Rubén Poletti
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El 21 de junio de 2009 quedará grabado a fuego en el corazón de los fanáticos de Boca Unidos. Esa tarde, en un colmado estadio de Huracán Corrientes, el equipo aurirrojo escribía su hora más gloriosa: se coronaba campeón del torneo Argentino A 2008/9 y obtenía el ascenso a la B Nacional, al superar a Patronato de Paraná por 1 a 0 en los noventa minutos, y 4-2 en el desempate desde el punto del penal.
Boca Unidos, que venía de caer derrotado por 1 a 0 en el primer partido final jugado en la capital entrerriana (gol de Edgardo Brítez) llevó peligro desde el inicio del juego al arco defendido por Sebastián Bértoli.
Enseguida se rompió la paridad. Cristian Núñez intentó un pase que fue interceptado por Walter Andrade. El rebote fue a parar a los pies de Mariano Monrroy, que habilitó al delantero, quien se había desmarcado hábilmente en el área. El goleador quedó mano a mano con Bértoli, definiendo con un remate que se metió contra el vertical izquierdo para desatar el primer estallido de la tarde. Iban 12 minutos de juego.
“Le pegué mal. Le quise pegar al palo del arquero, pero le di con la parte externa. Por suerte entró y sirvió”, se sinceró después del encuentro el futbolista chaqueño al comentar la forma en que impactó a la pelota en la jugada que derivó en el único tanto del partido.
Boca Unidos siguió atacando ante un rival que al verse superado, apeló al juego brusco e intentó acercarse al arco de Cristian Mazzón sólo a través de algunos centros y jugadas con pelota detenida. La visita se salvó en dos ocasiones, cuando sendos remates de Rolando Ricardone y Gabriel Correa dieron providencialmente en Gabriel Zubinikar.
Antes del final del primer tiempo, Bértoli demostró sus dotes de gran arquero al ahogar tres veces en menos de un minuto la segunda conquista correntina. Primero tapó un remate de Alejandro Donatti, que empalmó como venía una pelota de aire. Luego hizo lo propio con un cabezazo de Franco Amaya, y finalmente se anticipó a Antonio Medina para enviar la pelota al córner.
A poco de iniciado el segundo tiempo, Zubinikar fue expulsado luego de una fuerte infracción contra Núñez. En lugar de que la ventaja numérica juegue a favor de Boca Unidos, resultó todo lo contrario. El local se quedó y dejó hacer a Patronato, al que no se le caía una idea, pero inquietaba llenando el área aurirroja de centros buscando alguna cabeza salvadora.
Frank Kudelka, el técnico de Boca Unidos, movió el banco, disponiendo los ingresos de Pablo Motta en lugar de Monrroy, y de César Martínez por Víctor Galarza, buscando cambiar el curso del partido. Minutos después, Oscar Gómez suplantó a Miguel Benítez. A pesar de esto el conjunto de Paraná seguía siendo el dueño de la pelota.
El local necesitaba convertir nuevamente para evitar los penales. El libreño Martínez estuvo cerca de hacerlo dos veces en el tramo final de juego, pero primero se le fue apenas ancho un remate cruzado, y luego elevó por arriba del travesaño un cabezazo.
El pitazo de Jorge Baliño le bajó el telón al segundo partido de la final, y el ascenso tuvo que definirse desde el punto del penal. La serie comenzó bien para el local, que convirtió a través de Núñez, mientras que Lucas Márquez desvió su remate. Donatti, Nardi y Amaya no fallaron, hasta que Mazzón se quedó con el tiro de Andrade (P). Con doble chance para definir el pleito a su favor, Martínez fue el encargado de patear y convertir el cuarto penal que le dio a Boca Unidos el título y el ascenso a la B Nacional.
