La Plaza Cabral avanza en la actualidad hacia un proceso de cambio que puede considerarse histórico si se toma en cuenta que el anterior que se re-cuerda data del 1971, bajo la intendencia de Armando Clemente Torres.
“En esa época se perdieron muchas cosas, como por ejemplo varias cadenas o las placas originales que fueron puestas en 1828 por el entonces gobernador Pedro Fe-rré”, expresó Miguel Fer-nando González Azcoaga, director del Museo Histórico de Corrientes.
Gabriela Quiñones, directora del Instituto de Historia de la Unne, afirmó que “el antiguo basamento que te-nía el monumento al sargento Cabral era mucho más bo-nito, con decoraciones y de-talles; en cambio el actual es un cubo, sin gracia”. Según explicó, ese cambio también data de la década de 1970.
González Azcoaga, por su parte, reveló que en 1888 in-tervinieron en el lugar con restauraciones.
Luego opinó con dureza al afirmar que “nunca quedó bien después de los cambios; siempre terminó fea y mucho peor cuando hicieron el mamarracho de convertirla en un mercadito paraguayo”.
Los elementos “se mantuvieron intactos hasta el año 70, cuando se la ‘modernizó’. Ahí se perdieron incluso las dos placas originales y destruyeron la retreta donde tocaba la banda de música; hicieron una pileta de natación y en otro momento ar-maron unos animales de cemento”, relató.
Quiñones, por su parte, se refirió al pozo encontrado. Desconoce el origen que pue-da tener, pero descarta que sea la boca de un túnel, ya que “ese sector en la época colonial estaba fuera de la ciudad”.
La misma teoría sostiene el director del Museo, quien se inclina por decir que po-dría ser un aljibe de la época colonial.