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Muerte cerebral

Por El Litoral

Jueves, 21 de septiembre de 2017 a las 01:00

Por José Ceschi

 ¡Buen día! En 1957 Pío XII dijo que “es el médico quien debe dar una definición precisa de “muerte” y de “momento de muerte” de un paciente que cae en estado de inconsciencia”. Esta obvia afirmación, considerada desde fuera del ejercicio de la medicina, resulta bastante más compleja en su aplicación práctica. ¿Cuándo hay seguridad de que ya no existe más vida?
El tema fue abordado específicamente por la Pontificia Academia de Ciencias, en un seminario del que tomaron parte varios de los mejores especialistas del mundo, celebrado en una de las primeras semanas de 2005. La idea era estudiar el tema desde varias perceptivas, destinadas a establecer normas claras que permitieran a los médicos tomar decisiones en sintonía con el mejor encuadre bioético. La Iglesia aceptó oficialmente la muerte cerebral en 1986 como inequívoca señal de muerte verdadera. Uno de los especialistas invitados personalmente por la Santa Sede fue el neurólogo argentino Conrado Estol. En su exposición, el médico hizo algunas aclaraciones que no viene mal tener en cuenta:
“Tradicionalmente, la muerte de una persona se establecía cuando cesaba el pulso. Pero desde que se inventaron los respiradores que pueden mantener artificialmente la función de los órganos, el diagnóatico de hizo más complejo. Ahora, desde la perspectiva de la Iglesia, la muerte cerebral equivale a muerte, a secas, y por lo tanto, el trasplante de órganos puede realizarse aunque se mantenga el pulso. Es lo que se conoce como “donante de corazón latiente”, en el que los órganos están mucho mejor preservados”. Esto distingue entre muerte cerebral y estado de coma. Cuando el estado de coma dura un mes o más estamos frente a un caso de “estado vegetativo”. “En los EE.UU. -agrega- hay unos 20.000 adultos en estado vegetativo; pero esas personas están vivas, más allá de que es muy improbable que si pasan más de un año se recuperen... Karen Ann Quinlan, por ejemplo, que murió diez años después de haber sido desconectada del respirador, fue un caso excepcional”.
¡Hasta mañana!

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