El Estado de sitio, implicó la suspensión de algunas garantías constitucionales y el control absoluto por parte del Gobierno central de todas las fuerzas de seguridad (policía federal, prefectura y gendarmería).
A última hora de la noche del 19 de diciembre, el Consejo de Ministros se reunió con carácter extraordinario para estudiar el grado de aplicación del decreto. Mientras tanto, el Poder Legislativo decidía derogar los poderes especiales que había concedido en marzo al Gobierno, y que reclamó su ministro de Economía, Domingo Cavallo.
Esta derogación, aprobada por la Cámara de Diputados, bajo control de la oposición, de aprobarla también el Senado impediría las restricciones al retiro de salarios que impuso Cavallo.
Reparto de comida
Para frenar el inicio de estallido social, el presidente Fernando de la Rúa había anunciado que comenzaría un reparto oficial de alimentos por valor de siete millones de dólares.
Muchos supermercados fueron saqueados, y en algunos locales los empleados se armaron con palos de hockey y objetos contundentes en medio de una creciente agresividad, que se saldó finalmente con cuatro muertos, uno de ellos un joven de 15 años.
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