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/Ellitoral.com.ar/ Especiales

Una cruzada solidaria por Palmiro Caballasca y el notable aporte de un oftalmólogo local

Alejandro Lamarque interpretó al entrañable personaje de la tira “Jacinta Pichimahuida”, de mediados de los 70 y antecesora de “Señorita Maestra”, de los 80. Hace poco salió por los medios a pedir ayuda por estar en la indigencia y con ceguera causada por cataratas. Así, desde un programa televisivo contactaron al doctor José Arrieta, prestigioso especialista que atiende en Corrientes, quien lo evaluó y operó con éxito. 

Gustavo Lescano

glescano@ellitoral.com.ar

La escena transcurre en el living de un hogar proletario. La madre plancha sobre la mesa y el padre, enfundado en su eterna camisa y pantalón Grafa, llega preocupado a la casa.

—¿Hablaste con la maestra? ¿Y te dijo por qué Palmiro fue a la casa?- pregunta desesperada la mamá.

—Había una explicación...-, le dice más sereno el hombre. 

—¿Explicación para qué?

—La falta de apetito, el abandono del fútbol, la pilcha nueva, los versos...

—Sí, ¿y qué pasaba, por qué hacía todas esas cosas?

—Vieja… el Palmiro ¡se enamoró...!

—Noooo.

Aquel Palmiro del que hablaban los padres era un chico robusto de 13 años, con enormes cachetes rosados y dientes de niño, que fue uno de los principales personajes de “Jacinta Pichimahuida, la maestra que no se olvida”, una exitosa tira que se emitió a mediados de los 70 y fue antecesora de la también popular “Señorita Maestra”, de los 80. El programa de TV contaba las historias de una docente de primaria (Jacinta Pichimahuida) a cargo de un travieso grupo de chicos y chicas.

Palmiro Caballasca se distinguía entre ellos por ser un pibe simpático, de gran corazón, pero un poco vago y al que le costaba mucho el estudio. Tanto, que cuando hacía la tarea o tenía que resolver un complejo ejercicio en clase se agarraba de los pelos con ambas manos y lanzaba una frase que lo popularizaría tanto que fue parte indisoluble del personaje: “Me hirrrve la cabeeeza”.

En el episodio “El enamorado misterioso”, de donde se extrae la escena del inicio de la nota (y que en este 2020 se puede ver por YouTube), Palmiro aparece recatado en modales y en apariencia. El chico sorprende con sus cambios y está tratando de conquistar a la chica que lo tiene loco y por la cual está dispuesto a todo.

Así de asombroso era el personaje de Palmiro de la exitosísima tira creada por Abel Santa Cruz y que contaba, en su versión de los 70, con las actuaciones de María de los Angeles Medrano (Jacinta Pichimahuida), Dorita Acosta (Elena), Gabriela Acosta (Gaby), Graciela Cimer (Etelvina Baldasarre), Javier Díaz (Cirilo Tamayo), Cristian Knittel (José Ciracusa), entre otros.

Dramática situación

A más de 40 años de ese éxito, quien encarnara al entrañable Palmiro de “Jacinta Pichimahuida”, Alejandro Lamarque, volvió a aparecer en la TV actual, aunque por una penosa situación. El actor de 58 años pidió auxilio en los medios de comunicación al encontrarse en una grave situación de indigencia, ya que vive en soledad en una precaria casilla del partido de San Vicente, en el conurbano bonaerense. Frente a las cámaras apareció con lentes oscuros, totalmente demacrado, aparentando al menos 15 años más y completamente ciego por el frenético avance de las cataratas. Esta situación, relató Lamarque, dificultó aún más su vida, profundizando sus problemas familiares y económicos.

Lo último que se sabía de él era que estaba alejado de las actuaciones y manejaba un remís. Evidentemente desde aquellos días y hasta principios de este año las cosas fueron de mal en peor para “Palmiro”: dejó su trabajo como chofer por su poca visión; se distanció de su familia; malvendió la casa y terminó solo en una casilla de madera levantada en un baldío, sin las mínimas condiciones sanitarias. Actualmente, según describió, la comida se la provee el Estado y con unas pocas monedas que logra juntar se las amaña para sobrevivir.

Pero estar ciego desde hace más de un año y medio hizo que -apoyado por un bastón- dependiera completamente de otra persona para desplazarse. Una asistencia que no siempre lograba tener.

Un muchacho, vecino de él, solía darle una mano, en especial para hacer los mandados, porque ni siquiera podía caminar una cuadra por sí mismo.

A fines de abril y principios de mayo, los medios de Buenos Aires, en todos los formatos, reflejaron la dramática actualidad de “Palmiro”, acentuada por la cuarentena derivada de la pandemia.

Sin embargo, su destino empezó a cambiar cuando el móvil de un programa de Crónica TV describió su situación y se hizo eco de su desesperado pedido de remedios, alimentos, una cama, la construcción de un baño y ayuda médica para recuperar la vista. “Soy el culpable, me dejé estar”, admitió Alejandro.

Rápido de reflejos, el conductor Diego Moranzoni llamó al aire a su amigo, el doctor José Arrieta, oftalmólogo de prestigio nacional e internacional, quien de inmediato se puso a disposición para hacer, sin costo alguno, los estudios que se requieran y, de ser factible, concretar una cirugía.

El doctor Arrieta (MP N° 127.779) es un médico mendocino que tiene su clínica “Arrieta Visión” en la Ciudad de Buenos Aires y cuenta con una sede en Corrientes. En la capital correntina atiende desde hace varios años con destacada repercusión profesional y con tecnología de punta en la especialidad.

El conocido oftalmólogo atendió de manera gratuita a Alejandro Lamarque, y en un mes y medio le realizó todos los exámenes y lo operó con éxito: hace 15 días “Palmiro” recuperó la visión y el agradecimiento fue eterno. 

Historia con final feliz

“Alejandro tenía catarata en los ojos, en su estadio más avanzado”, explicó Arrieta en diálogo con El Litoral y agregó: “Eran cataratas totales de muy rápida evolución, que se dan frecuentemente en pacientes diabéticos sin un buen control metabólico. Avanzan de manera acelerada y en pocos meses pueden causar la ceguera del paciente”.

Tras los estudios correspondiente y confirmar la posibilidad de operarlo, comenzaron a buscar los elementos necesarios para el procedimiento y afrontar los costos de quirófano. “Uno de los insumos más costosos en este tipo de cirugías es el lente intraocular”, indicó Arrieta y destacó a continuación: “En este caso tuvimos la colaboración del Laboratorio Rayner del Reino Unido, que nos donó el lente intraocular trifocal para corrección de cataratas y presbicia al mismo tiempo. Este es uno de los laboratorios más prestigiosos del mundo, así que yo estaba tranquilo de que Alejandro iba a tener uno de los mejores lentes premium de la actualidad, con el cual pudimos obtener resultados asombrosos”.

Posteriormente, “cuando apenas estuvo en condiciones óptimas para la operación, ya que tenía su glucemia elevada y tuvimos que esperar a que se regularizara con los tratamientos y dietas indicadas, programamos su cirugía para el 22 de junio”. 

Al respecto, el oftalmólogo especificó que “le realizamos una moderna cirugía de cataratas con la colocación de un lente intraocular multifocal plegable de última generación, para corregir, además de su catarata, su visión lejana, intermedia y cercana, tratando al mismo tiempo su presbicia”. De esta manera, “la cirugía fue con anestesia local con gotitas y Alejandro recuperó la visión en forma inmediata. Apenas terminó la operación ya estaba viendo. Fue un momento muy emotivo para todo el staff del instituto”, subrayó en la charla que mantuvo con El Litoral.

Al culminar la cirugía ocular, “Palmiro” se sentó en la camilla “y con ojos de felicidad nos dijo: ‘Ahora veo…, puedo verme las manos que hace un año y medio no las podía ver…, te puedo ver la cara, doctor’. Fue emocionante”, relató Arrieta. En esos momentos, el famoso paciente también describió: “Puedo ver el reloj que está en la pared…, son las una y diez. Y hasta puedo ver la aguja finita que marca los segundos que está subiendo y llegando al nueve”.

El médico recordó: “Nos hizo emocionar hasta tener que contener las lágrimas, porque es un personaje muy querido para todos. Nos hizo pasar muchos momentos muy felices en nuestra infancia, cuando veíamos capítulos de Jacinta Pichimahuida. El, con su carisma y humor, hizo que Palmiro se metiera en el corazón de todos nosotros. Fue algo indescriptible que, creo, lo vamos a recordar toda la vida”.

Volver a nacer

“Hace cinco minutos que el doctor terminó la operación y veo con los dos ojos: volví a nacer. Ahora hay que darle para adelante, ya con la nueva vida”, dice Alejandro “Palmiro” en un video posoperación que compartió Crónica TV. Allí se puede ver al protagonista de la historia salir caminando solo de la clínica de Arrieta; en la vereda, da una mirada a sus manos, luego hace un paneo de la calle y, finalmente, mira al cielo abriendo sus brazos en señal de agradecimiento.

 

El doctor José Arrieta es especialista en cirugía refractiva, glaucoma, córnea y superficie ocular. Más info:    www.arrietavision.com Instagram y Facebook: @drjosearrietaok @arrietavision        WhatsApp: + 5491168177700

Días después, el móvil del programa de Moranzoni visitó a Lamarque en su casilla de San Vicente. “Ahora puedo ver, puedo moverme. Soy otra persona, volví a nacer”, resumió en el inicio de la charla por TV. En la ocasión contó su operación y el doctor Arrieta también estuvo invitado al programa para que describiera el proceso y toda la emoción por el final feliz de esta historia.

“El doctor es un fenómeno, una eminencia, lo más, tengo puesto lo mejor de lo mejor..., me re emocionó, es re humilde. Hasta se les cayeron las lágrimas por mí. Yo le dije: ‘Doctor, es al revés, yo te voy a estar agradecido toda la vida’. Para mí es dios y siempre voy a estar agradecido”, enfatizó Alejandro y concluyó: “Ahora ya está, ya fue, no me hirrrve más la cabeza, eh… olvidate”.

Por unos momentos regresó a las pantallas aquel Palmiro Caballasca enamorado que desconcertó y emocionó a todos, tal cual se lo presentó en el capítulo mencionado al comienzo de esta nota. El “Palmiro” de San Vicente volvió a enamorarse, pero esta vez de la vida, a través de sus ojos.

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