Todos los martes, desde las 18, el padre Marcos Gerardo Godoy reza por la sanación de los enfermos y amplifica su voz con el micrófono para llamar a la reflexión sobre los males de la vida cotidiana.
El hombre, con más de 15 años de sacerdote, convirtió una de las cuadras del Molina Punta en un “lugar santo” donde decenas de enfermos se agolpan para escuchar la misa de sanación, tal cual la denominan sus fieles. El particular modo de expresarse tanto sobre temas sociales como políticos deriva también varias críticas. Una mujer que sigue sus celebraciones desde hace seis años, indicó que “hoy muchas personas que no van a las misas porque no aceptan su vocabulario, pero es parte de su carácter”.
La manera poco ortodoxa de desenvolverse despierta adhesiones pero también críticas e inquietudes urticantes en determinados sectores católicos. Sus prácticas se asimilan a las efusivas celebraciones de la Renovación Carismática, un movimiento que en los últimos años es el que más crece en la Iglesia católica.
Hasta hace unos siete años, el padre Marcos también oficiaba sus misas en la Parroquia “Cristo Obrero”, pero hoy su historia es conocida por la comunidad religiosa de otros barrios de la Capital. En el Molina Punta “podés encontrar testimonios por todo el barrio”, comentó uno de los 20 ministros de la Parroquia, Ricardo Urquidis. Allí el padre Marcos es conocido como el “cura sanador”, puesto que “logró la curación de muchos enfermos que dan testimonio mostrando sus historias clínicas”, destacó otra de las ministras, Mirta Gómez.
Al lugar acuden personas con parálisis, cáncer, ceguera, psoriasis, problemas hepáticos, de movilidad, por cuestiones psíquicas y espirituales, como la ansiedad y la depresión, según comentaron sus fieles. Si bien el martes por la tarde una multitud se sumó a la oración, “antes éramos más pero hay mucha gente que se curó y no vino más; aunque, según el Evangelio, si te curaste tenés que gritar sobre los tejados porque para Dios no hay que tener vergüenza”, acentuó la colaboradora Hilda Aguirre.
La extensión de las celebraciones de “curaciones” dependen de la cantidad de gente que asista y en determinadas ocasiones la misa duró hasta las 23. Desde el púlpito, el sacerdote recorre cada uno de los mandamientos e incita a que todos los presentes realicen un mea culpa interno. Según describió una de las testigos de su fe, “sus palabras te tocan el corazón, te llegan a lo más profundo”.
Por su parte, otra mujer, que reconoce haber encontrado la salvación a problemas de depresión, contó que “cuando vas a las misas de curación tenés que hacer un examen de conciencia y esas sanaciones internas te curan por dentro”.
Otro de las manifestaciones del “poder curativo” del padre Marcos tiene que ver con la imposición de manos, pero estas ceremonias especiales se realizaban los días jueves y viernes.
Al ser consultados por El Litoral, los vecinos coincidieron en que “es un buen hombre pero entendemos que el sacerdote es un medio: lo que te salva es Dios, es tu fe en él”, sostienen.
El martes, el padre consideró que “estamos enfermos por nuestros pecados” y remarcó además que “el sacerdote debe ser una persona que denuncia”. Las palabras del párroco también resonaron al plantear su posición en contra del aborto puesto que “desde la concepción, lo que hay en el vientre es una persona”.
En esa oportunidad también habló de la libertad de expresión, pero ocurrió un caso que de alguna forma empañó el trabajo de investigación periodística de este medio. Uno de los ministros del padre Marcos intentó impedir que el fotógrafo retratara la celebración, minutos previos a su inicio, empero al final sólo fue un incidente que no imposibilitó la continuidad de la labor de los cronistas en el lugar.
TEMPLO NUEVO
El padre Marcos logró que el barrio de Molina Punta se uniera y que gran parte de la comunidad católica se movilizara para lograr levantar el edificio donde funciona la Parroquia, “a través de la venta de comida, donaciones y rifas”, según comentaron sus seguidores. Hoy el objetivo es realizar mejoras en la gruta de la imagen de “Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás”, ubicada frente al templo.
Con los fondos recaudados en las distintas actividades, se construyó la nueva iglesia, pasando de ser Capilla a Parroquia con el arribo del padre Marcos. El lugar es actualmente sede de otras comunidades como la de San Miguel, Santa Filomena Santa Teresita del Niño Jesús (ubicadas en el Barrio Molina Punta), Santa Maravilla de Jesús (por la ruta 12, cerca del control caminero) y Nuestra Señora de los Remedios (en la localidad de Perichón), donde el párroco celebra misas los sábados y domingos.