El 14 de abril de 1966, en la sede de la Sociedad Italiana, por calle Carlos Pellegrini de esta ciudad, tuvo lugar una reunión, ampliamente apoyada por el ámbito cultural correntino, para recibir a la recientemente constituída comisión directiva de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores), filial Corrientes. Electo presidente, el escritor David Martínez, oriundo de Caá Catí y con residencia en Buenos Aires para esa fecha, presentó a sus pares escritores que lo acompañarían en una fecunda tarea que mañana festejará un nuevo aniversario.
El escritor correntino Martín Alvarenga tenía entonces 25 años y estaba próximo a presentar su primer libro titulado “Catarsis”, con el cual había sido acreedor de un premio en Santa Fe que incluía la edición. Sumada su juventud a sus aptitudes (y actitudes), ingresó en la lista “Independiente” como 4º vocal.
Por entonces, su actual presidente, el escritor Julio Darío Schvetz tenía muy pocos años de edad, aunque no estaba lejos su vocación de escritor y menos aún, sus ganas de adherirse al grupo de intelectuales que la Sade nucleaba. Ya en 1978 fue uno de los propulsores en ese pequeño desmembramiento que bajo el apelativo de “Sade juvenil”, marcó su propio camino, de la mano del misionero Alberto “Tito” Alarcón, que fuera primer presidente.
Martín Alvarenga y Julio Schvetz se reunieron con El Litoral para rememorar uno y aportar ambos, recuerdos y proyectos en este devenir de la vida que, en ocasiones para el escritor, supera el tiempo terreno, puesto que su obra lo sobrevive. En el “Café del Sol” la tarde se opaca en voces que remontan a los nombres de aquella primera comisión que en 1966 presidía David Martínez con Franklin Rúveda en la vice presidencia (ambos fallecidos), Marily Morales Segovia y Florencio Godoy Cruz como secretarios (con residencia en Valencia, España y Corrientes, capital, respectivamente), tesorero Antonio Edgardo Piñeyro (también fallecido, padre del escritor e historiador Enrique Piñeyro) y en la vocalía Federico Palma, Bernardo Ranaletti (que vive en Goya), Efraín Maidana, Martín Alvarenga, Ariel Asuad y Juan Córdoba.
“Si damos un salto en la imaginación, de 1966 a este nuevo milenio y de él al año 2006, hay un hecho bastante pronunciado en cuanto al desarrollo de la creación artística en todos los planos, no solamente en la literatura. Ante lo incontestable e incontrovertible que en aquella época nos preguntábamos, si había una nueva literatura correntina, está superado porque no sólo existe sino que está en movimiento. Que los grupos artísticos tengan una mayor participación, hace que puedan articular nuevos proyectos. Hay una energía social que se fue dando, sumado a las instituciones y a la propia creación, significó el gran salto cualitativo para cada una de las generaciones”, opina Alvarenga.
ROMPER EL AISLAMIENTO
Con Leopoldo Lugones como fundador a nivel nacional de la Sade, en el año 1928 hasta 1932, y Eduardo Mallea en la conducción del año 1940 (extendido hasta 1942), la institución en Corrientes transita un camino de gloria para las letras.
“La intención era reunirse para romper el aislamiento a nivel nacional y el afán de comenzar a sumar para crear alternativas válidas. David Martínez llega a Corrientes en 1964 y si algo debo destacar entre tantas virtudes del escritor, fue su apertura con relación a la gente joven. No habían muchas posibles vías de edición, pero salvó los inconvenientes con suplementos de corta duración y las famosas revistas orales”, expresa Alvarenga.
Las revistas orales, clásico medio difusor de la Sade, se desarrollaban en puntos convergentes de ese atípico submundo siempre falto de exploración total, que es el del escritor. En los salones del Jockey Club de Corrientes, en la Cultural Inglesa de la calle Jujuy, en el salón de actos del diario “El Litoral” y en el Centro de Empleados de Comercio, las tertulias con aquellos íconos de las letras correntinas, se sucedían pasando revista a imaginarias páginas siempre impresas con el pensamiento que acataba la voz interior de Gordiolla Niella, Rúveda, Marta Elgúl de París, Martínez, González Vedoya, sumando a autorizadas figuras del prosario nacional, como José Narosky que a poco de publicar su libro de aforismos “Si todos los hombresà”, presentó el compendio, en el año 1978, con la calidez de sus mínimas expresiones en máxima calidad interpretativa.
Es este el segundo año presidencial de Julio Darío Schvetz, a quien acompaña Berta Bergna de Plano en la vice presidencia, con una labor que ambos, junto a la actual comisión, desarrollan con el apoyo fundamental de Sade Corrientes a los emprendimientos literarios de los escritores de la región. Aunque la SADE local no tiene casa propia, el Club San Martín ha cedido gentilmente dos habitaciones del primer piso del edificio de Salta y Moreno en esta ciudad. Allí funciona un Taller Literario dirigido por el profesor Avelino Nuñez (Sainar).
“Actualmente el grupo societario que aporta La cuota mensual es mínimo, no más de 45 personas, lo que hace casi nula la recaudación financiera de la prestigiosa institución. Sin embargo, no nos amilanamos ante los inconvenientes y tratamos de generar recursos de subsistencia, sin olvidar nuestra labor contributiva ante cada acto literario”, reflexiona Julio Schvetz, entusiasta defensor y difusor de la revista “Escritores sin fronteras” que la Sade local lanzó a fines del año 2004 y hoy está próxima a presenciar la aparición del cuarto número.
“Es una edición de 500 ejemplares que se ofrecen a 5 pesos cada uno. Contamos con corresponsales nacionales e internacionales, selección del material y breve reseña bibliográfica de los autores que en ella participan”.
Si escasos son los recursos de Sade, no así las actividades. Aquella “voluntad colectiva del mundo intelectual” que mencionara Martín Alvarenga ante el nacimiento de la filial Corrientes, se traduce en respaldo a las presentaciones de libros, presencia en actos relacionados con la labor literaria de la provincia y nuevos anuncios con vistas de concreción inmediata.
* La autora fue integrante de la primera comisión de la Sade juvenil, año 1978. Además en dos períodos consecutivos (1990-1993) formó parte de la comisión directiva de la Sade, filial Corrientes.