Se trata de un “kiosco”, el cual “abre sus puertas a fin de mes para que los chicos puedan abastecerse de lo que deseen”, contó Rosita Mendiondo. Pero la forma de adquirir los productos que allí se ofrecen tiene una manera muy particular.
Durante todo el mes, los chicos reciben “créditos” con ciertos valores de acuerdo a su asistencia a clases, las notas en su libreta de calificaciones, por su buena conducta, etcétera. “Con esos bonos ellos pueden después comprar útiles escolares, juguetes, artículos de higiene que allí se ofrecen, los cuales fueron costeados por la entidad mediante el aporte de las empresas Telefónica y Movistar”, dijo la coordinadora del Centro.
Asimismo, comentó que los productos expuestos “son los que los chicos pidieron que les gustaría que se ofrezcan. Así nos piden juguetes, pulseras, portarretratos para regalarles a su mamá, cuadernos, mochilas, entre otros. Incluso en la lista que uno de ellos nos entregó incluyó una moto”, dijo entre risas Rosita.
“La idea de esta iniciativa es que desde pequeños aprendan a valorar el esfuerzo y sepan que las cosas no se reciben de arriba”, acotó; al tiempo que dejó en claro que en caso de que “se peleen entre compañeros, no cuiden sus elementos escolares, o se porten mal, no hagan los deberes, reciben una multa consistente en restarle créditos por ello”. De esta manera, “se pretende generar un ámbito de convivencia, armonía y buenas relaciones entre sus pares”, añadió.