos de los hogares correspondiente a 1988. Situación esta que pasa por alto el hecho de que existen interesantes avances metodológicos realizados por el mismo organismo y basados en una encuesta más reciente correspondiente a los años 1996 y 1997. Más allá de las razones (ciertamente políticas) que explican el porqué de este deliberado retraso metodológico, la información elaborada por el organismo permite actualizar los datos”, señala el texto.
Por otra parte, desde este gremio mencionan que una falencia del Indec es que para considerar si un grupo familiar está por debajo o por encima de la línea de pobreza no se tienen en cuenta los gastos que debe afrontar para pagar la vivienda en que vive, si se trata de una casa alquilada, por ejemplo.
Ante estos guarismos lamentables que demuestran el elevado índice de pobreza en menores de 18 años, la CTA indicó que esta realidad “es el rasgo central de una Argentina impresentable desde un punto de vista ético y moral. Es también la clave para interpretar la realidad destruyendo las falacias del neoliberalismo o del actual discurso neodesarrollista que, bajo otra modalidad, pretende restitutir la vieja y falsa teoría del derrame”, criticó con dureza el gremio.