La bibliografía científica publicada durante el último año revela que los niños con enfermedades reumáticas pueden tener consecuencias en su estado general de salud después de una infección por covid-19. Los resultados de las investigaciones realizadas en distintos lugares del mundo demuestran que las poblaciones de Latinoamérica fueron las que sufrieron un mayor impacto a causa de la pandemia y recomiendan prestar especial atención al conjunto de síntomas que puede aparecer con posterioridad a la infección, conocido como “long covid” y a la salud mental de los más chicos.
En el último día del 54º Congreso Argentino de Reumatología, que se realizó del 8 al 11 de diciembre en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se presentó una mesa que repasó los mejores trabajos científicos de la especialidad durante los últimos años. La médica especialista en reumatología pediátrica, Graciela Espada, fue la encargada de analizar específicamente cuáles fueron los hallazgos entre fines de 2020 y 2021 respecto al impacto de la covid-19 en los menores.
En la apertura de su exposición, la experta hizo un repaso de todas las dificultades que existieron y persisten en Latinoamérica y en Argentina para hacer frente a una pandemia de estas características. “No debemos perder de vista que nuestro continente está inmerso en una crisis humanitaria donde la gente muere de hambre y que en nuestro país 6 de cada 10 niños tienen desnutrición, en algunos casos asociados a sobrepeso o anemia, lo que representa un mayor riesgo de sufrir complicaciones por covid”, señaló.
En ese sentido, mencionó que este año se publicó el primer estudio que comparó los efectos de la enfermedad multisistémica asociada a covid en poblaciones de Estados Unidos, Europa y América Latina y los resultados demostraron que las peores consecuencias se registraron en esta parte del mundo. En la revisión también se incluyeron otros estudios que hablan de la asociación de enfermedades reumatológicas, como la de Kawasaki, que revela que los niños con este diagnóstico que contrajeron el virus tenían más fiebre, más cambios en mucosas y mayor compromiso cardiomuscular.
El “long covid”, que es la denominación que se le dio a la persistencia por más de 3 meses que puede ocurrir en niños de más de 12 años de síntomas como fatiga, respiración entrecortada, dificultad para pensar claramente y depresión; fue otro de los temas de mayor preocupación de acuerdo con la revisión bibliográfica realizada por Espada para el Congreso organizado por la Sociedad Argentina de Reumatología (SAR). “Se refiere no sólo a lo físico, sino también al impacto emocional que se ha registrado en pacientes que tuvieron covid. Muchos de los estudios coinciden en la necesidad empezar a pensar en las largas consecuencias que quedan en nuestros pacientes”, advirtió Espada, quien se desempeña como Jefa del Servicio de Reumatología en el Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez”.
Estas manifestaciones, indican los estudios, pueden deberse a daño del tejido afectado, ya sea cardiológico, pulmonar o neurológico. “Una de las hipótesis es que el long covid se da porque la autoinflamación o la viremia persiste en estos pacientes, por lo que se trataría de una inflamación no resuelta”, indicó.
Por último, se refirió a un estudio español sobre salud mental y señaló que la pandemia ha evidenciado que el mundo emocional, afectivo y mental es relevante y tiene una importancia por sí mismo pero que la infancia no tiene voz propia y que demanda atención y cuidados especiales. “Nuestro abordaje no puede limitarse a tratar al niño inflamado y después dejarlo, ya que ha sido transversalmente afectado por la pandemia”, resaltó la reumatóloga.
De acuerdo con este artículo, que hace una revisión de trabajos de diversos autores, los trastornos psicológicos más importantes en niños de entre 3 y 8 años tuvieron que ver con un aumento de la dependencia, el déficit de atención, la irritabilidad, los trastornos del sueño y la fatiga. Además, Espada mencionó que en Argentina se han registrado durante la pandemia un aumento de trastornos alimentarios, pubertad precoz y violencia intrafamiliar.
En el cierre, la disertante consideró que “nos va a llevar mucho tiempo corregir el impacto emocional que el covid ha tenido en los niños” y que la única manera de lograrlo será a través del trabajo multidisciplinario.