Falleció el “terror de los defensores”

Días atrás falleció el santiagueño Benjamín Arce. El popular “Benja” fue un histórico en el básquet argentino. Defendió los colores de la selección nacional y fue considerado uno de los mejores jugadores de su época. Osvaldo Ricardo Orcasitas (ORO), periodista reconocido en el mundo de este deporte, escribió acerca del jugador de Juventud y Atlanta.

“Benjamín Arce se caracterizó por ser un gran goleador. Contó que lo que sabía como jugador de basquetbol, cuando llegó a Buenos Aires, lo había aprendido mirando en Santiago del Estero. Era pura ‘intuición provinciana’.

Observando a José Paco Barrientos -explicó-, un jugador de gran inteligencia y notable movilidad; a Alfredo Tulli, cuyo amague característico fue un verdadero modelo para todos nosotros...”.

“En Santiago -agregó-, por ejemplo, todo el mundo tiraba al aro como lo hacía el Chafa Rafael Lledó, que tenía un lanzamiento desde posición fija. Se inclinaba hacia un costado y tiraba con una mano. Cuando Tulli volvió del Sudamericano de Santiago de Chile, en 1958, trajo el jump-shot y cambió el estilo. Para aprender había que mirarlos a ellos...”.

“Nació en la capital santiagueña el 13 de abril de 1941. Junto con los muchachos del barrio -a dos cuadras del centro y de la plaza principal- a los 13 años empezó a jugar en Juventud, un club que solamente tenía basquetbol. El mismo del Amo Tulli. Allí estuvo desde 1954 a 1959 y retornó cuando volvió a Santiago en 1972.

Fiel a la religión santiagueña, entre 1959 y 1978 jugó por su provincia 17 veces el Campeonato Argentino. Fue campeón en Posadas 1962 y Santiago del Estero 1968.

Su registro de presencias es récord a nivel local y lo comparte con Gustavo Adolfo Chazarreta, que había debutado un año antes.

A principio de 1981 le pedí a don Casimiro González Trilla que me hablara de los grandes jugadores de su provincia. Me dijo esto: ‘Si tuviera que elegir un equipo ideal de Santiago del Estero -sin pensar en la altura-, lo formaría así: Rafael Lledó, Alfredo Tulli, Raúl Sánchez, Benjamín Arce y Gustavo Chazarreta (h)’. Debo aclarar que la charla fue antes del esplendor de Miguel Cortijo.

Del Benja me destacó que ‘sorprendía con su jump-shot girando al revés’.

El otro gran capítulo basquetbolístico de su carrera, Arce lo cumplió en el Club Atlético Atlanta de la Capital Federal, entre 1960 y 1971. Exactamente doce temporadas, desde que Osvaldo Quevedo sirvió de nexo para que fuera a jugar con los bohemios. Era un cordobés que conoció en los picados de Comunicaciones.

‘Cada vez que iba a Atlanta me parecía que iba a mi casa...’, me confesó una vez.

Fue una comunión indestructible. Decir Atlanta era decir Benjamín Arce. Su basquetbol ganador le dio valor de equipo por sí solo. Lo entreveró entre los mejores. Lo hizo figurar en los campeonatos. En 1961 ascendieron a Segunda División en la Asociación de Buenos Aires de manera invicta. En 1963 alcanzaron el tan ansiado ascenso a Primera.

El 16 de diciembre de 1971 se le hizo una cena de despedida en el club. También se distribuyó un folleto alusivo. La tapa, sobre fondo blanco, tenía el escudo de Atlanta y solamente dos palabras con un signo de admiración: ‘¡Gracias Benja!’”.