Previsora del Paraná, emporio familiar que llega a más de 800 mil personas

Con 150 mil afiliados y prestaciones que llegan de distintas maneras a unas 800 mil personas en toda la región, dada la expansión que se manifiesta concretamente en 16 sucursales esparcidas en las 5 provincias de todo el Litoral Norte del país, Previsora del Paraná se ha convertido a lo largo de los años, no sólo en un emporio familiar manejado a mano firme, sino en una referencia de servicios en el país, con características distintivas en la rama de los servicios fúnebres; en un gran empleador de mediana escala y ahora también en una empresa con posicionamiento propio, líder en la provincia de Corrientes, que apunta todavía a más.

En su presentación, autoridades de Previsora del Paraná se muestran como una empresa de servicios sociales fundada el 16 de junio de 1986 bajo la dirección de una familia con tradición en Corrientes. La firma es propiedad de don Carlos Miguel Añón, un hombre nacido en Buenos Aires, criado en Uruguay, que recaló en Resistencia por cuestiones familiares hasta que se afincó en esta provincia como vendedor de libros, a principios de la década del 70.

Don Carlos Añón fue representante de la Editorial Océano y uno de sus mejores vendedores, hasta que la Guerra de las Malvinas terminó con el negocio, producto, entre otras cosas, de la crisis económica consecuente. 

Su fuerte siempre fue buscar alternativas a los negocios tradicionales. La preventa, por ejemplo. Y fue así como llegó, con ese concepto, a la fundación de Cocherías del Paraná.

Tras su desembarco en el negocio de los muertos, advirtió que su objetivo y leitmotiv siempre fue la vida, los vivos, los deudos. Pensando en ello la empresa fue creciendo bajo la premisa de la prestación de servicios adicionales: descuentos en farmacias, traslados de pacientes sin riesgo de vida e incluso una especie de remisería para casos especialísimos, como partos, cumpleaños de 15 y casamientos.

El tiempo atentó contra ese modelo de negocio y llegó entonces un acuerdo con los trabajadores del Estado, por medio de un convenio con la Asociación de Empleados Públicos, a los que se les retenía la cuota por servicios prestados.

El nuevismo terminó con el Estado como agente de retención y la cosa volvió a caer, hasta que al promediar la década del 90, después de varios meses de maduración, el jefe del clan Añón hizo propia, para su empresa, una idea que con los años se conocería como el débito automático, producida la bancarización de los empleados públicos, puesto que voluntariamente los mismos afiliados de Previsora accedían a habilitar un código de descuento por prestaciones.

Desde entonces la empresa no paró de crecer, al tiempo que tuvo que soportar muchas críticas y acusaciones dado el volumen de su crecimiento que además se volvió exponencial. 

Mucho tuvo que ver, dice hoy don Carlos, con la incorporación de su primogénito varón, Carlos Andrés Añón, que desde hace largos años, desde cuando terminó el colegio secundario, se convirtió en su mano derecha, hasta la actualidad, que lo tiene como gerente comercial de la firma, también integrada por otros miembros de la familia.

En el año 2000 los Añón decidieron salir a mostrarse, pues hasta entonces mantenían un redituable perfil bajo. Ese año participaron con un stand en Expo Apicc y consideran que esa fue, sin lugar a dudas, su presentación en sociedad.

Referencia en el mercado

Hoy, Previsora del Paraná emplea a 680 trabajadores que se reparten en las 16 sucursales de Corrientes (donde está la casa matriz), Formosa, Misiones, Chaco y Entre Ríos. 

La expansión puso este “tren” en dirección de las provincias de Córdoba y Santa Fe, pero también en el camino de inversiones millonarias en las sucursales ya abiertas de los salones de venta de electrodomésticos, farmacias, empresas de viajes y turismo, supermercados, imprenta y ahora también medios de comunicación.

Todo ello sin descuidar, claro, el rubro matriz que es el funerario, y que sigue en crecimiento. Enumeran “los” Carlos, en una larga charla que mantuvieron con El Litoral, el crecimiento sólo del último año:

“En 2014 hemos subido varias posiciones en el mercado, convirtiéndonos en el mayor grupo empresarial del Norte argentino. Pasamos a ser la única empresa fúnebre del país en contar con complejos velatorios en 4 provincias diferentes, y la compañía del sector con la flota de vehículos más numerosa y moderna, ya que con la reciente incorporación de 4 cortejos completos de Citroën C4, llegamos a sumar 66 unidades exclusivas.

En la actualidad contamos con 11 complejos velatorios en 9 localidades diferentes, sumando un total de 22 salas velatorias.

Para este año, además, tenemos previsto un crecimiento importante en Corrientes, pues se encuentra en plena construcción un complejo velatorio modelo, que se ubicará en la esquina de Rivadavia y San Juan, que contará con 7 salas velatorias, una confitería, la correspondiente área de oficinas, salas de exhibición y ventas, salas de contención familiar, salón auditorio, habitaciones para huéspedes y un columbario donde podrán depositarse urnas cinerarias, ya que además habrá una capilla multiculto”.

Espejo

Después de toda esta presentación, que deja ver a un verdadero portento, ¿cómo se ven los propios Añón? ¿Qué dicen de sí mismo?

Don Carlos hace hincapié en el esfuerzo correntino de su crecimiento y en aquello que no por básico deja de ser importante: es un hombre que paga sus cuentas, dice. Además, agrega, “estamos respaldados por un equipo de profesionales cuya capacidad e idoneidad está al nivel de las mejores del país”.

“Nuestros esfuerzos aseguran -sigue- el beneficio óptimo del afiliado y la satisfacción laboral del personal, mediante una gestión de calidad en toda la organización y con los recursos financieros y económicos que procuran un balance sostenible y adecuado entre las demandas de la población asegurada y las posibilidades financieras”.

“También podemos decir que nuestro capital humano se destaca por su honestidad, creatividad, responsabilidad, compromiso, respeto, productividad y espíritu de equipo”.

“A través de los años -finalizan- hemos aprendido lo que se necesita para mantener a nuestros clientes fieles y contentos, y nos enorgullecemos de ofrecer un servicio oportuno cuando el cliente lo necesita”.

Oficina

La charla con los Añón padre e hijo transcurre en la oficina que el mayor del clan tiene en el primer piso del salón de ventas, que además oficia de casa matriz de Previsora, en Hipólito Yrigoyen 1772. Desde allí puede verse el supermercado y también el movimiento de empleados y clientes en el showroom o sala de exposición principal de la firma.

La oficina está llena de recuerdos, algunos obsequios y fotos familiares. Cuenta además con una especie de living desde donde los dueños de esta empresa correntina siguen imaginando y apostando por el futuro.