Los balnearios de la ciudad dejaron de estar habilitados por decisión del Municipio, como parte de las medidas restrictivas para evitar el contagio del coronavirus. Así, tras la disposición, volvieron a colocar carteles de “playa no habilitada”. De esta manera, aunque la temporada estival iba a culminar recién a fines de abril, esta posibilidad quedó trunca por la situación sanitaria.
Tras instalar nuevamente la cartelería, la Comuna busca persuadir a las personas de que no ingresen ni permanezcan en las playas, ya que incluso está restringido el tránsito por las calles en general.
Más allá de esto, tanto la Policía como personal municipal se encargan de controlar la zona para que no haya ingresos en los balnearios, tanto en los que se encuentran en la costanera como el de Molina Punta. Por el momento, la prohibición se extiende hasta el 31 de marzo, aunque podría prolongarse en caso de que el Gobierno nacional y provincial lo decidan, luego de evaluar la situación sanitaria en todo el país.