Cynthia Casco
De la redacción
Sin más aportes que la solidaridad de la comunidad, el 14 de septiembre de 1951, docentes tutores y vecinos de la Escuela Nacional Nº 449 crearon el Club Atlético El Porvenir. Su meta, brindar contención social a través del deporte, pero con el paso del tiempo, sus actividades cesaron y en dos oportunidades fue rescatado por los vecinos.
En la actualidad, más de 200 esquinenses practican deportes bajo su bandera azul y amarilla.
"El primer presidente fue Jacinto Quiroz y cuando se firmó el acta fundacional se estableció que se fomentaría el fútbol, el básquet y el baloncesto", contó a El Litoral Carlos Oviedo, quien junto a un grupo de personas trabaja para sostener el club.
La novel institución, identificada en un principio con el negro y el blanco, en forma inmediata se incorporó a la Liga Esquinense de Futbol.
Ante la falta de un espacio propio para entrenar, un vecino de apellido Mantilla y Don Quiróz gestionaron el préstamo de un predio donde funcionaba una ladrillería. Así comenzaron a construir un proyecto que pese a las adversidades aún sigue creciendo.
Es que si bien después de funcionar por varios años, cesaron las actividades deportivas, en 1979 el club fue refundado. Volvieron a empezar, pero ésta vez identificándose con otros colores: azul y amarillo.
"Existen diferentes conjeturas sobre por qué se produjo ese cambio, algunos dicen que es porque Diego Armando Maradona siempre colaboraba con el club. Otros sostienen que fue en agradecimiento a las ayudas recibidas de Rosario Central", comentó Oviedo.
Pero más allá del cambio, en esta nueva etapa el club logra tener su propia sede gracias a que Juana Canteros, Reina Moreno, Juan Carlos Garimberti y Bruno Ojeda, donan una cierta cantidad de dinero. Con esos recursos fue adquirida la centenaria casa donde vivió quien fue gobernador de Corrientes, Raúl Benito Castillo, ubicada en calle Moreno 1140.
Durante ese período de resurgimiento de "El Porvenir", la comisión estaba presidida por Alfredo Ramírez, quien compró una quinta de 2 mil metros cuadrados para que allí en un futuro se construya un polideportivo.
Según lo relatador por Oviedo, en el club continuaron trabajando para contener a los chicos y adolescentes que en la actualidad habitan en el barrio de la zona del hospital, el Santa Catalina, las 128 Viviendas, Providencia, San Cayetano y San Fernando.
Pero tras el deceso de Bruno Ojeda en el 2002, El Porvenir ingresa a una etapa que es definida como de abandono. Hasta que en el 2005, se elige una nueva comisión que liderada por Luis Centurión y un grupo de vecinos comienza a trabajar para evitar que desaparezca el club.
De la anterior comisión sólo quedan Cristian Ojeda (hijo de Bruno); Juana Canteros y Antolín Segovia.
"En esta nueva etapa me incorporé junto a otros personas", indicó Oviedo, y fue cuando "comenzamos a poner nuevamente en condiciones el club y se hace la reapertura de la liga de fútbol".
La tarea de volver a empezar no fue sencilla, en especial, por la falta de recursos económicos disponibles. Sin embargo, con la colaboración de los pobladores, El Porvenir comenzó a crecer otra vez.
En la actualidad, compite en seis categoría de fútbol, tres superiores e igual número en inferiores.
Producto del esfuerzo conjunto y el talento de sus deportistas, en el 2005 y el 2006 el club se convierte en el subcampeón de la Liga Esquinense de Futbol; hasta que finalmente logra alzarse con la copa de campeón en el 2007. Esto le permite clasificarse en el 2008 para el torneo provincial.
"Otro de los momentos más emotivos fue la presentación del primer equipo de básquet del club, el 10 de octubre del año, cumpliéndose así el sueño de sus fundadores", acotó Oviedo. Sin dejar de mencionar que después ganan el torneo "Amistad" de la Asociación Esquinense de Básquet.
En tanto que también se coronan campeones en enero de este año en una competencia organizada para recaudar fondos destinados a la compra de un tomógrafo para el hospital.
Pero el Club El Porvenir en la actualidad no sólo alberga trofeos, más de 200 deportistas y 300 socios; sino también dos centros de alfabetización, una academia de artes marciales y capacitaciones en oficios y artesanías.
Así, con incontables horas de trabajo de un grupo de pobladores y la colaboración de tantos otros el Club Atlético El Porvenir logró resistir el paso del tiempo y convertirse en un espacio de contención social de cuantiosos niños y adolescentes.