Considerado uno de los 20 mejores artistas plásticos del país, el correntino Luis Angel Llarens, destaca la importancia del realismo mágico, género lingüístico que asegura rescata a una humanidad agobiada por el boom tecnológico.
El actor y escritor rememora los orígenes del género y resalta su vigencia sin olvidar a los escritores latinoamericanos identificados con el mismo: Gabriel García Márquez, José Luis Borges, Julio Cortázar y otros.
“El realismo mágico es una respuesta a los dilemas del hombre que vive angustiosamente un mundo tecnológico, intentando descubrir el elemento mágico que existe en la realidad”, afirma.
Sobre su importancia, no duda en considerar que hay una necesidad de realismo “casi visceral”.
“Pues es una respuesta al dilema del siglo: descubrir la magia que existe en una realidad social mecanizada y deshumanizada”, agrega.
En ese sentido, resalta su trascendencia y explica que “el realismo mágico se instaló en varios países y fue la respuesta a la dictadura, a la corrupción, a la violencia que corrompía todos los ámbitos de la sociedad. Esos artistas pudieron expresarse a través del realismo mágico en poesías”.
“Escritores y periodistas apelaban a lo mágico para camuflar eso que querían decir y que de otras forma les hubiera costado la vida”, destaca emocionado.
Un denominador común surge entre el pasado y el presente: la angustia del hombre por la realidad que debe afrontar. De ahí la importancia y vigencia de hallar lo mágico en el realismo cotidiano.
La intensidad de la charla, realizada el viernes en la Extensión Universitaria, de 9 de Julio y Córdoba, lo obliga a ahondar en las diferencias entre el realismo y el surrealismo.
Pero antes recuerda que el popular género tiene su génesis en las artes plásticas y no en la literatura.
“El término como tal nació con el alemán Franz Roh, un crítico de arte que lo aplicó a la descripción de una obra pictórica que mostraba una realidad ligeramente modificada. Recién mediados del siglo XX el género se trasladó a la literatura hispanoamericana gracias a la obra de Arturo Uslar Pietri, que lo aplicó a su análisis del cuento venezolano”, rememora.
En cuanto a las diferencias entre el realismo y surrealismo, detalla que “el realismo mágico trata de lo improbable, pero posible. El surrealismo, en tanto, de lo imposible”.
“Un artista plástico surrealista emplea las mismas técnicas preciosistas de los mágicos realistas pe-ro influye en sus cuadros yuxtaposiciones imposibles”, aclara.
“Una locomotora saliendo de una chimenea es imposible; es surrealista. Pero una culebra en la escalera de una casa es improbable, pero no imposible”, ejemplifica.
En cuanto a la literatura, menciona que “‘El hombre muerto’, de Horacio Quiroga es el primer antecedente de realismo mágico en América del Sur”.
Una sonrisa delata el surgimiento de un grato re-cuerdo e inmediatamente, con una expresión de placer, agrega: “Y por supuesto, como olvidar a Borges con ‘Sur’, un cuento de puro realismo mágico y qué decir de Gabriel García Márquez con ‘100 años de Soledad’, obra cumbre de la literatura”.
Insiste una y otra vez en la importancia de hallar en la actualidad lo mágico y asegura que “no está en la realidad sino en el arte de fingir”.
Llarens expone sus obras desde 1960 en distintos lugares de Argentina y en países vecinos. Ha recibido numerosas distinciones nacionales e internacionales.
Pero este año su popularidad trascendió el ámbito cultural, pues decidió incursionar en el mundo de la política.
Fue candidato a viceintendente de Capital por el Partido Comunista.