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Un yo sano

Para que nos vaya bien en la vida, necesitamos desarrollar el autodominio. Esa actitud que nos permite observar el contexto de una situación y escoger la mejor manera de reaccionar frente a ello. 
 

Por El Litoral

Domingo, 24 de enero de 2021 a las 01:04

Por Bernardo Stamateas
Colaboración especial

Muchas personas se excusan de sus palabras negativas diciendo: “Yo digo todo lo que me viene a la mente, no tengo pelos en la lengua”. Tal postura se encuentra lejos de la sabiduría, la prudencia y, sobre todo, el dominio de uno mismo. 
Cuando ejercemos el autodominio, somos capaces de ver claramente qué nos conviene elegir en cada circunstancia que atravesamos, en especial, cuando esta es dura y sentimos que nos desborda. 
Aprendemos a calmarnos, a negociar, a ceder o no. De este modo, logramos un “yo sano” y nos relacionamos eficazmente con los demás, algo tan necesario por estos días. Como resultado, nos sentimos más felices, disfrutamos más paz y experimentamos menos problemas en nuestros vínculos con familiares, amigos, compañeros y desconocidos.
Algunas personas culpan a su entorno y sus circunstancias por sus dificultades, sin darse cuenta de que el problema no está afuera, sino dentro de ellos, en su mundo emocional. 
Pero la buena noticia es que todos podemos aprender la habilidad de relacionarnos bien con la gente. Para ello, es fundamental llevarnos bien con nosotros mismos. 
Quien no se conoce, no se ama y no se respeta a sí mismo, difícilmente podrá hacerlo con otros. ¡Porque nadie puede dar lo que no tiene!
Aunque tengamos todo el conocimiento intelectual, si no sabemos tratar con quienes nos rodean, nuestras relaciones terminarán debilitándose. 
Es por ello que precisamos desarrollar el autodominio y la responsabilidad de nuestra propia vida. Así estaremos en condiciones de hacernos cargo de todas nuestras situaciones y, al hacerlo, lograremos conectar o sintonizar con el otro, algo tan necesario en tiempos de crisis.
Estas son dos de las principales características de alguien con autodominio:

l Deja de colocar la culpa afuera. Si algo no sucede en su vida, sabe que no depende de quienes lo rodean, ni del país en el que vive, ni de la situación actual, por dura que esta sea. Sabe que lo que le sucede es el fruto de lo que él o ella está haciendo y, a partir de dicho reconocimiento, puede “amigarse con el mundo” y atraer las mejores oportunidades.

l Se alegra de los logros de los demás. Celebra los logros de sus amigos y compañeros de trabajo o estudio. Porque no compite, sino que intenta cada día superarse a sí mismo, sin temor a perder ni ser derrotado por nadie. Sabe que todo lo que uno celebra del otro es lo que, tarde o temprano, vendrá a nuestra vida, ya que lo semejante atrae lo semejante.

Te invito en este tiempo especial de reflexión, y sin juicio alguno, a examinar tu “yo” y proponerte como meta trabajar en tu ser interior para sanar todo lo que necesite ser sanado. Así alcanzarás tu mejor versión que te permitirá disfrutar relaciones sanas. 
En tu interior, hay un potencial ilimitado, dominio propio, valentía y fuerza para provocar todos los cambios que estás necesitando.

 

Bernardo Stamateas
Instagram @berstamateas
facebook/bernardostamateas

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