PUEBLO APACIBLE
A pocos kilómetros de la Capital, uno puede sumergirse en la tranquilidad de un pueblo apacible, cargado de una rica historia, muy ligada a la religiosidad católica. En Santa Ana de los Guácaras, la tradición se respira en sus calles, donde los edificios antiguos dan cuenta de un pasado próspero y de un presente que se resiste al paso del tiempo, y que mantiene sus costumbres muy arraigadas.
Hablar de Santa Ana obliga pronto a imaginar su antiguo templo parroquial, que fue construido entre los años 1889 y 1891 con fuertes improntas del legado aborigen y de los primeros padres franciscanos que se asentaron en la zona. La antigua imagen de su patrona, que atrae la visita de cientos de personas, sobre todo de los estudiantes que buscan su bendición, por saberla la abuela del Niño Dios.
Cada fin de semana, se estima que cientos de personas visitan el templo, donde pueden abstraerse del bullicio cotidiano, sentirse por momentos en el pasado, y ofrecerle con devoción a la madre de María las intenciones más anheladas.
Postal de un pasado productivo, los restos del antiguo “trencito económico”, forman parte de la identidad del pueblo. Visitarlo y conocer su historia, ofrece a los turistas la posibilidad de acercarse a los hombres y mujeres que forjaron ese terruño. Es imposible visitar Santa Ana y no salir con una fotografía con el trencito de fondo.
Hacia fin del siglo XIX llegó a Santa Ana el Ferrocarril Económico. Lo trajo Francisco Bolla, un italiano que llega a Corrientes en el año 1850. Tuvo un recorrido total de 178 kilómetros, y sus ramales principales fueron: el que unía Lomas de Vallejos con General Paz, un recorrido de 31 kilómetros; el que comprendida el Ingenio 1º Correntino hasta San Cosme, con un recorrido de 13 kilómetros.
Fue el único ferrocarril que se construyó con capitales privados. Las máquinas locomotoras que prestaron servicio fueron: la primera, denominada “Roque”, llamada por los lugareños “El Buey de Hierro”; la segunda, llamada “Carlitos”; y la tercera, de nombre “Panchito”.
Pero el pueblo, lugar elegido hoy por muchos para instalar su hogar, por la tranquilidad y la amabilidad de su gente, es también una gran vitrina de las artesanías. Cuenta con un salón único en la región por su amplia gama de esculturas, pinturas y artesanías, elaboradas en hierro, piedra y madera. Donde se puede hallar una gran variedad de artículos exclusivos. Allí se puede conocer también el taller atendido por el reconocido escultor Bustos Navarro.
La Casa Antigua es un lugar que no se puede dejar de visitar. Allí, con visitas guiadas uno se puede encontrar con la historia del pueblo.
Agrupaciones tradicionalistas locales son protagonistas de cada evento que se realiza en la localidad. Además, acompañan a la santa patrona en el mes de abril desde hace 113 años, en peregrinación hacia el Santuario de la Virgen de Itatí, junto a los pueblos de Paso de la Patria y San Cosme.
Disfrutar un buen asado en la Pulpería, conocer la fábrica de cuchillos artesanales, o merendar en Aroma de Café, son también algunas de las opciones.
Pero el pueblo también ofrece la posibilidad de disfrutar de otros atractivos más actuales. Como festivales de rock para los jóvenes, que en cercanías del inicio de la primavera eligen sus plazas para pasar el día y disfrutar entre amigos. Además, la Casa de la Cultura es sede permanente de Guácaras Festival de Cine 100% Regional, que ofrece la oportunidad de conocer los cortos y documentales que se producen en Corrientes y la región.
Los organizadores están preparando un nuevo encuentro, para fines de octubre.
El “Karaí Octubre” es recibido como la tradición manda en Santa Ana, con comidas abundantes y música bien correntina. Y por sus calles, se mantiene la recorrida de los niños el 1 de noviembre, recreando el “Angeles tomo”, tan arraigado en la provincia.