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De “pintxos” por San Sebastián, una ruta con mucho sabor

Probablemente las cosas mejorarán y las restricciones de viaje pasarán al pasado, pero, mientras tanto, toca reinventarse y aprender a viajar a través de los sentidos, así que ¿por qué no empezar por el paladar? Viajar a través de los sentidos es algo todavía posible. Y es que a veces un simple olor o un sabor logra que uno se traslade a países y destinos en los que ni siquiera había estado antes. Esta vez, un viajecito a España.  

Una buena manera de empezar tu ruta de pintxos por San Sebastián es en uno de sus bares más míticos. Fundado en 1928 en un antiguo almacén de trigo, creen que la abuela Luisa fue una de las inventoras de lo que hoy se conoce como pintxo. Ella creó algunos de los más míticos como la milanesa, el Jalisco, la Delicia y la Chorrera. La bisabuela Simona siguió con la tradición, que continuaron los padres de los actuales propietarios. No en vano, Amatxo recibió en 2009 el premio al mejor plato de cocina tradicional en el Concurso Gastronómico Alcorta-Martín Berasategui.

Elegir entre todos los manjares que hay en la barra de La Espiga puede ser un poco complicado, pero si hay un pintxo que no te puedes perder es la Delicia. Se trata de un pincho frío compuesto por un trozo de pan con anchoas en salazón, huevo duro, mayonesa y vinagreta. Otro competidor digno de degustación es la Chorrera, con huevo, queso y jamón a la gabardina. El local fue renovado con mucho gusto recientemente y podrás optar entre sentarte en el restaurante o degustar algunos de los mejores pintxos de San Sebastián en la barra, el exterior o la terraza. Vayas a donde vayas, recuerda fijarte bien en el suelo. Suena un poco extraño, pero es muy curioso porque es el mismo que el de las aceras de la calle en el que está situado, San Martzial. Y, si vas al comedor del sótano, verás que está hecho con arena de La Concha, situada a pocos pasos.

Borda Berri, fusión e innovación

Ellos mismos se definen como un lugar de encuentro entre la cocina vasca y catalana. A diferencia de la mayoría de sitios de esta ruta de pintxos por San Sebastián, en su barra no vas a encontrar las típicas bandejas de rodajas de pan atravesadas por un palito. Aquí disfrutarás de estupendos pintxos cocinados al momento en los que tradición y creatividad crean una combinación ganadora.

Que Borda Berri esté casi siempre a reventar es culpa de varias razones. A la cuidada atención del personal se le une una estupenda relación calidad-precio en todo lo que sirven. Pero, si pides el risotto de puntalette (un tipo de pasta) con queso Idiazábal, ya no tendrás ninguna duda. Otros de los mejores pinchos de San Sebastián también se sirven aquí: el kebab de costilla de cerdo y el de carrillera.

Bar Néstor, el mejor pintxo de tortilla de San Sebastián

Pregúntale a alguien de Donosti por los mejores pintxos de San Sebastián y será raro que no nombre las famosas tortillas del Bar Néstor. Y es que todos sabemos que los ingredientes de una tortilla son muy básicos, pero la clave está en la gracia de quien las cocina haciendo que sea uno de los platos más ricos del mundo. En este bar de pintxos la hacen con su cebolla pochada y pimiento verde, resultando en una de las más jugosas de toda España. Pero, ojo, para poder probarla tendrás que estar puntual a las 13:00 o las 20:00, ya que solo hacen dos tortillas de 16 raciones cada día. La lista de reparto se abre una hora antes, por lo que, mientras tanto, puedes pedir otros de sus pintxos estrella: ensalada de tomate, pimientos de Guernica y chuletón de vaca vieja.

Bar Paco Bueno, a la rica gamba gabardina

Si bien no es el bar de pintxos más glamuroso de la ciudad, Paco Bueno acostumbra a estar lleno de gente. ¿Su secreto? Tienen el orgullo de ofrecer uno de los mejores pintxos de San Sebastián: las gambas gabardina. Si lo pides, recibirás dos crujientes y jugosas gambas recién hechas y rebozadas en una tempura perfecta. Otros pintxos no tan conocidos, pero también dignos de mención son el bocadillo de merluza rebozada, ensaladilla o empanadilla.

Como curiosidad, su propietario es un famoso exboxeador donostiarra e hijo de un jugador de rugby. En la pared, podrás encontrar algunos recuerdos de las tres generaciones que lo llevan regentando desde 1950.

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