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El taxi es más barato en distancias cortas, pero para viajes largos conviene el remis

La mínima de los remises es de $45 mientras que los taxis llegaron a $40. La diferencia a favor de estos últimos se mantiene hasta cerca de los cuatro kilómetros. En recorridos extensos, los remises revierten la brecha y pasan a ser más económicos para ir a los barrios más alejados.
 

Por El Litoral

Domingo, 18 de noviembre de 2018 a las 04:04
Tarifas. Trabajadores del volante actualizaron hace poco sus precios por los sucesivos aumentos de la nafta.
Disponibilidad. Los taxis cuentan sólo con 200 móviles y piden poder ampliar las paradas donde trabajar.

n Con el último incremento en las tarifas mínimas se profundizó la brecha de precios entre el servicio de remises y el de los taxis. Es que, los $3 de diferencia pasaron a ser $5 desde hace apenas algunos días, aunque el costo final de cada uno depende más que nada de la extensión del viaje que realice el pasajero.
La bajada de bandera de los taxis es actualmente $40, mientras que los remiseros cobran $45. En el cuadro tarifario completo existen diferentes variantes que terminan por definir qué servicio puede resultar más económico, según la distancia. De esta manera, viajar en taxi cuesta más barato en trayectos cortos o medios, pero el remis revierte esta situación y se vuelve más económico cuando se trata de recorridos más largos.
Es que, el cuadro tarifario de los taxis parte de la tarifa mínima y suma $2,70 por cada cien metros recorridos. En tanto, el de los remises avanza sumando $3 por cuadra, lo que hace que la diferencia se amplíe en las distancias cortas y medias. Viajar dos kilómetros cuesta $67 en taxi y $75 en remis, mientras que hacerlo por un tramo de tres kilómetros sale $94 y $105 respectivamente.
A partir de los tres kilómetros, el cuadro tarifario de los remises comienza a variar y se agrega en la mayoría de los casos $2 por cuadra y en algunos sólo $1. Esto genera que la brecha se achique a medida que las distancias se alargan y la balanza finalmente se revierte.
Entonces, a pesar de que el cuadro tarifario inicia con una diferencia de $5 y pasa a ser más de $10, en una distancia de siete kilómetros el remis pasa a ser más económico. Si el odómetro marca ese recorrido al final del viaje, el usuario deberá pagar $202 en taxi y $192 en remis.
La brecha sigue ampliándose a favor de los remises si se toman en cuenta viajes a los barrios capitalinos más alejados del centro de la ciudad. De esta manera, en un trayecto de 8,5 kilómetros la tarifa final del taxi será de $242,50 y el remis costará $232. Aquí pueden incluirse los servicios a Santa Catalina, Molina Punta, 17 de Agosto y los que se encuentran a la vera de la Ruta 5 como el Ponce, Cremonte, Santa Rita y algo más caro a Laguna Brava.
Además de la cuestión tarifaria debe tomarse en cuenta también que los remises cuentan con unos 3.000 coches circulando por la ciudad, mientras que los taxis son sólo 200 y tienen paradas específicas. Esto es, justamente, motivo de reclamo por parte de los taxistas que desde hace tiempo piden poder contar con más lugares donde poder desarrollar su actividad. 

Aumentos
Los constantes incrementos en los precios de los combustibles fueron elevando las tarifas de los taxis y remises, que actualizan sus costos a partir del encarecimiento de los insumos y para contrarrestar las complicaciones que genera la inflación. Sólo a modo comparativo, yendo cinco años para atrás, la mínima del remis costaba $10, por lo que la suba fue del 350%. En tanto, en 2013, para pagar lo que hoy cuesta la bajada de bandera había que viajar más de 8 kilómetros.
Si bien los ajustes tarifarios responden a obvias cuestiones de rentabilidad de los trabajadores del volante y no sólo subió la nafta sino también el valor de los autos, seguros y arreglos, lo cierto es que en cinco años el porcentaje supera a la inflación del país. En promedio, los remises aumentaron un 70% anual, encareciendo un servicio que lucha por sostener la demanda en un escenario de crisis e incertidumbre económica.
El temor de los trabajadores es, más que nada, perder clientes y buscan no poner en riesgo el aparque automotor, que actualmente cuenta con vehículos relativamente nuevos a pesar de que las cuotas para la renovación subieron cerca de un 70%.

Crisis
En un contexto económico incierto y con ciertas complicaciones a nivel nacional, los remiseros se encuentran en alerta por la posible incorporación al rubro de nuevos conductores. Esto generaría un aumento en la oferta justamente en un momento en que la demanda se encuentra estancada. 
Desde la Asociación de Remiseros de Corrientes, Juan Castillo comentó a El Litoral que “por el momento no hubo grandes cambios, más allá de algunas altas y bajas que se dan habitualmente”. Además, agregó que “en las crisis anteriores siempre hubo más coches en la calle, pero ahora por el momento esto no se está dando”.
Es que, apremiados por la situación económica, el remis es uno de los medios más elegidos para conseguir dinero extra. De esta manera, los desocupados encuentran allí una válida alternativa mientras que los que cuentan con un empleo utilizan la actividad para evitar complicaciones financieras familiares o personales. 
Mantener la legalidad es otro de los desafíos de los trabajadores del volante. Con los elevados incrementos de los coches cero kilómetro, la preocupación por la renovación de los móviles crece. Vale recordar en este sentido que la ordenanza que regula la actividad estipula que el servicio no puede ser brindado por autos de más de 10 años de antigüedad.
Lo cierto es que por el uso intensivo que tienen los vehículos, muchos deben cambiarlo bastante antes, a los cuatro o cinco años. Con muchos planes de pago a siete años, los conductores se encuentran casi constantemente pagando cuotas, que en los últimos meses aumentaron cerca de un 70%, pasando de $4 mil a unos $7 mil y más en algunos casos.

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